Sin Anestesia (SA #1) [Finali...

De alexklyver

1M 52.5K 1.7K

Sinopsis Piper es realista, desubicada, y mordaz; Aiden es centrado, arrogante e inteligente; Logan es libera... Mais

Dedicatoria
Prefacio
Capítulo 1: Todos tenemos súper-poderes
Capítulo 2: Quien dice tener vida social...
Capítulo 3: Todo cambia
Capítulo 4: La vida es bella
Capítulo 5. Una piedra en el zapato
Capítulo 6. Resaca
Capítulo 7. El tiempo borra las heridas
Capítulo 8. Se Busca
Capítulo 9. Ser o no ser.
Capítulo 10. Nada es Suficiente.
Capítulo 11. Vientos de cambios.
Capítulo 12. El tiempo vuela
Capítulo 13. Pruebas.
Capítulo 14. ¿Cómo...?
Capítulo 15. Dormir es para débiles.
Capítulo 16. Viviendo la vida loca
Capítulo 17. El Problema...
Capítulo 18. La primera vez
Capítulo 19. El paraíso
Capítulo 20. Terror
🎵 Extra #1 Playlist 🎵
Capítulo 21. Simplemente.
Capítulo 22. Recuerdos
Capítulo 23. El Plan
Capítulo 24. Quiero vacaciones.
Capítulo 26. No soy una mentirosa
Capítulo 27. Como perro con dos colas
Capítulo 28. Confrontar y avanzar
Capítulo 29. Situaciones raras de la vida
Capítulo 30. Piper se prepara para dar guerra.
Capítulo 31. En un solo segundo
Capítulo 32. Cambio de perspectiva |Final|
🎵 Camila - Todo cambio 🎵
📚Próximo Libro: Sin Reservas
📚Sinopsis: Sin Reserva
🎵 Playlist Piper Moore: The life is addictive 🎵
🎵 Playlist Loreley Dalley: Fuck yeah Bitch!!! 🎵
🎵 Playlist Aiden Harrison: Sweet & Evil 🎵
🎵 Playlist Logan Harrison: Drama King! 🎵
Algo que se llama vacaciones
Ligero
Señor y Señora Moriarty
💉Extra: Cosas que quizás no sepan💉
💉Extra Extra💉
💉Q/A Piper
Reseñas
Me recibi!!!!
++
++

Capítulo 25. ¿Esto es una cita doble?

20.7K 1.1K 34
De alexklyver

— Eh... no, supongo que ya deben estar cansados de tener citas, ¿no? —preguntó Loreley mirándome a mí y a Aiden.

Ladeé mi cabeza, cual cachorro confundido, y la mirada de Aiden se llenó de sarcasmo. De reojo vi a Matt sonreír.

— Cuando hablamos de citas, ¿Estás hablando de mirar películas en el sofá o cuando nos juntamos para que él me aceche para estudiar? —pregunté.

— ¿O dormir siestas durante las largas guardias? —preguntó Aiden. Loreley y Matt intercambiaron miradas antes de negar.

— Entonces no, no estamos cansados —comenté, recostándome sobre el respaldar de la silla y usando el brazo de Aiden como almohadón.

— ¡Eres un pésimo novio! —se quejó Matt, riéndose cruelmente de Aiden que fingió ofenderse.

Loreley y yo nos miramos involuntariamente, y sentí mi rostro enrojecer. Era la primera vez que hablábamos de nuestra relación como un noviazgo; eso lo volvía extraño en un modo genial pero también terrorífico.

— Ey, yo soy la única que puede decir si es bueno o mal novio —dije, intentando sonar casual—. Bueno, yo y las incontables ex novias que tuvo —agregué. Aiden giró hacia mí con expresión amenazadora.

Hice caso omiso a sus gestos, y solo me acerqué a él para darle un breve beso en los labios, que lo amansó un poquito.

— Ustedes son apestosamente pegajosos —canturreó Loreley maliciosamente. Tanto Aiden como yo la miramos un tanto indignados. Ella solo rodó sus ojos, divertida—. Mejor terminemos de comer, así después tienen sexo y se les mejora el maldito mal humor —ordenó.

Le hubiese respondido algo acorde al momento, pero ese fue el instante en que el dueño del lugar decidió hacer una de sus magistrales apariciones, como sucedía cada vez que había estado en ese sitio.

— ¿Qué tal la cena? —preguntó Douglas, mirando a sus dos amigos en busca de aprobación en sus miradas.

— Excelente —respondió Matt mientras Loreley le respondía con un gesto de manos. Douglas sonrió, satisfecho, y al ver que Aiden le insistía que se uniera, desabrochó el sacó de su traje con una elegancia digna de aprender para luego sentarse.

— ¿Cuándo osarás hacernos compañía? —le preguntó Matt provocadoramente. Douglas sonrió fanfarronamente y desvió su intrigante mirada ámbar a las personas que cenaban en la sala.

— Con mi hermano y la tuya, tengo bastantes enredos amorosos rodeándome —murmuró.

A Matt no le hizo nada de gracia que le recordara que su pequeña hermana estaba saliendo con el bastardo del hermano menor de él. El disgusto curvó sus labios y sus ojos cristalinos se oscurecieron.

Douglas se encogió de hombros ante la reacción de Matt, mientras Aiden adquirió una actitud perversamente divertida. Si él tuviese una hermana menor... creo que actuaría igual y por eso no debía burlarse pero ni loca se lo diría, porque opacaría el brillante humor que tenía.

Afortunadamente, Douglas cambió de tema y comenzaron a hablar acerca de cosas que ni Loreley ni yo teníamos idea, así que simplemente nos desconectamos para entretenernos con nuestros delirios cotidianos y alguna que otra anécdota del trabajo.

— ¿Aiden? ¿Matty? ¿Y Dougie? —una suave voz se erigió sobre el murmullo de las conversaciones, y de repente, nuestra mesa se silenció.

Loreley y yo giramos hacia el origen de aquella voz, y nos quedamos contemplando a la chica que se había acercado a nosotros con una extensa sonrisa alegre.

Ella era alta y de cuerpo menudo, podía notar su origen oriental en los rasgos de su rostro que le daban la apariencia de una perfecta muñeca. Su pelo castaño caía suavemente, y sus ojos negros se posaban fijamente en Aiden, con una mezcla de fascinación y sentimientos que hicieron que mi cerebro titilara con advertencia.

— ¿Saori? —preguntó Aiden con incredulidad en su voz, y sin dudarlo, se levantó para abrazarla. Douglas y Matt también se levantaron, para saludarla.

Se notaba una vibra de familiaridad e intimidad entre ellos hacia ella. Loreley yo cruzamos miradas; desconocía los sentimientos en aquel instante de Loreley, pero sí sabía cómo me sentía yo... extrañamente desubicada.

— ¿Qué es de tu vida? ¿Qué haces aquí? ¿Cómo no nos has avisado? —los tres preguntaban al mismo tiempo como si fuesen niños de jardín de infante avasallando a la maestra.

Pero ella, lejos de estar confundida, sonreía mientras se organizaba para responder como era debido.

— Llevo unos meses aquí, aún me estoy instalando así que no he tenido tiempo de hacer sociales. Ahora estoy comiendo con mis padres —dijo, acomodando su pelo. Su apariencia estaba bien cuidada, y se notaba que era una chica de mundo.

Se sentía cómoda con ellos, y eso me hablaba de un fuerte lazo de amistad. Matt la abrazaba con brutalidad, como lo hacía con su hermana, y Douglas se veía risueño, mientras que Aiden mantenía su sentido del humor pero era más medido.

En mi mente, intentaba recordar su nombre de algunas de las tantas conversaciones que tuve con Aiden y Logan, pero nada salía. En un momento, me di cuenta que los tres habían dejado de hablar y que Saori nos miraba con curiosidad a Loreley y a mí.

— ¡Buenas noches! —nos dijo ella, y ambas las saludamos con torpeza. No sé que estaba mal con nosotras, pero esa chica nos hacia poner la mente en blanco.

— Sao es una antigua compañera de la universidad —Aiden nos explicó y se giró hacia ella, que no pareció muy conforme con la asignación que le dio de compañerismo—. Ellas son Loreley, la novia de Matt, y Piper, mi novia —le dijo Aiden, mirándome con una sonrisa que me hizo sentir más segura frente a lo que fuese que significaba ella.

Le sonreí como tonta, porque algo más lindo que su sonrisa era que me hubiese llamado su novia. Y sí, puede ser que me esté comportando como una perra territorial pero en algún momento iba a suceder.

— Ah, pero veo que me he perdido de bastantes cosas en estos años —dijo ella, mirándonos a Aiden y a mí con una sonrisa, pero sus ojos estaban turbulentos, casi tristes.

Sentí una tensa sensación, y no supe cómo reaccionar a la expresión con la que se mantuvo hasta que se fue, llena de una ensoñación melancólica. Pero lo peor, era que no quería poner ideas incorrectas en mi cabeza. Ya bastante tenía con el hecho de salir con el enemigo mortal de mi mejor amigo, el cual no me habla y tener la siempre pendiente conversación con mi ex novio, el cual es gay.

¿Cómo mierda pensé que mi vida era aburrida? Ya con esto tengo como para rellenar media temporada de Grey's anatomy. Así que Shonda Rimes... tienes competencia.

— Pip Pip Pip ¡Piper! —me llamó Loreley, casi sonando como controlador de pulsaciones. Sacudí mi cabeza, volví a la realidad súbitamente, y me di cuenta que ya nos encontrábamos yéndonos del restaurante.

«¿Cómo pasó el tiempo tan pronto?»

Loreley entrecerró sus ojos, con una mezcla de provocación y sarcasmo en su mirada. Y así supe que estuve lo suficientemente desconectada del resto como para que ella se diera cuenta.

— ¿Se notó mucho? —pregunté en tono culpable. Ella ladeó su cabeza y me dedicó una sonrisa tranquilizadora.

— ¿Lo celosa que te pusiste o que te fuiste completamente a otro mundo? —inquirió. La miré con inocencia, y ella negó—. Ninguna de las dos cosas se dieron cuenta; ya sabes... son hombres —suspiró, enlazando su brazo con el mío para guiarme hacia la salida mientras los chicos intercambiaban unas últimas palabras con Douglas.

Una vez afuera, apoyé mi cabeza sobre el hombro de Loreley y respiré hondo el aire que nos rodeaba. Me sentía extraña y confundida.

— ¿Está mal que me haya sentido celosa? —pregunté, porque me sentía tonta. Esa chica realmente me agradaría si no fuese por las extrañas miradas hacia Aiden.

— No, no está mal —respondió Loreley—, lo que está mal es que eso te afecte en tu vida y en tus relaciones. Solo tienes que tomar esos sentimientos, transformarlos en algo bueno y simplemente que desaparezcan los miedos —agregó.

Ella lo hacía ver todo tan fácil.

— ¿Qué haces cuando estás celosa? —pregunté, y supe que cometí un error cuando la sentí sonreír de oreja a oreja.

— Tenemos sexo hasta que se hace de día y debemos dormir para trabajar —respondió. Meneé mi cabeza con una sonrisa, y mantuvimos el silencio hasta que oí la voz de Aiden.

— ¿Lista para ir a casa? —me preguntó, acomodándose la campera y ofreciéndome su mano.

— Por supuesto —respondí, despidiéndome de Loreley y enlazando mis dedos con los de él.

— Hasta mañana, cariño —canturreó mi loca amiga, dándome un juguetón guiño. Sonreí para mis adentros, y me acurruqué contra el brazo de Aiden cuando él me rodeó.

El eco de nuestros pasos resonaba, y disfruté de ese momento de silencio. Me obligué a no pensar ni hablar sobre la amenaza que me generaba la presencia de Saori, porque después de tanto tiempo estaba siendo feliz y no quería arruinarlo. Ni por mí, ni por él.

Sentí la presión de los labios de Aiden sobre mi pelo, y cerré los ojos para disfrutarlo aún más. No quería romper esa armonía, lo necesitaba y no podía perderlo porque él, realmente, estaba ayudándome a sanar mi corazón.

~~~

Hay ciertas cosas que adoro. Una, los días que no debo trabajar de noche. Dos, cuando esos días de no trabajo coinciden con el fin de semana. Y tres, cuando en esos días hacemos noche de chicas. Algo que últimamente se ha visto medio desvirtuado dado que se ha unido un nuevo integrante del genero XY, pero bueno, se lo perdonamos porque es un bebe hermoso.

Aunque... también se nos unió alguien más.

— Douglas y Matt están cansados de aguantarlos revolcándose en todos los rincones. Son más pegajosos que un chicle —comentó Loreley, mirando a Allison sonreírle con inocencia mientras tomaba un daikiri de frutilla.

— Yo no tengo la culpa que mi novio sea caliente, hermoso y perfecto —respondió con soberbia.

Margot la miró con la envidia clavada en la mirada.

— Extraño aquellos buenos viejos tiempos —susurró casi para sí misma, contemplando a su hijo entre sus brazos.

— ¿Por qué viejos tiempo? No, tienes que seguir manteniendo la pasión porque si no, todo cae —señaló con sus dedos hacia el suelo. Margot adquirió una expresión sombría.

— Intenta tener sexo mientras cuidas que tu hijo no se ahogue, duerma bien, no se cague o no tenga hambre —respondió. Allie le sonrió y sus ojos brillaron.

— Contrata a una niñera, váyanse un día a un hotel o a donde sea —dijo.

— Las niñeras son desconocidas y extrañas, y cada vez que pienso en una, recuerdo a Jude Law engañando a Sienna Miller... —respondió, y se llenó de horror y enfado—. ¿En serio? ¿Cómo puedes engañar a Sienna Miller?

— No lo sé, ella es perfecta —asintió Allison, estirándose contra el sillón—. Pero puedes contratarme a mí, sería una buena forma de que yo tenga un empleo, mi hermano deje de quejarse que paso todo el tiempo con Chuck, y te ahorras lo de la infidelidad porque ya vi a tu esposo... y no es mi tipo —agregó con cara de asco. Margot lo meditó, y nos miró.

— Ella quizás sea lo más eficiente que puedas llegar a encontrar —comentó Loreley. Los ojos de Allie se entrecerraron sobre ella, con oscuridad.

— Gracias por la ayuda —susurró con ironía.

— Ok, vas a ser a la primera que voy a llamar cuando requiera una —comentó—. ¿El fin de semana que viene estás ocupada? —le preguntó, y Allie negó—. ¡Fantástico!

Allison chilló de felicidad y extendió su mano hacia mí para que choquemos los cinco, y volví a ocuparme de mi vaso con caipiriña, el cual estaba sintiéndose ofendido sin mi atención.

Le di un vistazo a mi teléfono móvil pero no había ningún mensaje. La única persona que podía escribirme, estaba de guardia probablemente entretenido con alguna genial cirugía.

— Así que... supe que conocieron a Saori —dijo Allison, sorbiendo ruidosamente, de la bombilla de su daikiri, con sus grandes ojos recorriéndonos con expectación.

Loreley me miró. Percibí como el ambiente se volvió turbio, al mismo tiempo que Margot nos miraba confundida.

— ¿Quién demonios es Saori? —inquirió, buscando en alguna de las tres la respuesta.

— Una antigua amiga de la universidad de Matt, Douglas y Aiden —respondió Loreley, sin sacar los ojos de mí.

— Aja —asintió Allison, y sabía que había más, al igual que Loreley que la amenazó silenciosamente—. Ellos eran un extraño grupo, que la incluyó cuando Douglas comenzó a salir con ella. La cosa no funcionó y al parecer tampoco fue tan importante porque se siguieron tratando.

— Hmm... ya sé por dónde va esto... —siseó Margot moviendo sus manos con desdén, con esa expresión de bruja sabelotodo que tiene de vez en cuando—. Ella estaba enamorada de uno de ellos pero nunca se dio. ¿No es así? —Preguntó, y Allie asintió, haciendo que se formara un nudo en mí estómago—. ¡Tan cliché!

— Ella estaba como tonta por Aiden —Allison finalmente dijo lo que tanto llevaba dándole vueltas. Cerré los ojos e intenté mostrarme totalmente tranquila.

Nada amenazada.

Para nada.

Porque ella estaba en Londres por trabajo y viviendo su vida. Lejos de Aiden. ¿No?

— Aunque intentó tener algo con mi hermano —agregó.

— ¡Ah... bueno! —Exclamó Loreley, sonando como un grito de guerra— ¿Con alguien más? Menos mal que no hay un cuarto o quinto integrante en el grupo —dijo y se detuvo un momento a observar a su cuñada con duda— No lo hay ¿cierto?

—Nope —respondió.

Loreley resopló y bebió de su caipiriña hasta terminarlo.

— ¿Y fue por mucho tiempo? ¿Significó algo para él? ¡Responde Allison y deja de enviarle mensajes a Chuck! —exigió al ver que se distrajo con su móvil.

— No sé, anduvieron por un tiempo, quizás 4 meses o por ahí, que se yo, nunca les presté atención —respondió.

— Eso es más de lo que nosotros llevamos. ¡Oh por dios! Debo estar preparada para la competencia ¿Qué tiene ella que yo no tenga? Además de un cutis perfecto, una cara perfecta, pelo perfecto y seguramente una personalidad y trabajo perfecto... dime que se dedica a vender metanfetaminas —exclamó agobiada.

Loreley estaba entrando en pánico, siendo que era de mi novio de quien Saori estaba enamorada. Pero entendía su punto.

— Ella es profesora de biología en una secundaria —respondió Allison—, y tutora de alumnos en la universidad —agregó, sin ser de buena ayuda.

Loreley hundió su rostro entre sus manos, y suspiré profundamente, a la espera de que Margot dijese algo realmente sabio para ayudar pero ella estaba ocupada hamacando a Lionel.

— El otro día me dijiste que el miedo no debía afectarme —le recordé a Loreley. Ella no estaba segura si reconocer o no sus palabras. Solo deambuló por la sala y se sentó de nuevo en el sillón con pesadez.

— Ella no significó nada para Matt, y fue hace muchos años —al fin Allison dijo algo para ayudar a la situación de Loreley, aunque eso no me tranquilizaba a mí.

De repente, todo se volvió silencioso. Continué bebiendo mi caipiriña y comencé a percibir las miradas sobre mí. Quizás era un poco paranoica pero en el momento en que levanté la mirada, me encontré con los ojos comprensivos de Loreley y la mirada maternal de Margot.

— ¡Deja de pensar! —me dijo Margot con severidad. Abrí mi boca para defenderme pero continuó—. Nada, no respondas. Ella no tuvo nada con Aiden —dijo y buscó en Allie una aprobación que recibió rápidamente—, y no lo va a intentar ahora —agregó, señalándome con su dedo.

Margot era así, una madre autoritaria y exigente que te da una cachetada emocional para que entres en razón.

Asentí mecánicamente, como un muñequito y luché por no hacer ningún gesto obsceno a Allison cuando se rió de mí por aquella actitud intimidada.

— Si quieren, puedo ser su espía en esto de la Operación Saori —dijo ella, con malicia y excitación.

Margot, Loreley y yo cruzamos miradas llenas de entendimiento. Ellas dos eran más malvadas que yo y por eso mismo, sonrieron. Yo no supe cómo reaccionar, lo único que quería un poco de menos drama.

~~~

El sonido de la alarma estaba rompiendo mis tímpanos, quebrando mis dulces sueños donde Michael Fassbender me invitaba a salir. Abrí los ojos con dificultad, y me encontré con mi habitación hecha un desastre. Y la cantidad de tragos que tomé anoche, tampoco ayudaba a poder despertar como era debido. Me senté en la cama con dificultad, y otra vez oí el timbre, pero aquello no era la alarma, sino que era el timbre de mi casa.

«¿Quién mierda es a esta hora?» me pregunté, pero mirando mi celular me encontré con que eran solo las 10 de la mañana.

Me levanté con torpeza de la cama, luchando con el dolor de cabeza y odiando la pastosidad de mi boca. «Maldita caipiriña» pensé. Intenté acomodar mi pelo para lucir más presentable, y me hubiese encantado vestirme mejor, pero quien fuese que estaba tras la puerta, parecía decidido a ser atendido cuanto antes.

— ¡Ya va! —grité impaciente, porque entre las cosas que odio estar ser despertaba de tal forma, sobre todo con resaca.

Apresuré el tramo que me quedaba hasta la puerta y la abrí. Quedé tildada mirando a la persona frente a mí, y aunque lo había conocido toda mi vida, tarde unos milisegundos es reaccionar a la presencia de Logan frente a mí.

— Logan ¿Qué haces aquí? —pregunté, ya casi me había desacostumbrado a nombrarlo. Dejé la puerta abierta para que entrara y comencé a caminar hacia la cocina.

Necesitaba hidratarme de manera urgente. Ni siquiera presté atención a la expresión oscura que tenía en su rostro, porque eso debía haberme dicho algo.

— Piper, ¿Es cierto que sales con mi hermano? —preguntó, y en su voz reconocí un enojo colosal. Detuve mi andar, quedando petrificada y con una horrible sensación. Cerré los ojos, para luchar contra el dolor de cabeza y con la fría sensación que cruzó mi espalda.

«Mierda»

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