Los supervivientes y Marcell fueron hasta la sala en la que se encontraban Alex y el General, este último al verlos dijo:
—Espero que hayan descansado lo suficiente en estos días libres que les di, pero ahora sí tienen la obligación de ir a evacuar.
—Sí, podría decirse que descansamos bien estos días, pero si nos quisiera dar más vacaciones nadie se opondrá —dijo Cecilia.
—No le haga caso a mi hermana, ahora díganos, ¿cuál será la ciudad a la que nos tocará ir?
El General se silenció unos segundos, bajo la mirada hacia unos papeles que tenía en manos, los supervivientes estaban nerviosos, pues ellos ya tenían un posible destino en mente, pero no fue hasta que el general habló que se confirmaron sus sospechas; él levantó la mirada hacia los supervivientes y dijo:
—Su próximo lugar a ir a evacuar será DeepOcean.
Al escuchar el nombre de la ciudad, Sebas dijo en voz baja:
—Lo sabía.
Todos los supervivientes quedaron decepcionados, pues en ellos aún cabía la esperanza de que esa no sería la ciudad a la que irían, pero de todas formas ya sabían que no tenían que hacerse muchas ilusiones. El más sorprendido de todos fue Alex, que dijo al general muy nervioso:
—¡¿Qué?! ¡Pero General ese lugar es un completo peligro, no puede enviarnos ahí!
Alex antes de seguir hablando miró a sus demás compañeros y notó que ellos no estaban tan alterados como él, parecía que a ellos la noticia no les había caído como un balde de agua fría, así que les preguntó:
—¿Y ustedes no están al menos un poco sorprendidos de esta noticia?
Los supervivientes se miraron entre ellos y luego Sebas respondió:
—Hay una respuesta lógica para esto, te la explicamos luego.
El general silenció a todos en la habitación y dijo:
—Ya estuvo de su conversación, todo esto se los explicaré ahora, primero, les dije que la tercera misión sería la más difícil así que no deberían sorprenderse tanto, supongo que esa es la razón de porque los demás no quedaron tan impactados, ¿verdad?
Los supervivientes lo vieron unos segundos y luego Sebas dijo con una voz algo dudosa:
—Sí... podría decirse.
El general no le dio mucha importancia y continuó:
—Bueno eso es lo de menos, en segundo lugar, no sé cómo pero aún hay gente en DeepOcean, y además de eso, se enteraron que el ejército rescató a personas de esa ciudad, cuando anteriormente no lo habían hecho, por lo que pensaron que si una vez estuvieron aquí, pues podrían volver, así que recibimos dos llamadas de esa ciudad.
Antes de dejar proseguir al general, José dijo:
—Disculpe señor, pero... si recibió dos llamadas, ¿eso no equivaldría a dos rescates? ¿No cree que sería muy complicado para nosotros?
El General al terminar de oír las palabras de José le respondió:
—Soy consciente de eso, por ello es que no los dejaré ir solos, además de que en esa ciudad hay muchos mutados, decidí enviar con ustedes al equipo de Rescate Alfa para que los ayuden con su misión.
—Bueno eso me tranquiliza un poco supongo.
El General luego dijo:
—Ahora pasaré a darles toda la información necesaria de la misión, pero antes —se dirigió a Marcell—, soldado haga ingresar al resto de miembros del Rescate Alfa.
Marcell acató las órdenes del General e hizo entrar a los demás soldados, luego cuando ya todos estuvieron dentro dijo:
—Ahora sí puedo darles toda la información, primero al Rescate Alfa, decirles que ustedes irán por un hombre, su esposa y su hija. Se encuentran en la zona norte de la ciudad en el edificio más alto, piso 14. Ahora voy con ustedes —dirigiéndose a los supervivientes—, su misión será evacuar a dos jóvenes, ellos les darán el alcance en una azotea de la zona sur de la ciudad en el hotel de "La Perla". Llamarán su atención con unas bengalas. Ya tienen la información. Cada grupo irá en un helicóptero aparte para cumplir sus respectivas misiones, así que andando. A prepararse.
Los supervivientes y los soldados del Rescate Alfa fueron a armarse para ir a la ciudad, y mientras se preparaban, Sebas le dijo a Marcell:
—Oye bro, tengo una sensación mala, siento que algo no saldrá del todo bien.
—Te soy honesto bro, yo igual. Tengo algo en mi cabeza que no me deja tranquilo acerca de esta misión.
—¿Y si la misión falla? ¿Y si alguien...
—No bro, no digas eso, a pesar de estas sensaciones, vayamos con la frente en alto y cumplamos la misión.
—Tienes razón, como debe ser.
Ambos terminaron de alistarse y fueron con los demás a subir a los helicópteros para partir, pero en el pasillo cuando ambos amigos estaban camino al patio se encontraron a Kendall, quién al verlos les dijo:
—Vaya, qué sorpresa, pensé que ya se habían ido.
—Aún no, pero justo ahora estábamos yendo al patio para ir en los helicópteros a cumplir el rescate —contestó Sebas.
—Ah ya veo, esta será su última misión y será en una ciudad muy poblada, ¿a qué ciudad irán?
—Tendremos que ir a DeepOcean.
—Oh, el escuchar el nombre de la ciudad a la que irían debió ser muy sorpresivo para ustedes.
—Algo así.
—Oye amigo —dijo Marcell dirigiéndose a Sebas—, no esperarán a que lleguemos al patio todo el día.
—Tienes razón, ya es hora de que se vayan, no los interrumpo más —dijo Kendall.
—Sí, mejor conversamos una vez hayamos regresado —contestó Sebas.
—Sí, será mejor... bueno ya vayan.
—Es verdad, vamos bro.
Sebas y Marcell comenzaron a avanzar más rápido, pero antes de que se fueran del todo, Kendall gritó:
—Buena suerte en tu última misión de prueba Sebas.
Sebas se detuvo y giró, la vio y le dijo sonriendo:
—Será pan comido, de verás.
—Así será —contestó ella.
Terminó de decir eso, Sebas se dio la vuelta y fue a alcanzar a su amigo, y una vez estuvo con él, Marcell le dijo en tono de broma:
—Es bueno ver como la relación que llevan ustedes dos ha cambiado para bien.
—¿Relación? ¿De qué relación hablas? Aquí no hay ninguna relación —contestó Sebas sonrojado.
—Me refería a su amistad.
—Sí, como no.
—En fin, démonos prisa.
Ambos llegaron al patio donde estaban esperándolos, en un helicóptero subieron Sebas, José, Milagros, Cecilia y Alex, y en el otro Marcell y el resto de integrantes del equipo del Rescate Alfa. Ambos helicópteros se elevaron y partieron en dirección a la ciudad donde todo inició. Después de minutos llegaron a la ciudad; en un punto ambos helicópteros se separaron, ya que cada equipo tenía que ir a un lugar diferente, pero se estarían comunicando por medio de radios. El Rescate Alfa fue por la familia al norte de la ciudad, mientras que el equipo de los supervivientes fue al sur para recoger a los chicos. Poco a poco, los helicópteros se fueron alejando hasta tal punto de que se perdieron de la vista uno del otro, y dentro del vehículo, los supervivientes esperaban llegar al punto de encuentro con los jóvenes, cuando José notó que Sebas andaba algo distraído y preocupado, así que se acercó y de manera un poco discreta le preguntó:
—¿Algo anda mal?
—La verdad es que sí, tengo un mal presentimiento.
—¿Piensas que algo pueda salir mal en esta misión?
—Sí, y este presentimiento no me deja tranquilo.
—¿No estarás algo asustado por volver a DeepOcean?
—¿Qué? No, nada que ver, no es eso, es otra cosa.
—Pues creo que lo único que me queda por decirte es que te calmes y te enfoques en la misión, porque esa será la única forma de que todo salga bien...
Antes de que José pudiera seguir conversando con Sebas, el piloto del helicóptero les dijo a todos los tripulantes:
—A todos dentro del helicóptero, prepárense, hemos llegado a nuestro destino.