-Espera Zayn, ¿estará vivo?.- Preguntó Niall intentando acercarse al chico que recostaba sobre un banco en medio del parque.
-¡Déjalo Niall!, puede ser un criminal.- Zayn siempre fue el maduro en esa amistad.- Además, claro que está vivo. Mira, está respirando.
Era una noche fría en Londres. Niall y Zayn habían terminado su turno en su trabajo y se dirigían al pequeño apartamento que ambos compartían, ubicado no muy lejos. En un parque cerca de su hogar se encontraron a un chico que parecía estar en pésimas condiciones, titiritando de frío y se notaba desnutrido, sin embargo a Niall le resultó extraño ver a un indigente vestido con ropas de marca; sucias y desgastadas, pero de marca. Se acercaron al muchacho, parecía ser de su edad. Intentaron despertarlo, sin éxito.
-Yo sugiero que nos lo quedemos.
-Niall, no es una mascota.- El más alto desconfiaba de aquel tipo, les podría traer muchos problemas.- Y no vamos a quedarnoslo.
-Mira que es guapo, justo tu tipo.- Zayn comenzaba a cansarse de la actitud infantil de su amigo, podría ser peligroso y el solo pensaba en buscarle pareja.- Si yo no fuera hetero seguro te lo gano.- Bromeó Niall, esperando que Zayn reaccionara. Lo ignoró.
-¿Hola?- Dijo Zayn confuso, esperando una respuesta del chico rizado, sin embargo este no respondió.
-¡Hola! Somos Niall y Zayn, ¿estás bien? Porque vaya que te ves terrible.
-Niall, deja de bromear, se ve que el tipo la está pasando ma...- Fue interrumpido por el menor que recién despertaba.
-E-estoy bien.- Este mintió, con una voz ronca y temblorosa.
Niall y Zayn notaron que el chico mentía, lo que hizo que se preocuparan.
-Zayn, hay que llevarlo a casa, solo por esta noche.- Susurro Niall al más alto.
-Estoy de acuerdo, pero, ¿Y si es un delincuente? ¿O un asesino? ¿Que vas a hacer si me mata, eh Niall? Dime cómo vas a sobrevivir sin mí.- Zayn realmente estaba preocupado. El rubio soltó una carcajada, su amigo estaba exagerando.- No te rías, Niall. Esto es serio.
-Oh vamos Zayn, el pobre se ve tan confundido e inocente, da pena.
-Esta bien, pero tampoco sabemos si el chico quiere ir.
-¿Cómo te llamas?- Le preguntó Niall al menor. Si iban a llevarlo a casa al menos querían saber su nombre.
-Harry, Harry Styles.- Tenía una mirada fría, apática.
-Bueno, Harry, vamos a casa.- Ordenó Zayn.
Con esfuerzos lo cargaron hasta su hogar. El rizado, aún estaba un poco dormido, se notaba realmente asustado, estaba yendo a quien sabe donde con dos tipos que nunca había visto. Pero cualquier cosa era mejor que un banco, ¿cierto?
Al ponerse de pie, se percató de que era un poco más alto que aquellos dos chicos a sus costados, ayudándolo a caminar. El morocho era guapo, pero no era su tipo. Y el rubio, bueno, digamos que lo hetero se le veía a kilómetros de distancia. Parecían buenas personas.
Llegaron al apartamento y Niall llevó al rizado hasta el sillón mientras Zayn buscaba alguna cobija y almohada para darle. Antes de dormir, le dieron un té, ya que el menor se notaba realmente nervioso. Después de eso, se aseguraron de que Harry durmiera, Zayn seguía desconfiando un poco.
-Mierda. ¡Eleanor! Tráeme una cerveza.- Le ordenó Louis a su novia mientras jugaba al famoso juego "Fifa" en su consola. Como si tuviera autoridad ante ella. Siempre tuvo esa mentalidad, sus micromachismos estuvieron presentes desde pequeño, razón de la mayoría de los regaños que su madre le daba.
-Louis, no soy tu sirviente, si quieres una cerveza, párate y ve por ella.- Claro que estaba enojada y era evidente. Estaba harta de las pésimas actitudes de su novio.
-Ohh vamos bebé, la pasamos muy bien anoche, ¿no?.- Louis intentó mejorar el ambiente tan tenso que se sentía por toda la habitación guiñandole un ojo a su novia. Sabía que Eleanor realmente se derretía ante ese gesto.
-Eso no tiene nada que ver, Louis. Pareciera que solo me quieres para satisfacer tus necesidades.- Eleanor estaba realmente enojada, cansada de sus tratos. Por lo que el gesto y la actitud del chico solo parecía empeorar el momento.
Louis solo llamaba a su novia para tener sexo, aparte de eso no era nada detallista ni atento, lo que hacía enfadar a Eleanor. Su relación era un tanto especial, aunque eso no es lo que aparentaban frente a sus amigos. Para el mundo, ellos eran la pareja perfecta; la típica relación de película de Hollywood. Todo era brillo y sonrisas pero cuando las miradas de la sociedad no estaban puestas en ellos, cualquiera diría que se odian.
-No empecemos otra vez. ¿Por qué no mejor me traes mi cerveza y me das un beso?- Dijo el castaño tratando de alegrar a su novia. Cosa que no logró.
-No te voy a traer nada hasta que hablemos.
-Ohh Eleanor, ahora no quiero hablar.- Sonó realmente agobiado. Lo estaba.
-Tu nunca quieres hablar. Y algún día tendremos que hacerlo, así que apaga tu jueguito y escúchame.- Demandó Eleanor, harta de su relación con Louis.
-Está bien, hablemos. ¿Qué te molesta ahora?- Preguntó Louis con un tono de aburrimiento mientras apagaba su consola.
-Me molestas tú, Louis. Me molesta que seas tan vago y tan mal novio. Nunca me dices cosas bonitas, ni me das regalos. Solo me quieres cuando te conviene.- La más alta elevó la voz, intentando captar la atención de su novio.
-Bueno Eleanor, tú tampoco eres la mejor novia.- Dijo el ojiazul en un intento de defenderse, ofendido por las palabras (las cuales eran verdad) de su novia.- A ti solo te importa lo que la gente piense de nuestra relación, te encanta que te vean conmigo porque me ves como un trofeo.
Louis ya había notado esto hace mucho aunque nunca le prestó atención o le importó lo suficiente para decir algo. Al final, los dos estaban en esa relación por todo, menos amor. Estaba siendo muy directo, estaba cansando de que Eleanor le exigiera tanto cuando ambos sabían que era inutil actuar como una pareja feliz porque realmente no lo eran.
Ambos eran de padres muy prestigiosos, importantes para la sociedad, por lo tanto, sus hijos no podían cometer alguna idiotez que ponga en malas bocas a sus padres.
-Al menos no te veo como un juguete que pueda tirar y usar cuando yo quiera. Porque así es como tú me ves, Louis Tomlinson.- Los ojos de Eleanor comenzaron a cristalizarse, estaba a punto de llorar. Aunque eso no era del todo cierto. A Eleanor solo le importaba el estatus social y las opiniones de la gente sobre ella. Cualquiera la llamaría una chica superficial, pero realmente ella solo buscaba un poco de aprobación, la aprobación que sus padres nunca le dieron por completo.
Louis y Eleanor iban a la escuela más importante, cara y prestigiosa del país. Todos ahí tenían una opinión para dar sobre la vida de todos, cosa que a Eleanor le causaba mucha ansiedad, ella realmente necesitaba la mejor opinión. Así que estaba con Louis, el chico más popular y guapo de todo el colegio, incluso tal vez, de Londres entero. Salir con él le concebía popularidad, aceptación y un sentimiento de lleno.
-¡Tonterías!.- Gritó Louis, ya harto de pelear con su novia. Siempre era lo mismo. Había pensado seriamente en cortar con ella, pero, ¿qué pensarían sus conocidos? Aunque le haya reclamado a su pareja por eso, no puede admitir que a él también le da miedo lo que la gente piense. Louis se ve a sí mismo como un ganador. No puede caer tan bajo, no puede terminar su relación con la chica más bonita del lugar donde estudia, aunque no lo haga feliz, no, no puede. Al menos eso piensa él.
Los amigos de Louis siempre lo vieron como el mujeriego de su grupo y eso realmente lo hacía enfadar. El no jugaba con las chicas, él no quería hacerles daño. No sabía qué clase de monstruo mala persona creían sus amigos que era, pero lo hacía sentir mal. Obviamente eso nunca lo admitiría y actuaría como un campeón rompe corazones delante de ellos.
La razón por la que una novia nunca le duraba a Louis era porque él jamás se ha enamorado de ninguna, siempre hay algo que faltaba, nunca estaba esa chispa de amor que lo obliga a quedarse, que lo hace querer quedarse a cuenta propia. Comenzaba a preocuparse, había tenido infinidad de novias buscando ese algo de lo que la gente siempre habla cuando está enamorada, pero nunca lo encontraba. ¿Y si era él el problema? No, claro que no, él siempre lo intentó, intentaba convencerse a sí mismo de lo que debía sentir. Seguro eran ellas, algo les faltaba a las chicas. ¿A las chicas? No, no podía siquiera estar pensando en eso. ¿Él?, ¿chicas?. Chicos. ¡¿CHICOS?! ¡HOMBRES!
Louis no podía creer que realmente lo esté considerando. Siempre fue un niño muy varonil, jugaba con carritos, armas, cosas de hombres. Él no podía ser gay, ¿o si?
Si, tenía que mejorar su mentalidad.
Tal vez nunca le habia dado la imporatncia que debería a su sexualidad porqiue nunca conoció a alguien que lo haga dudar de ella.
Aún.