Roslyn || WooChanSoon (Wonwoo...

By Alicia__MK

4.2K 615 598

➼ En donde Soonyoung entra con sus amigos a un cementerio como parte de un reto popular en la escuela; pero é... More

❄❄
capítulo 1: up with your turret
capítulo 2: aren't we just terrified?
capítulo 3: shale, screen your worry
capítulo 4: from what you won't ever find
capítulo 5: don't let it fool you
capítulo 6: dancing around, folds in her gown
capítulo 7: sea and the rock below
capítulo 8: cocked to the undertow
capítulo 9: bones, blood and teeth erode
capítulo 11: wings wouldn't help you
capítulo 12: down fills the ground, gravity smiled
capítulo 13: you barely are blinking.
capítulo 14: wagging your face around
capítulo 15: when'd this just become a mortal home?
capítulo 16: won't let you talk me
capítulo 17: down [final]

capítulo 10: with every crashing node

205 33 49
By Alicia__MK

Cuando Soonyoung despertó, sintió que habían pasado apenas unos segundos desde que cerró los ojos.

Todo su cuerpo se sentía cansado, pero ninguna parte dolía demasiado (aunque sí un poco su trasero).

No sabía qué hora era, y la falta de luz detrás de sus párpados no ayudó en nada, pues recodaba que Chan había corrido las ventanas antes de acostarse a su lado, por lo que los rayos del sol no podían decirle si aún era por la mañana o más tarde.

De pronto Soonyoung abrió los ojos de par en par y se irguió en la cama, ganándose un horrible mareo como consecuencia. 

Tomó su cabeza entre sus manos, la cual latía un poco y miró a su alrededor. Se dio cuenta de inmediato de que estaba solo. 

Vio a un lado, a las ventanas corridas, y después hacia el frente, en donde la chimenea de la habitación estaba encendida. Gracias a eso, el característico frío del pueblo no lo despertó antes.

Entonces fue consciente de su desnudez, y las imágenes de lo que había sucedido unas horas atrás lo invadieron. No pudo evitar sonrojarse. ¿De verdad había tenido sexo con Wonwoo y con Chan? Esa idea aún no podía asentarse en su mente, le parecía demasiado surreal como para ser cierta, incluso cuando se dio cuenta de que sus muñecas estaban un poco rojas y su cuerpo se sentía bastante cansado. Simplemente no lo podía creer.

A pesar de eso, se puso de pie lentamente, haciendo a un lado las suaves sábanas que cubrían su cuerpo. Se recargó un momento en sus rodillas y por fin notó lo que había a su lado, sobre el sofá: allí estaban sus ropas, todas dobladas a la perfección (como lo habían estado la noche del accidente en el cementerio), y a su lado se encontraba su mochila. Quizás Wonwoo había sido quien las dejó allí.

Se acercó a sus pertenencias y las tomó entre sus manos para comenzar a vestirse. Cuando se colocó su pantalón, algo en su bolsa trasera llamó su atención. Metió su mano dentro, dándose cuenta de que se trataba de su celular. Lo encendió y de pronto dejó de tener sueño.

En la pantalla aparecían varios mensajes y llamadas de sus amigos, incluso de dos celulares desconocidos. Y todos ellos habían sido enviados durante el horario escolar, incluso algunos después de eso, quizás cuando sus amigos ya estuvieran en casa. Cuando Soonyoung se fijó en la hora, se dio cuenta de que eran las 4 de la tarde.

Era comprensible que sus amigos se preocuparan. No se había presentado a la escuela, no respondía llamadas ni mensajes, y aunque sabía que ninguno de los dos llamaría a sus padres porque éstos no les serían de mucha ayuda para encontrarlo o saber en dónde estaba, eso sólo empeoraba la situación.

Por lo general sus padres se iban a trabajar por las mañanas y llegaban a media tarde, así que si sus amigos hubieran estado realmente preocupados, incluso podrían haber ido a su casa a buscarlo, y no iban a encontrar nada: ni su bicicleta, ni su mochila, ni su celular, ni a él.

Estaba pensando en aquello cuando la puerta de la habitación se abrió de pronto. Soonyoung se sobresaltó por el ruido, pero se tranquilizó cuando se dio cuenta de que se trataba de Wonwoo y Chan. Los tres se quedaron quietos unos segundos, hasta que Wonwoo fue quien rompió el silencio.

–¿Cómo amaneciste? –Le preguntó de manera un poco nerviosa al menor.

–Bien –susurró, aunque se dio cuenta de que su voz estaba rasposa. Carraspeó un poco antes de volver a hablar–. S–sólo algo adolorido.

Los otros dos se miraron con alivio, algo que llamó la atención de Soonyoung. El chico los miró con el ceño fruncido, y Chan fue el que respondió, mientras los dos entraban a la habitación. Wonwoo se acercó a él y lo sentó en el sillón, a su lado, y el menor fue consciente de que tenía una bandeja con comida en su regazo. Chan por su parte habló, sin mirarlo, mientras recogía las sábanas de la cama y comenzaba a colocar unas nuevas.

–Estábamos preocupados de que te arrepintieras de lo que pasó ayer.

Soonyoung levantó la mirada de la comida, con sorpresa.

–¿Arrepentido?, ¿por qué lo estaría?

Ambos vampiros suspiraron con pesar.

–Ayer quería que te fueras, ¿recuerdas? –Respondió Wonwoo, con la mirada clavada en el suelo–. Y no era sólo porque no quería que me vieras durante mi celo, sino porque cuando éste comienza, el cuerpo de un vampiro suelta feromonas que llaman la atención de los humanos, ya que son, de cierta manera, menos resistentes a ellas. Los otros demonios nos pueden oler pero sólo se aleja, sin sentir nada. Ustedes, por el contrario, se sienten atraídos. Quizás por eso tus sentidos se pusieron más alerta anoche y tuviste la sensación de que debías seguir los ruidos que escuchaste hasta llegar aquí.

–¿Pero eso qué tiene que ver? –Preguntó con extrañeza, sin entender muy bien la actitud de los otros dos.

–Tiene que ver –respondió Chan, aún de espaldas a él–, porque las feromonas que soltamos pueden llegar a ser peligrosas para ustedes, pueden obligarlos a hacer... cosas que no quieren de verdad.

Lo último lo dijo en un susurró, y Soonyoung se sintió un poco mal por la idea que podrían estar teniendo los otros dos en ese momento. Se tomó un segundo para pensar bien en lo que iba a responder.

–Escuchen –habló en voz baja–, quizás las feromonas me hicieron acercarme a la habitación, sí, pero después de eso todo fue mi decisión. Todo lo que sucedió anoche... lo hice porque yo quería, no porque algo más me obligara. E incluso si así hubiera sido, podría haber estado molesto en cuanto desperté, ¿no lo creen? Pero no fue así.

Su mirada se dirigió a los dos, quienes mientras escuchaban sus palabras parecían ir relajándose cada vez más. Cuando terminó, Chan por fin se giró para mirarlo.

–Entonces... ¿juras que no te obligamos a hacer nada? –La ligera preocupación de Wonwoo hizo que Soonyoung lo mirara con un poco de ternura

–Lo juro –respondió. El otro entonces acercó una de sus manos a las suyas y las acarició, sonriéndole con más confianza. Cuando Soonyoung se giró hacia Chan para ver su reacción se dio cuenta de que parecía menos tenso que antes, y mientras veía a Wonwoo y a él, una sombra de sonrisa se asomaba por sus labios.

–Me alegra saber eso –fue lo único que respondió, mientras ponía las almohadas en su lugar–. Creo que tendremos que cambiar el colchón –dijo de pronto, dirigiéndose a su novio–. Lo rompiste de nuevo.

Wonwoo sonrió con culpa.

–Lo siento –respondió, mientras acercaba la bandea de comida hacia Soonyoung–. En realidad no sabíamos qué podrías comer, así que Chan ordenó lo que creyó que te gustaría –ambos se dieron cuenta de que el nombrado se giraba de nuevo para que no vieran el claro nerviosismo en su rostro, lo cual los hizo sonreír.

Soonyoung vio el plato frente a él, con arroz, carne y verduras salteadas, un tazón de ramen a su lado y una gran taza de té con aroma dulce.

–Gracias –susurró el chico, para después tomar los palillos que había a un lado y comenzar a comer.

–¿Seguro que estás bien? –Volvió a preguntar Wonwoo, mirándolo con atención–. Yo... a veces me pongo un poco rudo y...

Soonyoung le sonrió con tranquilidad.

–Seguro –respondió, haciendo que el otro por fin se calmara por completo.

Soonyoung siguió comiendo un poco hasta que recordó lo que llevaba en su mochila. De inmediato la tomó entre sus manos y sacó el primer libro que Wonwoo le había dejado en su casillero, entregándoselo.

–Muchas gracias –le dijo, sonriendo ampliamente–. Me gustó mucho.

–Qué bueno que te gustó –respondió el mayor–, eso me dice que eres una persona con buen gusto. ¿Y qué tal los otros dos libros? –Preguntó, alzando un poco la voz para que Chan lo escuchara, aunque él no se giró, pero sí pareció que se tensaba más de la cuenta.

Soonyoung rió en voz baja, sin poder ocultar lo emocionado que estaba.

–Aún no los termino –dijo–, pero me gustó que se tomaran el tiempo de dejarlos para mí.

–No fue nada –de pronto Wonwoo se giró hacia Chan, cambiando su dulce sonrisa por una mirada de curiosidad–. Por cierto –se dirigió hacia él–, ¿cómo llevaste el libro a la escuela? A mí no me pediste que lo hiciera.

–Envié a uno de los conserjes que hay por la noche por mí –respondió el mayor, encogiéndose de hombros como si nada.

–¡Chan!, ¡¿por qué hiciste eso?! Sabes lo peligroso que puede llegar a ser –lo regañó Wonwoo, con los ojos abiertos.

–Probé antes si era o no un escudo –le explicó Chan, intentando tranquilizar a su novio–. Y no lo era, te lo aseguro.

–Irresponsable –murmuró entre dientes, haciendo reír en voz baja a Soonyoung.

–Por cierto, hay algo más de lo que quería hablar... –interrumpió el momento Chan, cuando terminó de acomodar la cama y su nerviosismo se hubo ido. Parecía un poco incómodo e indeciso, como si le hubiera costado tomar valor para hablar.

–¿Sí? –Preguntó Soonyoung con cierta desconfianza en su rostro al ver que el mayor no lo miraba.

–Nosotros... nos preocupamos por lo que las personas podrían pensar si no aparecías en la escuela, en especial tus amigos y tus padres. Así que intenté calmarlos –el menor se tensó de inmediato. ¿Sus padres?, ¿Chan había mencionado a sus padres?–. Tus amigos piensan que te vieron en casa –continuó, sentándose en la cama–, y que les dijiste que te sentías mal. Luego intenté buscar a tus padres, pero... me di cuenta de que ellos no están, hummm, ¿cómo decirlo? –Chan no quería mirarlo–. Creo que no estaban preocupados por ti –soltó de golpe, esperando alguna reacción por parte del menor, pero éste no dijo ni hizo nada, sólo se quedó mirando la comida.

Claro, era evidente que sus padres no se iban a preocupar por él cuando era muy probable que ni siquiera notaran que no había dormido en casa o ido a la escuela. Ya estaba acostumbrado a aquello después de tantos meses. Pero cuando vio la mirada de Chan incluso sintió una pizca de lástima por él.

–No te preocupes ni te sientas mal –le dijo, su voz denotando la rendición que sentía con respecto a aquel tema.

–Pero, son tus padres, ¿no? Se deberían interesar en ti.

Soonyoung se preguntó si Chan tendría idea de lo que pasaba con sus padres. Cuando se giro hacia Wonwoo, se dio cuenta de que éste lo miraba con un poco de culpa.

–¡Lo siento! –Exclamó con arrepentimiento–. Se me escapó contárselo...

Soonyoung suspiró.

–Está bien, de hecho –dijo, dándose cuenta de que era cierto. Sabía que Wonwoo no lo había hecho para crear un chisme enorme como sus compañeros de clase, así que no podía molestarse con él–. Creo que entonces entenderás –volvió a girarse hacia Chan–, que ellos ni siquiera me prestan atención en ningún momento del día.

–Pero... –parecía que el mayor podría seguir discutiendo sobre aquel tema por más tiempo, pero el sonido de la campana en la puerta principal se escuchó claramente por toda la casa, deteniendo sus palabras.

Wonwoo y él se miraron con extrañeza.

–¿Seungcheol iba a venir? –Preguntó Wonwoo.

–No –respondió Chan de inmediato, poniéndose de pie–. Iré a ver quién es –anuncio, y salió por la puerta.

Soonyoung se quedó sentado, jugando con una de las asas de su mochila.

–Perdón –soltó de pronto Wonwoo. El menor lo miró con una sonrisa.

–No quiero que te disculpe, ¿de acuerdo? –Le dijo–. No es un tema que se deba mantener en secreto, en realidad, ni tiene nada de malo que...

–No me refería a eso –lo interrumpió suavemente. Soonyoung lo miró con curiosidad.

–¿Entonces?

–Perdón por la actitud de tus padres hacia ti –respondió Wonwoo en un susurro, dejándolo en blanco. No esperaba esa respuesta en lo absoluto, por lo que ésta lo tomó desprevenido.

–T–tú no eres ellos –comenzó a decir después de unos segundos, con nerviosismo–. Tú no has hecho lo mismo que ellos, así que no tienes que cargar con ninguna culpa.

–Sé que no soy ellos, y sé que son tus padres quienes deberían pedirles perdón a ti y a tu hermana por lo que les están haciendo –Wonwoo tomó su mano con delicadeza–. Pero quien si te debe una disculpa es la vida, por darte todos estos problemas. Y como veo que ella no se va a disculpar pronto, creo que estaría bien que yo lo hiciera en su lugar.

Soonyoung rió en voz baja, por la ocurrencia del otro.

–Gracias, entonces –le dijo, devolviéndole las ligeras caricias en su mano.

Wonwoo estaba a punto de responder cuando un grito les llegó desde el piso inferior. Ambos reaccionaron de inmediato, poniéndose de pie.

–¿Qué fue eso? –Preguntó Soonyoung.

–Alguien muy enojado al parecer –respondió el mayor, caminando hacia la puerta. El otro lo siguió de inmediato, con la mochila en la mano, escondiéndose detrás de su cuerpo. Los gritos iban en aumento conforme se acercaban a las escaleras, y cuando estuvieron frente a ellas, Wonwoo se detuvo de pronto, con el cuerpo totalmente tenso, tanto como si fuera una escultura.

Soonyoung se asomó por encima de su hombro, intentando ver lo que pasaba allá abajo. Gracias a la luz de las velas que iluminaban la estancia (ya que las cortinas también estaban corridas allí y en toda la casa), se encontró con Chan, cruzado fuertemente de brazos, mientras veía a otro chico frente a él con el ceño fruncido, parecía bastante molesto por su sola presencia, mientras que el otro simplemente sonreía con tranquilidad. Era un poco más bajo que Chan, aunque lucía un poco mayor, e iba vestido con un elegante traje negro.

–Jihoon –soltó Wonwoo de repente, sin poder creerlo. Los otros dos lo voltearon a ver de inmediato, incluso Soonyoung lo hizo ya que, hasta donde tenía entendido, nadie había tenido noticias de aquel chico desde que había huido del vampiro que lo convirtió.

La sonrisa de Jihoon no hizo más que crecer.

–¡Wonwoo! –Dijo con emoción, intentando avanzar hacia él, pero Chan se atravesó en su camino.

–Te dije que te fueras –le soltó con enojo, y Soonyoung por fin pudo ver lo imponente que podría llegar a ser Chan cuando se lo proponía, en comparación, su tono brusco que le había dirigido a él los días anteriores parecía pura amabilidad.

–Y yo te dije que no me iría sin hablar con Wonwoo –le respondió Jihoon, igual de enojado y sin dejarse intimidar. De cierta manera aquel vampiro le recordaba a... no, no podía ser cierto. Cuando había conocido a Chan le pareció molesto, por esa razón Soonyoung no quiso ser amable con él y le respondía y plantaba cara cada vez que era necesario. Pero no podía parecerse a Jihoon, por supuesto que no... él no estaba obsesionado con ser un vampiro, ni quería serlo nunca, él no lastimaría a Chan ni a Wonwoo. Así que no, ellos no eran similares en nada.

Soonyoung vio cómo Jihoon sonreía con superioridad, como si supiera que Chan no podría ser capaz de dañarlo de ninguna manera. Al menos no una psicológica.

Entonces levantó la mirada hacia Wonwoo, pero se llevó una gran sorpresa al encontrar a otro chico a su lado. Soonyoung de pronto se vio oculto detrás del cuerpo del mayor. Podía sentir cómo sus manos temblaban ligeramente.

–¿Qué quieres? –Preguntó entonces Wonwoo, intentando desviar la atención de Jihoon, pero ya era muy tarde.

–Ah –soltó, como si acabara de entender algo–. Por esto no querías que entrara, ¿cierto? No querías que viera a su nueva mascota.

Soonyoung frunció el ceño ante aquel comentario. ¿Nueva mascota?, ¿de qué estaba hablando?

–Ni siquiera te atrevas... –escuchó que decía Chan entre dientes.

–¿Por qué no quieres que le diga lo que está pasando aquí? Tiene derecho a saberlo –respondió Jihoon con un tono empalagoso en la voz. Soonyoung podía imaginar la horrible sonrisa que debía tener en su rostro al decir esas palabras.

–Porque lo que está pasando aquí –respondió Wonwoo con voz igual de molesta que la de Chan–. no es de tu incumbencia.

–¿De verdad creen eso? Porque yo no. Yo creo que lo que pasa aquí sí es de mi incumbencia, en especial si es él quien me va a remplazar después de tantos años.

¿Remplazar? Soonyoung no entendía nada de lo que estaban diciendo, pero ahora que lo incluían en su conversación tenía derecho a saber lo que pasaba allí, por lo que dejó su lugar seguro detrás de Wonwoo para pararse a su lado, quedando a la vista de Jihoon, quien sonrió como si estuviera complacido de lo que acababa de hacer.

–¡Vaya! –Soltó, mientras Soonyoung sentía la mirada pesada de Chan encima de él, y la mano de Wonwoo que parecía buscar la suya para volver a ponerlo detrás de él. Pero los ignoró a ambos–. Pensé que después de tanto tiempo por fin habían conseguido a un vampiro para estar con ustedes –miró al menor de arriba abajo, estudiándolo–, pero veo que siguen obsesionados con los humanos.

–Jihoon... –comenzó Chan, pero éste ni siquiera le hizo caso.

–Escúchame, ¿de acuerdo? –Se dirigió hacia Soonyoung, hablando con seriedad–. No creas nada de lo que te dicen, nada. En especial cuando te recuerdan lo hermoso o importante que eres para ellos, porque no es cierto. Los dos sólo te están viendo cómo un objeto que van a usar y después desechar...

–¡Cállate! –Gritó de pronto Wonwoo, asustando a los tres–. Sabes que eso no es cierto, nosotros no te desechamos. Te alejamos de nosotros porque eres un peligro, y tú eres el único culpable de todo lo que pasó.

–¡¿Yo?! –Jihoon habló en el mismo tonó que Wonwoo. Parecía ofendido–. Yo les di todo de mí, lo di todo por ustedes, ¿y cómo me pagaron? ¡Abandonándome! Dejándome a un lado como si no valiera nada.

–Nosotros no te pedimos que dieras nada por nosotros –dijo Chan con voz seca y firme, como si intentara zanjar el problema de una buena vez.

Jihoon rió sin ganas.

–Claro que no, ustedes no me pidieron nada jamás –respondió con sarcasmo–. Ustedes siempre deben ser los buenos de la historia, ¿no es así? Pero se les olvida que yo sólo era un simple humano, mientras que los dos eran un par de demonios que se aprovecharon de mí.

–¡Jamás hicimos eso! –Wonwoo parecía demasiado alterado al escuchar al chico que alguna vez amó hablando de esa manera sobre ellos–. Te protegimos. Te amábamos, Jihoon, pero tú sólo nos hiciste daño.

–¿Yo?, ¿qué daño les podría haber hecho un humano como yo? –De pronto se giró hacia Soonyoung, mirándolo con una mueca de suplica–. Por favor, no les creas nada –dijo–. te aseguro que no te han dicho toda la verdad, ¿cierto? Sobre los días de luna llena y los humanos.

–Sé lo suficiente –respondió Soonyoung, intentando sonar molesto y serio, pero su voz tembló un poco debido a todas las preguntas que se estaban acumulando en su mente con cada cosa que decía Jihoon.

–¿Lo suficiente? –Preguntó el otro con incredulidad.

–Basta, Jihoon –lo intentó cortar Chan, pero el otro caminó lejos de su alcance, subiendo al primer escalón.

–¿Acaso ellos te hablaron sobre la conexión de los humanos con el celo en luna llena? Te aseguro que Wonwoo te dijo sobre lo que hacíamos con los hombres lobo, pero no sobre ustedes, ¿o sí? –Jihoon vio la vacilación de Soonyoung en su rostro. Éste miró a Wonwoo con sorpresa, pero cuando el vampiro se disponía a hablar, Jihoon lo interrumpió–. Cada luna llena los humanos son capaces de sentir las feromonas que soltamos, lo cual los llama a nosotros, pero ellas también los afectan de forma física, los hacen más "apetecibles", por decirlo de alguna manera, nuestro celo se sobrelleva mucho mejor si tenemos a un humano con nosotros. Por tu olor... –Jihoon hizo una pausa, mirándolo con pena–, veo que ya lo hicieron, ayer te utilizaron para satisfacerse a ellos mismos, ¿cierto? Ahora pregúntate, ¿cuánto tardarán en deshacerse de ti? Yo pasé lo mismo, estuve con ellos en mi momento más vulnerable, y me preguntaba cada mes si lo había hecho lo suficientemente bien como para poder quedarme más tiempo con ellos.

–¡Ya basta! –Soltó Wonwoo, con intención de caminar escaleras abajo y sacar a Jihoon de la mansión en ese mismo instante, pero cuando éste se dio cuenta de lo que pretendía hacer, se echó para atrás.

Pero el daño ya estaba hecho. Las palabras cayeron como un balde agua fría sobre Soonyoung, quien miró hacia el suelo mientras intentaba encontrar alguna lógica a lo que estaba escuchando. ¿Y si aquello fuera cierto? No, no podía serlo, Wonwoo le había contado todo sobre los humanos y las feromonas... aunque, ¿cómo podía estar seguro?

Levantó de golpe la mirada hacia el vampiro a su lado.

–¿S–sólo me usaron? –Preguntó con su rostro lleno de dolor.

–¡Por supuesto que no! –Respondió Wonwoo de inmediato–. ¡Por favor créenos, jamás te haríamos eso!

–¿Lo de los humanos es cierto? –Preguntó Soonyoung ahora dirigiéndose hacia Chan, que lo miraba fijamente–. ¿Sólo me usaste?

–Vamos, Chan, respóndele –dijo Jihoon en voz alta–. Dile que es cierto, que sólo nos usaste. Dile que él y yo somos iguales, y vamos a terminar de la misma manera... –Chan se giró de inmediato hacia él–. Desechados por ti –agregó al final.

Chan se quedó callado. Y la estancia también lo hizo. Nadie hablaba.

Wonwoo estaba esperando a que su novio negara todo. Soonyoung deseaba, lo estaba anhelando, que Chan se volteara y le dijera que todo era mentira. Pero Jihoon y Chan sólo se miraban fijamente. Los segundos pasaban, y Soonyoung obtuvo su respuesta.

–Debí haberlo sabido –dijo con dolor, llamando la atención de los otros tres, que vieron sus ojos anegados en lagrimas. El chico apretó la mochila entre sus manos–. Claro, me lo dijeron, me dijeron que eran unas bestias que no conservaban nada de los humanos, y aún así decidí quedarme aquí y... –miró a Wonwoo y luego a Chan, con el odio bullendo en sus ojos, pero el mayor no dijo nada, no expresó ni una pizca de dolor, o arrepentimiento o lo que fuera... sólo se quedo allí parado, dejando a Soonyoung solo–. Esto se acabó –soltó al final, y empezó a bajar los escalones corriendo, queriendo salir de allí lo antes posible.

–¡Soonyoung, no! –Gritó Wonwoo detrás de él, intentando sujetarlo por la mano, pero el chico se liberó de golpe.

–¡Suéltame! –Tiró de su agarre con rabia, mirando hacia el vampiro una última vez para después salir por la puerta de madera. Los árboles hacían bastante sombra en el camino hacia la verja de la entrada, por lo que echó a correr lo más rápido que pudo, mientras escuchaba gritos que no tenían ningún sentido para él dentro de la mansión.

En menos de un minuto salió al bosque de nuevo, afuera de los jardines de la propiedad, en donde el sol de la tarde ya empezaba a caer. 

Por fin sintió el frío congelando su cara llena de lágrimas y pudo despejarse un poco.

Sabía que estaba fuera del alcance de los tres vampiros detrás de él, pero también sabía que debía salir de allí lo más rápido que pudiera. No quería volver a pisar esa casa nunca más, ni siquiera verla.

¿De verdad había sido tan estúpido como para creer en las vagas ilusiones en las que lo habían metido Chan y Wonwoo?, ¿había sido tan fácil para ellos engañarlo, hacerle creer que...? ¿Qué lo habían hecho creer? Nada, esa era la dolorosa verdad. 

Ellos jamás le habían hablado a Soonyoung sobre nada que no fuera una estúpida cámara y el peligro que corría su especia si encontraban evidencia de que existían. Ninguno de los dos le habían dicho que les gustaba, que querían estar con él, que sintieron lo mismo que con los otros tres chicos a lo que de verdad habían amado.

Soonyoung se había hecho ilusiones él solo, se había metido en una burbuja de fantasía que le ayudaba a salir de su maldita vida llena de monotonía, aburrimiento y rechazo. Él mismo era quien se había dañado, y eso era lo que más dolía.

Encontró su bicicleta en el mismo lugar en el que la había dejado la noche anterior. Se acercó a ella y se subió. Antes de poner sus manos sobre el volante intento encontrar sus guantes dentro del abrigo, pues recordaba que allí estaban, pero sólo halló uno, probablemente el otro se le había caído en su huida de unos segundos atrás.

Decidió no darle importancia a eso, su prioridad en ese instante era salir de allí, llegar a casa y olvidarse de todo lo que había pasado en los últimos días. Sólo quería meterse entre sus cobijas y llorar por lo estúpido que había sido.

Comenzó a conducir, aún con los rayos del sol iluminándolo. Sus piernas se movían con fuerza, intentaba ignorar el cansancio que aún recorría su cuerpo.

Sólo deseaba que el dolor en su pecho desapareciera.



Nota random: Y como dijo la Taylor: "I swear I don't love the drama, it loves me" :v

Continue Reading

You'll Also Like

32.3K 1.3K 13
Somos Aristemo En donde Temo sufre un aparatoso accidente y como resultado olvida por completo quien es Aris y qué papel juega en su vida. Pero Aris...
332K 25.1K 53
Historias del guapo piloto monegasco, Charles Leclerc.
551K 74.8K 45
Una sola noche. Dos mujeres lesbianas. ¿Un embarazo? ¡Imposible!
17.4K 1.6K 30
Después del gran prix y de haber ganado el oro, Katsuki Yuri regresa a su hogar, después de incidente ocurrido al final de la competencia en donde a...