POR FAVOR NO SALTEN LA NOTA.
Soy consciente de que no he publicado desde hace más de un mes, también soy consciente de que tengo que terminar la historia y que tengo no solo un compromiso con ustedes. Quería hacer este capítulo algo especial y diferente, pero la verdad estoy un poco nerviosa de como recibirán esta parte de la historia. Que no les guste y que simplemente dejen de leerla. Por eso estoy sumamente nerviosa con esto. Enserio espero que la disfruten y agradezco a todos y cada una de las personas que leen, comentan y votan mi historia, es una locura que ya haya llegado a mas de 12K leídas. Es algo que jamás olvidare. Los quiero chicos y gracias por darse el tiempo de leerla. Disfruten del capítulo.
***
Semaña 3:
Sabía que Peeta estaba vivo. Pues el pitido de la enorme maquina que estaba junto a la camilla todavía sonaba junto con cada latido. Aurelius venía, aun lo seguí haciendo. pero podía ver como la chispa de esperanza en sus ojos se iba apagando al igual que la mía.
-¿Algúna novedad?- pregunte nerviosa
Suspiro y negó con la cabeza -No
Mire a Peeta. Sus mejillas estaban hundidas junto con las cuencas de sus ojos, Los brazos y sus piernas estaban tan delgadas que estoy segura que no se sostendría mucho con ellas -Esta muy delgado- murmure
-Lo sé- contesto Aurelius -, pero a los pacientes en como se debe evitar a toda costa suministrarles alimentos y bebidas
-Pero esta tan débil- repetí -Es como cuando lo rescataron del...- capitolio, quicé decir, pero las palabras quedaron atascadas en mi garganta
Aurelius reacomodo a Peeta de nuevo, ya que tenían que estarlos moviendo para evitar un daño en los músculos. Y me dio una palmada en el hombro para reconfortarme antes de salir. Hice una mueca simulando una sonrisa y tome mi lugar al lado de Peeta, de nuevo para cerrar los ojos y abandonarme al sueño.
***
<<― ¿Peeta? ― Hay un olor suave de pelo chamuscado. Llamo su nombre otra vez, sacudiéndolo levemente, pero no hay respuesta. Mis dedos tropiezan sobre sus labios, donde no hay aliento cálido aunque hace unos instantes estaba jadeando. Presiono mi oreja contra su pecho, sobre el lugar donde siempre descanso la cabeza, sonde sé que oiré el fuerte y constante latido de su corazón.
En vez de eso, encuentro silencio.
― ¡Peeta! ― Grito. Lo sacudo con más fuerza, recurriendo incluso a abofetearlo, pero es inútil. Su corazón ha fallado. Estoy abofeteando el vacío. ― ¡Peeta!>>
***
-¡Peeta!- grito, sin aliento
Llevo mi mano al pecho mientras el sudor corre por mi frente, mis ojos corren por toda la habitación hasta posarse en Peeta. Las pesadillas han vuelto. Lanzo mi cabello para atrás peinándolo un poco con los dedos. La puerta se abré con un raudo movimiento junto con un precipitado Haymitch.
-¿Estas bien?- pregunta pasando su mirada de Peeta a mi
-Si solo...- suspiro y cierro los ojos hacia el cielo -, fue una pesadilla
Entro en la habitación mientras cerraba la puerta y se acercaba a mi lentamente.
-Ven- me dijo con los brazos extendidos
Me levante sin pensarlo y me acurruque en sus brazos -Oh Haymitch- solloce -. ¿Porque siempre tiene que ser el?
-No lo se, Katniss- contestó mientras me daba palmadas en la espalda
-Es que es tan- mordí el interior de mi mejilla para no gritar -...injusto
-Lo sé tranquila, despartará, eso tenlo por seguro
-No lo creo, Haymith- dije entre lágrimas -. La vida me esta cobrando todas ¿cuando nos dejaran ser felices?
-Tranquila- susurra en mi oído mientras acaricia mi cabeza -. Despertara.
Me separe de el para observar sus ojos. Quería ver en su mirada que el creía en las palabras que acababa de decir. La había.
-Jamas te he visto tan optimista- le dije
Me sonrío y volteo a ver a Peeta -Quiero al chico de vuelta con nosotros, es fuerte y se que luchara hasta el ultimo minuto por vivir.
Peeta
Imagino que despierto. Que mis ojos se abren pero estos están en una oscuridad intensa. Hay una caja alrededor de mi, ajustada y adherida a mi medida. Pero todo esto es extraño, pues puedo escuchar todo lo que ocurre fuera de esta. Escucho la voz de Katniss, ella esta aquí, conmigo. ¡Katniss! grito. Pero se que no puede oírme.
La caja se ajusta a mi cara y mis labios tan bien, que no puedo realizar ningún ruido. Solo puedo escuchar a Katniss llorar y su voz que promete mi recuperación, pero su voz es tan apagada. Esta demasiado frío aqui, como un congelador y mis labios están secos. Tengo mucha sed.
Siento las cálidas manos de Katniss en mi rostro, se que acerca su cara a la mía porque siento su aliento caliente y húmedo en mi frente junto con una lágrima caer y correr hasta mis labios. Pero no siquiera eso hace a mis labios refrescar. Quisiera despertar y tomarla entre mis brazos.
-Te amo- susurra en mi oído -. No tienes idea de...
Su voz se vuelve débil en el aire y solo escucho un eco ¡No! Quiero escucharla ¡Katniss! ¡También te amo! Todo se vuelve negro y vuelvo a perderla...
Mis ojos volvieron a abrirse, pero esta vez no había oscuridad, sino árboles verdes y altos, junto con un hermoso cielo azul despejado de nubes sobre mi. Era un bosque. El bosque del distrito 12. Observo las aves alzar su vuelo de las copas de los arboles y ser libres junto al viento, me pongo en marcha junto con las hojas crujir bajo mis pies y la suave brisa de la mañana golpeando suavemente mi rostro. Se a donde estoy llendo, ya he venido con Katniss antes, nuestro lugar, el lago. Espero que ella este ahí, sentada sobre la orilla del lago con solo sus pies tocando el agua y sus hermosos ojos grises observando los arboles. Apresuro mi paso para poder verla, pero no es así. Un hombre de hombros anchos vestido con pantalones y camisa algo grandes para el, de color blanco junto con un delantal a la cintura, era lo que se cernía frente a mi.
-¿Quién eres y que haces aquí?- pregunte manteniendo la distancia por precaución
-Vaya- exclamo el hombre con obvia decepción -, ya no reconoces a tu propio padre ¿Es que el coma te a borrado la memoria, hijo?- pregunto mientras giraba lentamente
Reí entre dientes -Tengo una perfecta memoria
-Lo se, Peeta- dijo mientras negaba con la cabeza y se acercaba a mi -. Todos aquellos detalles que me decías sobre Katniss me lo recordaban.
Se fue acercando hasta estar a mi altura y sonreír para luego atraerme a sus brazos en un abrazo paternal, susurro mi nombre mientras me daba palmadas en la espalda. Al separarnos me sujeto por unos minutos por la nuca y volvió a sonreír.
-Papá, estas aquí ¿Real o no real?
-Real, hijo- contestó mientras se sentaba en una de las rocas junto al lago -.Estoy aquí, de verdad
Pestañee extrañado mientras veía a mi padre con una expresión confundida - Pero ¿como? eso es... prácticamente imposible
-Eso también lo se
-¿Entonces? ¿Como es que estas aquí?- pregunte confuso mientras abria mis brazos para enfatizar la pregunta
-Tu alma no esta quieta, Peeta- dijo mientras lo miraba confuso -. Mientras tu cuerpo descansa, se recupera de sus heridas, enfermedades, de lo físico, tu alma puede ir adónde desee y relacionarse con quién quiera.
-Entonces no eres real- declare
-No, si lo soy ¿hay algo que quieras saber, hijo?
Debía admitir que esto era confuso, pero en definitiva si había algo que quería saber.
-La noche del bombardeo- dije mientras cruzaba mis brazos -¿Que fue lo que paso? ¿Por que ustedes no fueron al bosque?
Asintió y se reacomodo junto a mi sobre la parte rocosa del lago para después hablar:
-Tu madre y tus hermanos, temían a lo que podía haber en el bosque y debo admitir que yo también tenía ese miedo. Después de que se interrumpiera la señal del Vasallaje y todo quedará en silencio, tu madre comenzó a colapsar, diciendo que debió haber demostrado más su amor por todos ustedes y admitía haber sido una bruja y aceptaba las razones por las cuales se había ganado ese nombre.
>>Logre tranquilizarla luego de un rato y cuando la estaba llevando a la cama para descansar, un par de hombres; entre ellos Gale, comenzaron a sacar a las personas de las casas. Todos sabíamos que el Distrito iba a ser bombardeado después de eso. Y ese chico, Peeta. El que era llamado primo de Katniss fue el que nos llamo para que fueramos con el. El quizo sacarnos de ahí.
>>Pero fue tu madre la que lo hecho, diciendo que el vivir en la parte comercial del Distrito 12 nos mantendría a salvo, lo cual ahora que lo pienso fue una estupidez. Pero todos estábamos asustados y eso no nos dejo pensar. Cuando escuchamos las bombas más cerca ya era demasiado tarde.
Deje de mirar a mi padre para voltear al cielo y cerrar lo ojos con un suspiro. Gale, él había tratado de salvar a mi familia sin necesidad de una justificación. Aun después de todo ese odio alimentado con la sed de venganza y libertad para derrocar al Capitolio, había tomado tiempo para la bondad. Katniss me había contado que el había sido el primer voluntario para la misión de mi rescate. pero que no sabía si lo hacia por ella, por el mismo o una preocupación genuina por mi.
Ofrecerce voluntaria y salvar a mi familia, lo haya hecho por quien lo haya hecho era un acto que no olvidaría y tendría que agradecer. Reconocía que no era mi amigo pero tampoco mi enemigo, pero también recordaba el día en que le dijo a Katniss que se fuera con el al Distrito 2, formar una nueva vida, lo entendía completamente, pues la amaba y amar puede ser tanto el mejor remedio medicinal, como la peor tortura y arma de destrucción para acabar con la vida de una persona.
Katniss
Como igual a los otros días que llevaba observando y cuidando a Peeta estas tres semanas, estaba sentada en el mismo sillón tomando su mano sin ninguna esperanza. Había decidido que no sería enteramente fuerte como para soportar la ida de otro ser al que amaba. Si quiera pensar en que tendría que meter a Peeta en una solida y fría caja de madera para después dejarlo bajo la helada tierra me había hecho llorar y sollozar.
Effie y Haymitch son las personas que más me han apoyado en estos momentos. Effie vino una semana dos semanas después informada por Haymitch, la cual me abrazaba y consolaba como una verdadera amiga. Al principio había estado enojada e incluso indignada un poco al no haberse enterado antes de la situación, Pero al verme ese pequeño enojo se convirtió en simpatía. Debo de verme tal como imagino. Destrozada, gris y sin vida.
Había perdido peso al igual que Peeta estas ultimas semanas y Haymitch junto con Effie y Aurelius me han amenazando con internarme si no me alimentaba. A lo cual les respondí:
-No me movere, ni comere nada hasta que Peeta despierte, eso es lo único que quiero
-Querida- dijo Effie entre suspiros -, piensa en tu salud en como estás...
-¡Ya dije!- la interrumpí mientras lanzaba una mirada asesina
-¡Tan terca como un perro!- exclamo Haymitch saliendo de la habitación con los brazos
-Y tan encantadora como una babosa muerta- comente, a lo que logre que soltaramos una pequeña risa los tres
Después de eso me recoste sobre el sillón para poder dormir un rato y cerrar los ojos, pero cuando estaba por hacerlo vi las doradas pestañas de Peeta moverse y estas abrirse para mostrarme sus hermoso ojos azules y volver a esconderse bajo los parpados de nuevo.
-¡Aurelius!- grite -. ¡Es Peeta, ven a ver esto! ¡Peeta, abrio los ojos!
Escuche varios pasos correr, incluso los tacones de Effie y en segundo todos ellos ya estaban en la puerta con la mirada en mi y en Peeta.
***
Y aquí se marca el final de otro capítulo. Espero que lo hayan disfrutado y también espero apagar un poco el odio que hay por parte de algunas personas (incluyendome) hacía Gale, ya que el es bueno, solo que su terquedad por ver libre a panem lo llevo a circunstancias dificiles, igual que a todos los personajes. Comenten que les parecío esta parte o que no les gusto solo haganlo, tampoco se olviden de votar. Creo que con este capítulo; hablando de almas. la de muchos podra descansar respecto a Peeta (la mía lo hizo) jaja
¿Que opinan de la nueva portada? :) yo la hice, solita.
No se olviden que los quiero y todo esto es por ustedes. Hasta pronto. P.D. Todavía no habra final feliz jaja. ¡Los quiero!