Transalterna

By Hitto_

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Maya y Sophie son la misma persona viviendo dos vidas diferentes. ¿Ambas vidas son reales?¿una es un sueño? E... More

Intro
Scielo1
Almarzanera
El chico nuevo
Un tatuaje gratis
Respuestas por parte de un odioso
Mirar alrededor
El fantasma del depósito
Tarde de playa
El ritual de cumpleaños
La fiesta de Maya
Gente indeseable
Guerra en la familia
Secretos íntimos
No salgas del círculo
Estar como en un sueño
En la fila del desempleo
El proyecto Transalterna
Un día espectacular
La peor espía
La primera misión
Lazos fraternos
Revelaciones en la montaña
Descubriendo una verdad
El misterio del culto
La cacería
Acechando en la oscuridad
Marcus
La primera cita de Ian
La verdad sobre Marcus
Confesiones entre hermanas
El misterio de Anelise
El espacio interdimensiones
Noche en el Spice club
El nuevo Ian
Consiguiendo justicia
La mansión del círculo
El certificado de pureza
Niña buena
La verdad sobre Dylan
Rescatando a Ian
Saltar de un risco
El secreto de Grecia
El nuevo Aaron
Un giro del destino
Las jóvenes del Círculo
Mis dos padres
Familia
Cómo ocultar un crimen
Thaly
La dimensión T50
Dos años de cambios
La estrella Polar
La partida inconclusa
Alguien en quién confiar
La luna roja
Shifting
Epílogo
Transalterna 2
Guía de entes
Guía de personajes

El chico más peligroso del pueblo

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By Hitto_

Los cuatro terminaron en la dirección. Yo disimuladamente me fui a esperarlos a la entrada del edificio. Fue una media hora muy larga la que estuve ahí hasta que Paul y mi hermano salieron. El primero pasó de largo, se notaba furioso. Iba a tener un ojo morado de seguro. Tiago caminó con parsimonia, colgándose la mochila del hombro.

—¿Qué paso? ¿Y Aaron? —Caminé a su lado, me sorprendía que los otros dos chicos no salieran aún.

—Van a quedarse un rato más... están en serios problemas —dijo con preocupación.

—Pero Paul empezó todo. Y aunque Aaron dio el primer golpe Liam solo se defendió.

—No es por eso. —Tiago miró en todas direcciones asegurándose que estuviésemos solo—. Nos hicieron una revisión de mochilas. Aaron y Liam tenían armas... armas de verdad.

—Oh, vamos. Seguro no es nada —traté de bajarle la tensión.

—Maya, Aaron tenía un chuchillo del tamaño de mi antebrazo, bombas de humo, no como las que compras con fuegos artificiales, sino como las que usa la policía y una pistola eléctrica. Además de una bolsa con un polvo blanco que ellos juran que es sal. ¿Para qué necesitan eso?

—Son solo... tonterías. Ellos vivían en la ciudad, ahí es normal andar con esas cosas, por seguridad —intenté excusarlos.

—No, no es normal... Maya mira, Aaron me agrada, Liam me dio mala espina desde un inicio. Si no los expulsan será un milagro, de todas formas, mantente alejada de Aaron, ¿sí? Puede ser peligroso.

—No seas ridículo, es tu amigo. No va a iniciar una masacre ni nada de eso...

—Recién lo conocimos la semana pasada. Y no sé qué ha estado pasando con ustedes dos. No entiendo en qué momento se hicieron tan buenos amigos. —La frente de Tiago estaba tan arrugada que me daban ganas de arreglarle el gesto con un dedo.

—Nos mandamos muchos mensajes, en la noche. Por lo del comic y eso. Te aseguro que no es nadie peligroso.

—Maya, no sé, solo hazme caso ¿sí? O voy a decirle a papá.

—¡No puedes hacer eso! Nunca nos traicionamos.

—Va a ser la primera vez, lo hago por tu bien —me amenazó y me llevó casi a empujones hasta la salida, donde mi madre nos esperaba en el auto.

La tuve que escuchar regañando a Tiago todo el camino a casa, al cruzar el jardín y al entrar al recibidor. Mientras le seguía gritando yo me escabullí a mi habitación. Ahí le quise escribir a Aaron, mas él ya me había mandado un mensaje minutos antes:

"Te veo en el mirador"

Volví a bajar. Me asomé a la sala. Tiago estaba tirado en el sillón, con cara de sufrimiento, mi madre le reprochaba lo mismo, una y otra vez. Me daba pena, pero me servía de distracción.

Llegué al viejo mirador con el sol ya a punto de ocultarse en el horizonte. Era precioso. Aaron contemplaba el paisaje de manera pacífica. Me apoyé en la baranda a su lado. Él notó mi presencia, mas se mantuvo en silencio. Disfrutamos la brisa marina un momento. El sonido de las olas, de las gaviotas, hasta las partículas de arena flotando por el aire eran agradables y me gustaba recordarlas antes de irme a dormir y despertar en Scielo1.

—Nueve días —rompí el silencio.

—¿Nueve días?

—Sí, nueve días fue lo que te tomó ser la oveja negra del pueblo. A estas alturas ya todos deben saber lo de las armas en tu mochila. Eso significa que tu popularidad en el colegio subirá un doscientos por ciento, pero los padres te considerarán una mala influencia. ¿Los expulsaron?

—No —negó en un suspiro. —Me suspendieron hasta el lunes. Iban a expulsarnos hasta que el entrenador le dijo al director que nos necesitaba en el quipo, así que usaron la excusa del servicio que mi padre le dio al pueblo para darme una segunda oportunidad, aunque seré revisado antes de entrar a clases cada mañana. Tú tendrás que encargarte de ocultar las armas.

—Yo no voy a ocultar nada. Pero tendré que decirle a tu padre sobre esto —dije desafiante.

—No vas a hablar. Si se entera lo usará como excusa para regresarnos a Londres. Donde estaremos vigilados. Liam y yo insistimos mucho para venir aquí.

—¿Por qué? Es lindo, pero es un pueblo un poco aburrido.

—Queríamos más libertad. Descubrir quiénes somos además de conejillos de indias de mi padre.

—¿Y ya sabes qué quieres?

Estiró su brazo y me señaló una zona de construcciones semi abandonadas hacia la zona norte.

—¿Ves esa casa de ahí?

Tuve que colgarme del barandal para distinguirla. Era una casa sobre la playa que antaño debió ser hermosa, sin embargo, estaba abandonada desde que podía acordarme.

—Ahí viví de niño. Quiero reconstruirla. Abriré un consultorio pediátrico en la zona norte, y me mudaré a esa casa. Con mi esposa y mi hija, tal vez un niño más y un perro muy grande.

—¿Es en serio?

—Sí, ¿qué tiene?

—Nada, es solo que siempre pensé que serías un poco más... ambicioso. Nunca hubiera imaginado que desearas una vida tan simple.

—Para la vida que llevo ahora, tener un futuro simple es algo muy ambicioso.

—¿Tu padre no los deja llevar la vida que quieren?

—En parte. Hacer tatuajes del otro lado es algo que solo tú y Daniel saben. Es como mi vida paralela dentro de mi vida paralela. Algo mío. Pero que puede resultar una pérdida de tiempo y una distracción del proyecto. Es decir, literalmente nací solo para eso, y no me mal entiendas, mi padre no es un mal padre. Está obsesionado con que aprovechemos nuestras vidas al máximo. Nos educó en ciencia, arte, deporte, con los mejores maestros en ambas dimensiones; y sí nos permite tener una vida privada. Pero de alguna forma estaré ligado al proyecto para siempre. Ninguno de mis hermanos mayores se alejó demasiado. La mayoría están por todas partes del mundo. Investigando y devolviendo entidades donde corresponden. Diana es la primera en casarse y tener hijos, pero ya lo viste, sigue siendo monitoreada, y si su bebé es portal, será parte del proyecto también.

—Vaya, no lo sabía. A diferencia de ti, para mí el proyecto es lo que me hace especial. Pasé tantos años sin respuestas, sintiéndome tan sola y ahora, siento que tengo un propósito.

—Eso está bien. Supuse que te gustaría, por eso te llevé. Y puedes abandonarlo cuando quieras, no es una secta, y tampoco se preocuparán porque cuentes lo que hacemos. Es decir, nadie te creería.

—Sí, he pensado en contárselo a Tiago, y supongo que tendré que contárselo a Steve, pero estoy segura que si lo hago creerá que estoy loca. —Consideré.

—Pues deberías replantearte estar con alguien que te tomaría por loca.

Bajé la cabeza y lo esquivé. Aaron suponía muchas cosas. Se formó un silencio incómodo un momento y él lo rompió.

—¿Y qué es lo que tú quieres, en este universo? Además de cazar entidades.

—Pues, estudiaré medicina, me especializaré en oncología, y supongo que trabajaré en el hospital. Eventualmente formaré una familia.

—Sí, claro —bufó—No te pregunté qué vas a hacer por cumplir expectativas. Te pregunté qué es lo que quieres.

Lo pensé un momento. ¿Qué era lo que quería? Jamás se lo había dicho a nadie, ni a mi hermano. Le señalé la parte sur de la isla.

—Hacia allá, a quince quilómetros hay una reserva marina. Mis padres nos llevaban los fines de semana. Hay un arrecife de coral y toda clase de animales. Peces, delfines... desde niña quise trabajar ahí. Estudiar biología marina, o veterinaria.

—¿Y por qué no lo haces?

—Porque no importa en qué vida sea, parece que nacimos para cumplir las expectativas de nuestros padres. Aquí, sobre todo. Mi padre de allá se sentiría orgulloso de mi, aunque me dedicase a ser stripper. Pero siento que debo ser la mejor versión de mí, como retribución por cuidarme. Y con mis padres de acá, no hay opción. Es estudiar medicina o ser una señora del Círculo.

—Entonces en algún momento tendremos que escapar —consideró.

El sol ya estaba casi oculto, el aire había incrementado y mi cabello volaba por todo lado. Aaron estiró su mano hacia mí y rozando mi mejilla retiró los cabellos. Mantuvo su mano ahí y acercó su rostro al mío. Por un instante cerré los ojos, y cuando sus labios ya me rozaban reaccioné.

—No, Aaron, espera —Retrocedí y retiré su mano. Levanté la mía y le mostré mi anillo.—Esto no es Scielo1, aquí tengo novio.

—¡¿Es en serio?! —replicó entre molesto y confundido.

Me salvé de responderle porque Steve apareció saliendo de su auto, que había parqueado al frente. Corrió hacia nosotros y por un segundo pensé que nos había visto. Se metió entre ambos y empujó a Aaron. Tuve que jalarlo hacia mí porque ya imaginaba que Aaron iba a reaccionar igual que con Paul.

—¡Steve, basta! ¿qué te pasa? —le reclamé, él era muy tranquilo, jamás lo había visto así de enojado.

—¡No te acerques a ella! —le gritó al otro chico.

Aaron, lejos de responder con violencia, solo levantó las manos en señal de paz.

—¡Steve!

—Maya, Tiago me contó, este tipo es peligroso, no estés a solas con él. —Me tomó de los hombros y me fue empujado lejos de Aaron. Me soltó y regresó a recriminarle.

—No te quiero ver cerca, ¿entendiste?

—Claro. No me verás con ella. —Con cinismo Aaron le respondió y se fue.

—Steve, ¿cómo que Tiago te dijo algo? ¡Es un idiota, voy a matarlo!

—Me llamó, está castigado y se dio cuenta que no estabas. Tenía miedo que te hayas encontrado con ese tipo aquí. Y tenía razón.

—Es un amigo. Nada más.

—Maya, no es por celos, es por tu seguridad. No lo conocemos, ya lo pillaron con armas, puede ser alguien peligroso. No le diré a tus padres, pero prométeme que no le hablarás de nuevo.

Resoplé. Todos ya tenían la idea equivocada sobre él.

—No es peligroso. Todo fue un mal entendido. Déjame demostrártelo. —Se me ocurrió.

—¿Cómo? —preguntó enojado.

—Mañana. Me escapo del colegio, tú faltas a clases y nos vamos con Tiago, Liam y Aaron a las montañas. A pasar el día. Así lo conocen mejor y se les quita la mala impresión.

—Maya... no, no es una buena idea.

Lo sostuve por los brazos y con cariño moví su mentón hacia mí.

—Hazlo por mí—le pedí.

Lo pensó un rato, con los brazos cruzados.

—Está bien... —aceptó de mala gana.

Le di un beso como agradecimiento y me subí a su auto.

Como mis padres no se habían dado cuenta que no estaba, me dejó un poco lejos de la casa y entré a hurtadillas.

Subí directo a la habitación de Tiago. Ni me molesté en tocar. Le abrí la puerta.

—Escucha maldito entrometido. No voy a hacerte problema nada más porque ya tengo demasiado con Coral y Daria mirándome como si fuera una enemiga. Mañana iremos de excursión con Steve, Aaron y Liam, aprovecha de invitar a Grecia. Y deja de andar acusándome —determiné.

No le di tiempo de responderme. Tomé el balón que estaba en el suelo y le apunté a la cabeza. Cerré la puerta y bajé al comedor para la cena.

***

Estaba muy nerviosa por mi primer día oficial en el proyecto. No me habían dado un horario, decidí solo ir temprano. Subí al tren de las siete y como suponía Ian entró en la estación cincuenta y ocho.

Se paró a mi lado. Bajé mi libro y esperé que me dijera algo. Como no lo hacía, tomé la iniciativa.

—Lamento lo que pasó con Steve, quedé en que mañana nos iremos de excursión y ...—comencé a explicarle.

—Sophie, lo que pase en Almarzanera, no tiene nada que ver con lo de aquí. ¿Está bien? —respondió tajante.

Seguro no quería hablar de eso, así que le di el gusto cambiando de tema.

—¿Por qué vas en tren? ¿Por qué no usas tu moto?

—Tomo el tren para ir y volver del estudio de tatuajes. Mi moto tiene un rastreador, no quiero que sepan a donde voy. No era necesario que vayas tan temprano.

—Bueno, no me dieron horarios —le expliqué.

—Bien, seguro entrenaremos un poco y en la noche querrán monitorear tu sueño, para determinar el momento en que tu conciencia pasa de una dimensión a la otra. También haré que te revisen, para saber por qué no puedes ver entes ni transportarte.

Era curioso como hablábamos con tanta naturalidad al respecto. La gente del tren que nos escuchaba hechos a los locos, seguro pensaba que los locos éramos nosotros.

***

Sentí nervios al atravesar las puertas del lugar. Todo el piso ciento diecisiete estaba destinado en exclusiva al proyecto, y apenas había conocido una pequeña parte. Ian me acompañó a la oficina de Solange.

—Qué haces tan temprano, no te necesitamos ahora —dijo sin deprender la atención de su pantalla.

—Ah, bueno, vine a traer esto, es todo lo que pude conseguir. De la familia de mi madre no sabemos nada.

La mujer me volcó los ojos, se acomodó las gafas y revisó mi formulario.

—Bueno, es todo. Ve a hacer algo útil mientras tanto.

—Una cosa más.—Me animé a decir.—El señor Key me dijo que pueden revisar en la base de datos si mi madre era portal. Ya tengo su apellido.

—Está bien, nombre y datos que tengas sobre ella. —Solange regresó de mala gana a su computadora. Tecleó algo y espero que le dé el nombre.

—Natalia Ayala. Murió hace dieciocho años. Aquí en esta ciudad. Tenía mi edad cuando murió.

Fueron segundos muy tensos en lo que Solange revisaba algo. No entendía por qué tardaba, tenía una expresión seria, como si no le gustara lo que veía.

—Pues no. No está en la base de datos.

Cuando me dijo eso, sentí que algo dentro de mí se desmoronaba.

—La base de datos no es completa, sobre todo con datos tan antiguos. —Ian intentó animarme—. Que no esté ahí no significa que no haya sido portal.

Le agradecí con un gesto. Fuimos hacia el gimnasio, desanimada o no, estaba determinada a averiguar sobre ella. Con o sin ayuda de mi padre, o del proyecto Transalterna, ese sería mi nuevo propósito en ambos universos: averiguar si mi madre estaba con vida en la dimensión T52.

***************

Que descubrirá Sophie respecto a su madre?

Por que Maya es tan ingenua para reunir a su ganado y al de Grecia el mismo día?

será una excursión tranquila? le harán una lobotomía?

pues descúbranlo en el siguiente capi!

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