CAPÍTULO DIEZ
¿TU NOVIO?
—Mamá, tengo que ir a otra parte primero—avisé cuando estábamos a solo cuadras de la escuela.
Mamá me dió una mirada significativa desde el espejo retrovisor. Solo apreté los labios y junte las manos en un gesto de súplica.
—Asegúrate de llegar a la segunda clase—me dice.
El tío Elijah solo nos mira sin comprender.
—Gracias. ¡Los amo!—dije al bajarme
—Mándale saludos a Derek de mi parte—mamá me mira divertida y yo boqueo varias veces.
Cuando estaba comenzando a caminar pude escuchar a lo lejos al tío Elijah preguntarle a mamá con una voz un tanto seria:
—¿Quien es Derek?
«¡Mierda! Nadie conocía a Derek excepto Rebekah y mamá. En fin. Que mal día para ser Derek Hale y más cuando conozca a mi tío»
Luego de unos quince minutos había llegado al lugar donde se encontraba Derek y sus betas. Era una estación de tren abandonada.
Interesante.
El lugar estaba repleto de obstáculos y al final de la habitación estaba Derek. Parado y de brazos cruzados esperando a que el beta atacara.
«¿Por qué tiene que ser tan sexy? maldito. ¿qué? ¡no me miren así! hay que saber apreciar lo bueno»
El único que notó mi presencia fue el chico moreno. Boyd. Él estaba parado en una de las esquinas que daba justo a la entrada. Érica estaba concentrada mirando a Derek, y Isaac...
Isaac era el que iba atacar. El rubio se estaba preparando y luego comenzó a correr. Saltó sobre la primera caja, dió una voltereta y aterrizó en el suelo. Saltó por encima de los otros obstáculos y luego a través de la pared hasta llegar a Derek. Pero, no fue lo suficientemente rápido. En el momento en que Isaac había llegado a la pared y se había empujado contra esta, su alfa estaba listo para agarrarlo y golpearlo contra el suelo.
«ouch. hasta aquí pude escuchar su hueso romperse»
Isaac gimió y se levantó del suelo. Derek esperó a que volviera al punto de inicio y se preparó para patearle el trasero otra vez. Isaac hizo lo mismo ocho veces y luego, después de golearlo por novena vez habló con cansancio.
—¿Podría alguien no ser tan predecible?—comienza a caminar de lado a lado
Abrí los ojos un tanto sorprendida al ver lo qué pasó después de que terminara de hablar. Érica apareció, se lanzó contra él enredado sus piernas contra su cadera y comenzó a besarlo de forma apasionada. Derek, aceptó el beso.
Boyd y yo nos miramos e hicimos una mueca de asco. Iba hacer acto de presencia, pero el ruido de algo caer al piso me frenó. Derek había empujado a Érica de forma brusca y la hizo caer al suelo, haciéndola caer a lado de Isaac.
el hombre lobo se limpio la boca.—Es la última vez qué haces eso—advierte
—¿Por qué? ¿Porque no soy Alicia?—cuestiona un tanto indignada
«¿por qué siempre me meten?»
Derek no responde.
«¿¡por qué no responde!?»
—Aunque quisieras, no podrías ser yo—hago acto de presencia y Derek voltea a verme.
Se que se dió cuenta de que había llegado, solo me estaba ignorando.
—Viniste—murmura
—No. Soy un holograma—digo caminando hacia ellos—. Dios. Son un asco en esto—miré a los dos betas en el suelo.
—Entonces hazlo tú si eres tan buena—replica Érica
No me molesté en mirarla. Mi vista estaba fija en el alfa que estaba enfrente mío.
—Observen y aprendan—dije
Me dirigí al punto de inicio donde anteriormente estaba Isaac. Comencé casi igual que el beta, esquive los obstáculos, pero no me desvié. Fui directamente hacia Derek. Se preparó para golpearme, cuando llegué enfrente de él, me agarró del cuello. Entonces, yo enredé mis piernas contra su cadera haciendo que en el momento en el que iba a lanzarme contra el suelo, él también cayera. Derek estaba debajo de mi y yo había inmovilizado sus brazos, apoyé una mano contra su pecho y palmeé varias veces de forma burlona.
«Ventajas de ser buena en combate es tener de entrenadores a los vampiros originales»
—Maldita sea—escuché decir a Boyd—. Si que es buena—miré al chico y le regalé una sonrisa.
Volví a mirar al hombre debajo de mi y quise reír. Amaba ganarle en todo.
—Tienes mucho trabajo, cariño—comenté refiriéndome a sus betas.
Me levanté del suelo y extendí una mano para ayudarlo. Caminé hacia Boyd hasta colocarme a su lado.
«Él me caía bien»
—¿Terminamos?—pregunta Isaac aún en el suelo—. Porque tengo como 100 huesos que tardarán unas horas en repararse.
Rodé los ojos. No durarían ni dos minutos en una pelea. Levanté la mirada para dirigir mi vista a Derek, para darme cuenta que, él ya estaba mirándome.
Me puse de cuclillas a un lado de Isaac y acaricié su mejilla. Me miró sin comprender, pero luego soltó un grito. Agarré su brazo y lo llevé hacia atrás, casi rompiéndolo.
—¿Crees que te estoy ayudando a sobrevivir?—dice Derek caminando hacia nosotros.
Los latidos de Érica y Boyd comenzaron a aumentar, parecían asustados y más al ver mi cara pacifica mientras estaba al borde de romperle el brazo al rubio.
—Oh, no. Él te está enseñando a sobrevivir, bonito—le susurré al oído casi en un ronroneo.
Solté su brazo, pero aun seguía de cuclillas.
—¿Que demonios, Alicia?—se frota el brazo
—Agradece de que solo te estuviera sosteniendo, llorón. Derek lo habría roto—me paré y caminé hacia el alfa.
—¿Que tan malos son?—me pregunta cruzado de brazos
Miré de reojo a los tres betas y volví a mirarlo.—Elegiste personas que son unos jodidos arrogantes ahora que son hombres lobos, excepto Boyd, él me cae bien. Pero, si. Ese es el problema—tarareé
Me acerqué un poco más a Derek y él me miró atento a cualquier movimiento.
—Algo más—hablé un poco más fuerte, llamando la atención de todos.
Agarré a Derek del brazo y con agilidad hice que diera la vuelta para después, terminar en el suelo.
solté una carcajada y él resopló.—¿Te encanta fastidiarme?
—No sabes cuanto—sonreí un poco para después alejarme—. ¡Por todos lo santos, enséñales a ser impredecibles!—dije, pero no antes de echarle un pequeño vistazo al alfa por encima de mi hombro.
─ 𖥸 ─
Apoyé mi cabeza contra el hombro de Scott mientras mirábamos a Stiles. Estábamos sentados en el último escalón de una de las escaleras de la escuela. Había llegado minutos antes de que comenzara la segunda ahora y los encontré en el pasillo, obviamente, esquivando su interrogatorio de donde había estado.
—Lamento mucho lo del otro día—comienza a decir Stiles—. Me estoy esforzando. Lo vamos a superar—nos señala—. Lo sé porque te amo—aprieto los labios mientras veo a Scott sonreír con ternura—. Te amo más que...—y fue entonces que no aguante y solté una carcajada—. ¡Dios mío! No puedo...—exclama—. Tú y Allison tienen que buscar otro método para comunicarse.
—¡Vamos! Eres el único en el que podemos confiar ahora—le dice Scott
—¿¡Solo yo!? ¿que hay de Alicia?—me señala—. Ella también puede.
—No, no puedo—no evité que mi voz saliera burlona—. ¿No recuerdas que nuestro lindo cachorro le dijo a Gerard que salíamos? No puedo estar hablando con su ex—comenté
Odiaba esto. No podía hablar por mucho tiempo con Allison en público ya que su abuelo nos miraba con curiosidad.
—Lo que ella dijo—dice Scott—. ¿Viene esta noche al partido?
—Si, ¿está bien? Mensaje finalizado—habla Stiles, cansado—. Bueno, cuéntenme lo del jefe de Scott—nos dice
Miramos a todos lados asegurándonos de que nadie pudiera vernos ni escucharnos.
—Cree que los parientes de Allison guardan un registro de todos los seres que han cazado—comienza a decir Scott—. Como un libro.
Stiles se queda pensando algunos segundos antes de aplaudir una vez.—Debe referirse a un bestiario.
—¿Qué?
—Un bestiario—repito lo que dijo Stiles
Scott suelta un risita.—¿Quieren decir una bestialidad?
—No, estoy seguro—le dice Stiles—. Es como una enciclopedia de seres míticos.
—¡Oh! Yo escuché de esos una vez—comento emocionada.
Scott nos mira a ambos.—¿Cómo puedo ser el único que no sabe nada de estas cosas?—pregunta
—Eres mi mejor amigo, y eres una criatura de la noche y mi mejor amiga es una de las tres criaturas más poderosas, pero todas juntas—murmura Stiles—. Para mi es como una prioridad.
Mejor amiga.
¿Acaba de decir que soy su mejor amiga?
Reprimo una sonrisita, y me acomodo en el escalón.
—Bueno. Si lo encontramos y averiguamos qué es esa bestia...
—Y quien es—agrego
—Necesitamos ese libro—decimos los tres al unísono para después mirarnos entre nosotros y levantarnos de forma apresurada.
─ 𖥸 ─
Camino con Scott por los pasillos cuando escuchamos a alguien correr de forma apresurada hacia nosotros.
—Si. Vio al abuelo con un libro así—nos dice Stiles mientras apoya su mano en el hombro de Scott
Asentimos.
—Pregúntale donde lo guarda—le dice Scott.
Yo sólo pude ver como Stiles corría nuevamente.
Habíamos quedado en que Stiles le diría a Allison, entonces, lo usamos como mensajero y ahí estaba. Corriendo de punta a punta la escuela.
─ 𖥸 ─
Scott comienza a guardar sus libros en su casillero mientras yo miraba el suelo con aburrimiento. Los pasillos repletos y yo tenía un hambre de locos.
Scott cierra su casillero y un fuerte ruido choca contra el metal.
—Según ella, en la oficina—nos dice Stiles apoyado contra el casillero sudando como poco y con la respiración agitada.
Y nuevamente vimos con Stiles salía corriendo hacia el patio.
—Tal vez deberían decirle que estamos hablando por el celular de Alicia—dice Allison a través de la llamada.
—Déjalo, está calentando para el juego—le digo divertida.
Scott y yo soltamos una pequeña risa.
─ 𖥸 ─
Ya estaba oscureciendo y yo me encontraba en casa. Mamá y el tío Elijah estaba en la sala esperándome.
Miré por última vez mi vestimenta, era algo sencillo ya que luego tenía que cambiarme al llegar a la escuela.
Podía escuchar los susurros de mi mamá en la planta baja.
—Espero que ellos sigan con el acuerdo—habla el tío Elijah
—Chris dijo que si. Está intentando de que su padre no lo sepa. Incluso logró persuadir a su esposa—la voz de mamá sonaba tranquila.
—Es lo mejor. No queremos que Nicklaus comience nuevamente una guerra con esos cazadores. Él no dudaría ni un segundo en acabarlos si se entera que le hacen daño a su hija.
Fruncí el ceño. ¿Que acuerdo tienen los Argent con mi familia? ¿Anteriormente hubo una guerra?. Bajo las escaleras con lentitud mientras finjo remangarme la camisa.
—Ya estoy lista—aviso agarrando guardando mi celular.
—Así que... ¿chica lacrosse?—me pregunta mi tío. Yo solo me encojo de hombros—. No sabía que te gustaba el lacrosse y mucho menos que estabas en un equipo—su voz era con un poco de diversión
—Oh, Tio Elijah. Si supieras la historia del porque estoy en el equipo—comento—. Fue bastante loco.
Mamá soltó una pequeña risa. Ella sabía la historia.
—¡Debemos irnos sino llegaremos tarde!—nos dice mamá.
Mi tío me pasa mi bolso y los tres nos dirigimos a la cochera.
─ 𖥸 ─
—¿Por que están diciendo que eres novia de un tal Scott McCall?—juré que mi cuello sonó de lo rápido que me di la vuelta a mirar a mi tío.
—¿Qué?—abrí los ojos más de lo normal.
—¿Así que ahora eres novia de Scott?—me pregunta mamá, caminando hacia las gradas—. Creí que te gustab...—no terminó de hablar ya que negué con la cabeza rápidamente.
Acabábamos de llegar a la escuela justo a minutos de que comenzara el partido. Antes de bajar del coche me vestí lo más rápido que pude.
«Llegar tarde a eventos importantes es mi pasión»
Comprendí el porqué de sus preguntas cuando en el fondo podía escuchar los murmullos y cuchicheos de varias chicas diciendo que yo era la nueva novia del co-capitán del equipo de lacrosse. Maldecí internamente cuando vi la mirada de mi mamá y de mi tío. Ambos querían una explicación.
«Scott Mccall, necesito que vengas ahora mismo»pensé mientras lo buscaba por todo el campo.
Vi a la distancia como el moreno corría hacia mi. Podía jurar que su cara se volvió tan blanca como el papel cuando vio que no estaba sola.
«Por favor dime que no es tu papá. Por favor dime que no es tu papá. Por favor dime que no es tu papá»repetía en su mente con desesperación a la par que caminaba hacia nosotros.
«No, no es mi papá»suspira aliviado«es mi tío. mi padrino...»y otra vez su cara se volvió blanca.
—¡Scott! Que encanto volver a verte—dice mamá
Sonreí un poco tensa mientras agarraba del brazo a mi amigo. Teníamos que entrar en el papel de novios.
—H-hola, señora Marshall—estrecha la mano con mi mamá.
Mi tío escaneó con la mirada al moreno mientras que mamá le dedica una sonrisa amigable.
—¡Oh, cierto! Te presento a mi tío—miro a todos lados asegurándome que no se encontrará ningún Argent cerca.
—Elijah Mikaelson. Un gusto—saluda mi tío aún con el rostro serio.
—Scott Mccall—se presenta—. Me alegra poder conocerlo al fin—estrecha la mano con Elijah. Noté como el beta evitaba hacer una mueca cuando mi tío apretó con fuerza su mano. Mamá golpea disimuladamente el brazo de mi tio—. A-alicia habla mucho de usted, señor—la voz de Scott salió en un balbuceo.
Me hubiera burlado de la situación sino fuera porque estábamos siendo observados por varias personas—en especial chicas que me miraban mal—. Suelto una queja al escuchar un silbato.
El juego ya iba a comenzar.
—¿Así que eres mi yerno?—le pregunta mamá.
Scott sonrío un poco avergonzado, sus mejillas tiñéndose de rojo mientras asentía con lentitud.
—Scott—lo llamo—. ¿Como es que todo el mundo lo sabe ahora?—entrecierro los ojos.
—Gerard lo dijo en los pasillos—responde.
—Ese viejo hijo de...—lo odio tanto.
—Esperen, ¿realmente están saliendo?—mamá parecía sorprendida.
—¡No!—respondimos a la vez
—¿Entonces?—esta vez habla el tío Elijah—. ¿No estás saliendo con mi sobrina?
—No, señor.
«¡deja de responder como militar! no te comerá»me burlo
«¿en serio?»
«al menos no lo hará en público. es un vampiro decente»aprieto los labios evitando una risa.
—No entiendo—mamá frunce el ceño
—No podíamos decirle a Gerard que estaba saliendo con Allison porque comenzaría a sospechar. No tuve más opción que decirle "estoy saliendo con Alicia"—explica rápidamente, apenado.
Mamá asiente con la cabeza entendiendo la situación. El tío Elijah seguía mirando mal a Scott.
—¡No estamos juntos, tío!—digo—. Deja de mirarlo así. Le está por dar un ataque al corazón—y era cierto. Mi pobre amigo por poco y no temblaba ante la mirada del original.
—¡Marshall! ¡Mccall! ¡dejen de andar de tórtolos y vengan al campo!—escuchamos el grito del entrenador—. ¡Un gusto volver a verla, señora Marshall!—saluda a mamá.
—Nos vemos luego—beso la mejilla de ambos—. Por favor procuren no sentarse cerca de los Argent—suplico
—No te preocupes—me tranquiliza mamá—. Ambos, tengan cuidado de lo que harán esta noche—nos mira.
Si. Le habíamos contado del plan para conseguir el libro. El tío Elijah no sabe mucho, pero le puse al tanto de algunas cosas.
—Si tienen complicaciones nos avisan, ¿de acuerdo?—nos habla el adulto.
—Está bien—decimos a la par antes de correr hacia el campo.
Nos sentamos en la banca mientras veía como mi amigo comenzaba ajustarse el uniforme. Las gradas estaban casi llenas y los jugadores estaba calentando. El entrenador estaba como loco gritándoles y yo me encontraba plácidamente cómoda en la banca.
—No me agrada que Stiles esté solo—comenté, haciendo una mueca.
—Si algo sale mal lo ayudaremos—me dice.
—Así que... ¿que tal la presentación con tu "suegra"—bromeo
—Oh, dios. Te juro que casi me hago pipí al ver a tu tío. Creí que era tu padre.
—Oh, Scotty. Si conocieras a mi padre y escuchara que eres mi novio—puse una mano en su hombro—. Serías hombre lobo a la parrilla—sonrío—. ¡Pero, hey! mi tío Elijah es el pacífico de la familia—lo animo.
—Eso me tranquiliza como no tienes idea—se que lo dijo con sarcasmo. El árbitro sonó el silbato—. Tengo que ir a jugar. Deséame suerte.
—Ojalá te rompas una costilla—deseé, viéndolo ponerse el caso—. ¡Solo bromeo!—grito cuando comenzó a correr hacia el campo.
El partido había dado inicio y todos estaban en sus puestos. Luego de solo minutos Stiles llegó y se sentó junto a mi, luego de ver qué Érica y Boyd estuvieran bastante lejos de su padre. En un momento uno de nuestros jugadores fue empujado al suelo por un sujeto que ni siquiera parecía un adolescente de secundaria. Llevé mi mano al brazo de Stiles y veía la escena con los ojos abiertos.
—¿¡Eso incluso es un adolescente!?—grité, a la vez que el entrenador también lo hacía.
—¡Por favor! ¡No parece un chico de secundaria! ¡Exijo ver sus documentos!—grita nuevamente el entrenador, sentándose junto a Stiles en la banca—. ¿Quien es ese experimento malogrado de la genética?
—Es Eddie Obomowitz, entrenador. Lo llaman "La Abominación"—informó el rapado.
—Que tierno—mascullé con sarcasmo
Jackson se acercó a Scott para después agarrarlo del brazo y comenzar a regañarlo. Resumido el rubio le había pedido que usara su poder de lobo para lograr ganar, Scott, claramente se negó poniendo de excusa que el abuelo de Allison estaba aquí.
Miré discretamente en dirección donde estaba Allison. Vi cómo está temblaba para después comenzar a susurrar con su abuelo. El viejo le dió su abrigo y después de segundos la cazadora miró en mi dirección y asintió dándome a entender que, lo había logrado.
Le regalé una pequeña sonrisa para después volver a mirar el campo. Stiles, palmeó mi rodilla y me señaló con la cabeza que ya se iría a buscar la llave.
puse mi mano sobre la de él.—Ten cuidado, por favor—susurro
El pecoso asiente con la cabeza y de forma rápida aprieta mi rodilla para después salir en busca de la llave.
Unos minutos más tardes, dos jugadores fueron llevados en ambulancia.
—¿¡Donde están Stilinski y Marshall!?—el entrador grita de repente.
—Entrenador, aquí estoy—hablo y él se da la vuelta a mirarme.
—Prepárate. Entrarás a jugar—me mira durante algunos segundos para después observar las gradas como si estuviera buscando a alguien—. ¡Tú!—señala detrás de mi.
Boyd.
—Mierda—mascullé y pude escuchar como Scott decía lo mismo desde el campo de lacrosse.
—¿Juegas al lacrosse?—Boyd estaba a punto de ponerse de pie, pero Érica lo detuvo.
—A Derek no le gustará—dijo
—Si—dice Boyd—. Pero lo haré—sonreí un poco por lo que dijo y lo vi caminar hacia nosotros.
—¡Conseguí dos jugadores nuevos!—el entrenador grita feliz. Mientras Boyd se ponía el uniforme y yo ajustaba el mío.
—¿Lista?—me pregunta el moreno
—Siempre—sonreí divertida.
Ambos comenzamos a correr al centro. Esquivábamos a todos los que venían hacia nosotros, había escuchado como los del otro equipo se burlaron antes de que saliera al campo diciendo que era pan comido jugar contra mi, ellos eran mi principal objetivo.
Y si. Todos terminaban en el suelo cuando defendía el campo.
Miré al número 42 cuando comenzó a correr hacia Boyd y hacia mi. Boyd se mantuvo firme en su lugar, sin moverse, nada. Ni siquiera cuando estuvo a centímetros de nosotros.
—¿Sabes que hacer?—me pregunta rápidamente y yo solo asiento.
El número 42 prácticamente rebotó cuando chocó contra Boyd y cayó al suelo, gimiendo. Antes de que la pelota cayera al suelo yo logré agarrarlo y comencé a correr hacia la portería esquivando a los otros jugadores.
La multitud se volvió loca y el entrenador Finstock aún más. Boyd se acercó a mi para chocar los puños aún por encima del guante.
—¡Esa es mi chica!—escuché gritar a Scott.
Mamá y el tio Elijah estaban mirándome felices desde las gradas y mamá aplaudía con una sonrisa en su rostro.