Jackson me despierta más tarde y por supuesto me siento mejor.
−Hey, Damien llamó, dice que si no quieres ir a jugar billar
−No se jugar billar
−Bueno, puedes aprender
−Lo mejor será que me quede aquí, ve tú
−Valentina Summers, levántate de esa cama y vamos ahora mismo
−Solo si me prometes una cosa
−¿Qué?
−Que no vas a dejarme beber
Él suelta una carcajada.
−Dalo por hecho
Me levanto con desanimo de la cama y camino hasta el baño para poder ponerme algo más decente que usar. Una vez lista nos ponemos en marcha. El lugar es algo pequeño y para mi suerte no hay demasiadas personas en el lugar. Divisamos la mesa en la que están los demás y entonces me paro en seco haciendo que Jackson se pegue contra mi espalda.
−¿Val?
−No voy a ir ahí
Digo mientras me giro para quedar frente a él. Jackson levanta su cabeza y mira hacia ahí.
−¿Esa es…
−Sí, tu adorada prima Jackson, con…
−¡Valentina, Jackson! –los gritos provienen de Fred− ¡Vengan que bueno que ya llegaron!
−Jackson por favor
−Valentina, si te vas ahora solo le darás el gusto
Doy un largo suspiro, Jackson pasa su mano por mis hombros y juntos caminamos hacia la mesa. Damien y Monic son los que juegan para mi gran sorpresa.
−Fred ¿Por qué no me dijiste que tu novia sabía jugar eh? –pregunta Damien
−Calla y tira, Jack, Val ¿Quieren algo de tomar?
−Yo sí –digo de inmediato
−Val –me dice Jackson en mi oído
−Sh –lo callo mientras me dejo caer en el taburete
Mi vista ni siquiera es capaz de cruzarse con la de Tina y muchísimo menos con la de Alexander que está sentado a su lado. Cesar por su parte habla con la primita de mi mejor amigo aunque ella no parece prestarle la mínima atención.
Fred llega y se sienta alado de Jackson.
−¿Por qué rayos no me dijiste que ellos iban a estar aquí? –le escucho preguntarle a Fred
−Bueno, no teníamos idea de que tu adorable prima iba a venir
−¿Y cómo porque está aquí?
−Estaba en el departamento de Alex cuando Cesar fue a decirle que si quería venir
Jackson me mira y entonces se da cuenta de que he estado escuchando cada palabra. Quiero levantarme en ese momento pero lo único que logro hacer es tomarme de golpe la bebida que Fred me ha dado. El juego termina y Monic gana.
−Vamos Jack, es nuestro turno –le dice Fred
Ambos se ponen de pie mientras que Monic y Damien toman los lugares a mi lado.
−No vayas a excederte esta vez Val –me pide Damien
−Oh por favor ¿Hice alguna cosa vergonzosa ayer?
−Na, pero no te mirabas nada bien
−No estoy acostumbrada
−Entonces deberías acostumbrarte
Pasa su mano por detrás de mí y toma la botella para luego llenar mi vaso de nuevo.
−Veras no sé si deba
−Anda, yo te cuido
Ante su terrible insistencia *sarcasmo* tomo un poco más. El lugar comienza a quedarme chico de pronto. Entonces la chillona voz de Tina llama mi atención.
−Quiero ir a casa –dice haciendo berrinche como una niña tonta
Pone sus brazos alrededor del cuello de Alexander y algo dentro de mí se enciende.
−Tienes tu auto –le dice él indiferente mientras intenta seguir mirando el juego entre Jack y Fred
−No puedo ir así estoy ebria –eso era más que evidente− Además tú tienes las llaves
Alexander voltea a verla molesto. Luego su mirada cambia y le dedica una sonrisa.
−¿Quieres irte ya? –le pregunta con una voz dulce que me hace querer vomitar
−Si –responde ella mientras acerca su rostro al de él pegando sus frentes lo más que puede
Aprieto el vaso que sostengo con fuerza. Quisiera lanzárselos pero no sería capaz.
−Bien, ay que irnos de aquí –dice él
Lo veo levantarse y luego dejar que ella lo haga. Tina comienza a caminar hacia la salida. Pero Alexander no la sigue. Cesar también se ha puesto de pie. Alexander le entrega lo que parecen ser unas llaves y se dicen algo entre susurros. Cesar ríe un poco nervioso y luego sale detrás de Tina que está lo suficientemente ebria como para no darse cuenta de que no es su príncipe azul quien la acompaña. Mi mirada se encuentra por fin con la de Alexander que me mira sin expresión alguna. De inmediato la desvió dándole un trago a la bebida. El juego entre Jackson y Fred dura poco dejando a Jack como el ganador.
−Monic haznos un favor a todos y enseña a tu novio a jugar –le pide Jackson
−Vamos ya los que siguen –dice Fred− ¿Dónde está Cesar y la loca?
−Esa loca de la que hablas es mi prima –le dice Jack
−Bueno bueno… pero ¿Dónde están?
−Se fueron –dice Alexander
−¿Juntos?
−Uhum
−Ese Cesar solo la cara tiene, bueno entonces vas tú con Valentina
Me atraganto de pronto con la bebida.
−¿Qué? ¿Yo? –pregunto− Yo no sé jugar olvídenlo
−Oh, es fácil –dice Damien
Se pone de pie y hace que yo también lo haga.
−Tu metes las rayadas, él mete las lisas, el número ocho queda al último, si logras meter sigues jugando si no es su turno y así
−Ah claro… ahora ¿Cómo se supone que agarro el bastón?
Damien suelta una carcajada.
−No se llama bastón Val… es el taco
−Ah
−Mira
Damien se pone detrás de mí. Acomoda el taco en mis manos y sostiene mis brazos por detrás haciendo que me incline en una posición un tanto incomoda. Su cuerpo se inclina de la misma manera pero guardando su propia distancia. Miro hacia arriba tratando de acomodar el cabello que callo en mi cara y me encuentro con los ojos de Alexander que miran la escena de una manera amenazante. Como si estuviera buscando solo un movimiento en falso de Damien para atacarlo. No puedo evitar soltar una sonrisa que no dejo que nadie vea.
−De acuerdo ahora haces esto hacia atrás –me explica− Y luego empujas hacia enfrente, la fuerza va a depender de que tan lejos este el hoyo, eso será por tu propio juicio
−Estoy bebiendo después de que prometí no hacerlo –le respondo− ¿Crees que tengo un buen juicio?
Él vuelve a reír.
−Alex ¿Te molesta de le ayudó durante el juego?, es su primera vez –le pregunta Damien
Él no responde verbalmente, solo asiente sin siquiera mirarnos.
−Uhum bueno, inicia tu hombre
Alexander toma el triángulo ese extraño y mete tosas las bolas ahí, después lo quita y se inclina para dar el primer tiro. Interesante, mi cabeza está más allá que aquí. Pienso que estaría mejor en mi cama leyendo un buen libro que jugando billar con mi ex novio.
Llega mi turno. Me siento como una completa idiota intentando jugar algo de lo que no tengo idea.
−Ok… baja un poco más tu brazo –me pide Damien mientras pone una de sus manos en mi codo flexionado haciendo que baje el brazo a la posición adecuada
Tiro y la bola entra casi sin avisar. No puedo evitar dar un salto por la emoción.
−Oye bien hecho
−Suerte de principiante –dice Jackson
−Podría decir lo mismo –dice Fred
−Olvídalo, llevo ocho años en esto
−¿Pueden callarse? –pregunta Alexander molesto
Ambos chicos lo miran por un rato luego se callan. Vuelvo a tirar pero esta vez mi suerte no es tan buena. Llega entonces el turno de Alexander, sin embargo su suerte tampoco está reluciendo el día de hoy.
−Ok Val si golpeas esta, puedes llegar a meter las dos siguientes
−Eso… ¿Es posible?
−Le rezare al dios Zeus para que lo sea
Golpeo la primera y tal como él lo predijo, las otras dos entran también.
−¡Santo ángel! –grito emocionada
−Creo que me mentiste al decir que no sabías –dice Damien
−Supongo que eres un buen maestro
−Quizá –dice sonriente
−¿Podemos continuar? –pregunta mi oponente realmente molesto
−No te enfades, ya llegará tu turno –le respondo mientras me inclino para volver a tirar
Cuando todas las bolas han sido metidas, y a pesar de mi buena suerte no es a mi quien le toca buscar que la bola ocho entre por primera vez. Sin embargo Alexander lo intenta y falla, mi turno de nuevo sin nada de éxito. Se vuelve estúpido el juego después de unos minutos de intentos fallidos por ambas partes.
−Ok ya basta –dice Fred− ¿Quiere alguno de los dos meter la maldita bola?
−A ver Val
Damien vuelve a tomar su posición detrás de mí.
−Hay que ponerle lentitud al asunto –dice él
−Lo que quiero es que terminen para poder jugar
−Cállate Fred, ok Val atrás –hace que el taco y mi brazo se muevan hacia atrás− Y con cuidado
Ahora nos mueve hacia enfrente pegando en la bola blanca que da un paseo por las mesa hasta tocar a la bola negra que de igual manera hace su pasarela hasta que.
−¡Genial! –grito con emoción
−¡Ha eso es!
Damien me abraza para celebrar el triunfo que en parte también es suyo. Pero un fuerte ruido hace que nos separemos por completo. Me volteo y veo el taco con el que Alexander estaba jugando en la mesa y un poco roto mientras el sale del lugar hecho una furia.
−Diablos –dice Damien y sale detrás de él
Mis instintos reaccionan y entonces corro a detenerlo.
−Déjame ir ¿Si?
Damien duda un largo rato y luego solo asiente. Sigo hasta la puerta donde lo vi salir. No ha sido la principal. Cuando salgo me encuentro en una especie de callejón sin salida. Veo a mi alrededor y lo encuentro recargado en una de las paredes, saca de su bolsillo su frasco de pastillas y se lleva dos a la boca.
−¿Te molesta mucho que te haya ganado? –le pregunto haciendo que note mi presencia− Su mirada se encuentra con la mía y la sostiene por un largo tiempo
−Me importan un pepino sin ganas o no –dice frio
−Ah claro… ¿Entonces ese drama de romper el taco y salir aquí solo fue para el ensayo de tu próxima obra de teatro?
−¿Por qué no me dejas solo?
−Ahora quieres estar solo, bueno
Me doy la media vuelta y comienzo a caminar pero entonces él habla.
−No soporte ver cómo le coqueteabas descaradamente a mi mejor amigo en mi cara
Me detengo en seco y me giro para mirarlo confundida.
−¿Qué?
−No soy idiota
−Oh sí que lo eres, por qué aunque eso fuera cierto tú no tienes ningún derecho a molestarte
−Ya sé –confiesa sin siquiera verme− Eso lo hace peor
−No soy como todas las tipas con las que sueles estar ¿Ok?, respeto las relaciones de las personas con las que me relaciono y entiendo que siendo Damien tu mejor amigo es intocable para mí, yo no coquetee con él, las percepción de las personas cambia por sus experiencias de vida, a veces el león cree que todos son de su condición
−¿Intentas insultarme con eso?
−Cada quien entiende lo que quiere entender
−Deja de hablar con acertijos demonios
−Eres un amargado
−Uhum uhum
−Alexander, no puedes molestarte con Damien, solo eso te pido
−No me he molestado con él
−¿Entonces conmigo?
−¿Te importa?
−Para mí desgracia si
Él solo niega con la cabeza.
−Ya debo irme
Se despega de la pared en la que ha estado recargado y camina hacia mí poniéndose enfrente.
−Deberías volver a jugar, quizá Damien pueda enseñarte más trucos
−Oye eso no es una mala idea –digo a tono de reto
−Bien
−Bien...
Me doy la media vuelta pero de pronto él me detiene poniendo su mano alrededor de mi brazo y girándome hacia él de una manera un tanto brusca pero sin llegar a lastimarme. Su mirada penetra en la mía como clavos en una pared. Mi respiración se agita de pronto. Me empuja con la misma brusquedad hacia atrás y me acorrala contra la pared y su cuerpo. Toma mis caderas con sus manos y me pega más a él haciendo que las abejas asesinas que por tanto tiempo estuvieron dormidas comiencen a revolotear libres por todo mi cuerpo.
Una de sus manos sube por mi brazo hasta atrapar mi rostro y rozar con uno de sus dedos mis labios que se abren dejando escapar un ligero sonido. Él sonríe entonces.
−No –le advierto en un susurro, pero es una advertencia muy vaga
Sus labios buscan los míos y cuando por fin ambos se encuentran solo es para separarse casi al instante.
Él me suelta por completo y mi cuerpo ya comienza a sentir que algo le hace falta. Me mira una vez más y luego simplemente comienza a caminar hacia lejos de mí. No hago nada más que mirarlo partir.