Hotel para Divorciados - Namj...

By JustCamila_8

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❝Kim Seokjin tiene el corazón roto, su ex esposo Jaehwan lo ha dejado como un muñeco inservible y con graves... More

Prólogo
Capítulo 1 - Un curioso encuentro
Capítulo 2 - ¿Cuál es tú mayor deseo?
Capítulo 3 - Nuevos amigos
Capítulo 4 - Gatito
Capítulo 5 - Pijamada de divorciados
Capítulo 6 - Confesiones
Capítulo 7 - Ceruleo
Capítulo 9 - 4ta sesión: Infrarrojo
Capítulo 10 - Ebrios y enamorados
Capítulo 11 - 5ta Sesión - Sanar
Capítulo 12 - Casa Abyss
Capítulo 13 - No ocultes tus sentimientos
Capítulo 14 - Peluches, sentimientos y guitarras.
Capítulo 15 - Final: Empieza de nuevo
Epílogo

Capítulo 8 - Tercera sesión: Pintura.

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By JustCamila_8

Parecía que aquel suceso en la colina, era lo que se necesitaba para que los siete hombres perdidos y sin rumbo, se aferrasen a lo único bueno que había llegado a sus vidas.

La amistad sincera de quienes entendían su dolor.

Jackson los observaba en la lejanía, su cabello chocolate se movía con el viento mientras sus ojos se mantenían fijos en Hoseok, quién apretaba con fuerza sus pantalones mientras reía. A su lado, los demás chicos sonreían y aquella tristeza que pintaba sus rostros desde que habían ingresado el día anterior, parecía haberse esfumado por unos minutos. De repente los recuerdos tristes, los gritos, las heridas y todo lo que oprimía sus ganas de seguir, se evaporaba como si nunca hubiera existido.

Y él deseaba que así fuera siempre, pero no podía asegurarlo porque él, por experiencia propia, sabía que al estar solos revivirían cuál fénix los terribles recuerdos de sus heridas más profundas, como eternas pesadillas que los atacaban cuando estaban indefensos.

El desamor podía doler, pero sepultar toda una vida compartida podía matar. Se podían borrar los trazos de un dibujo a lápiz, como una relación inicial, vivaz y emocionante que apenas acariciaba los bordes del tiempo, pero era casi imposible borrar una pintura, como una eterna relación cuyos colores y brochazos ya se habían secado y unificado.

Bebió aquella imagen, sintiéndose feliz y dichoso por lograr que en su hotel, los divorciados encontraran de nuevo la felicidad y el camino para seguir con sus vidas, a pesar de sus corazones heridos.

Minutos después, mientras regresaban del hermoso jardín que se extendía como una pintura infinita, el sol brilló en su punto más alto cuándo todos llegaron a la fuente de las dos sirenas en la entrada del hotel. Entre risas y bromas como si fueran adolescentes, ascendieron por las escaleras y se dirigieron a sus respectivas habitaciones para cambiarse.

Seokjin observó a Namjoon, ambos con sus manos sujetadas con fuerza, como si al soltarse temieran que el momento íntimo y de reflexión que habían compartido, se evaporará. Cómo si aquella confianza momentánea desapareciera y la soledad los embargara de nuevo al estar solos en sus habitaciones.

—¿Nos vemos mañana?— Preguntó Namjoon, sus ojos buscando cualquier mancha en sus zapatos, demasiado tímido y avergonzado para mirarlo. Pero ahí, en sus orbes brillaba el deseo, la cruda necesidad que le exigía mantenerse al lado del pelinegro lo más que podía.

Y Seokjin se sentía atraído, maldición, no podía detener los profundos y rápidos latidos de su corazón y no sabía si era correcto caer por cada simple gesto del atractivo hombre frente a él.

Había transcurrido un año desde que Ken y él habían terminado, seis meses desde que habían hablado con los abogados y dos semanas desde que oficialmente había vuelto a ser Kim Seokjin.

Un proceso largo y agotador que se llevó su alegría, siendo ahora reemplazada por las tristes líneas que se habían pintado en su rostro por la angustia, furia y tristeza que lo agobiaba.

¿Era demasiado pronto entregarle un corazón unido por pequeñas curitas débiles, a un completo desconocido que en tan solo un día parecía entenderlo más que nadie?.

—Sí—Fué su respuesta, porqué estaba arto de planear, de dudar y de pensar. Ahora solo quería sentir, vivir y reír sin que el recuerdo de Ken marchitara cada nuevo episodio en su vida. ¿Porqué seguía guardandole respeto y prudencia a una relación que había destrozado ese idiota y no él? ¡Al diablo todo!.

Seokjin se llenó de valor y se acercó a Namjoon. Elevó sus manos entrelazadas y depositó en su dorso un cariñoso beso, observándolo a continuación como si fuera una promesa, un pequeño gesto que desde lo sucedido en el balcón, ahora le pertenecería solo a ellos para decir: aquí estoy, para tí, para mí, para nosotros.

Namjoon asintió, sus mejillas rojas y ahora en sus labios, una sonrisa se abrió paso. Parecía feliz, avergonzado y tímido.

Pero tan aliviado, en sus ojos brilló la plenitud que sentía por tan delicado beso que le había sido regalado. Y ahí, con infinita desdicha soltaron sus manos, perdiendo de inmediato el calor reconfortante que generaban sus palmas. Namjoon apretó su mano, extrañando de inmediato el tacto ajeno mientras que Seokjin, retrocediendo, abrió la puerta de su habitación y con ansiedad ingresó.

Y fué inmediata la soledad que sintió al ser preso del silencio que había en la habitación. Observó entonces sus maletas desempacadas, los cojines que habían sido las camas de sus nuevos amigos en su primera noche, la cama tendida y perfecta, los zapatos ahora solitarios en aquella alfombra.

Ambos le temían tanto a la soledad, que sintió aún mayor temor de que su apegó fuera a causa de su miedo y no de su deseo.

Parecía desde el exterior solo una tristeza más causada por el terrible amor, pero en realidad era más, una ansiedad que consumía, un miedo que asfixiaba y una emoción que superaba todo, anhelante de un nuevo cariño.

Oh, pero las terribles dudas crecían, alimentándose de la inseguridad causada por el engaño. Y ahora él se preguntaba que debía hacer. ¿Que buscaba exactamente al besar a Namjoon y ansiar su toque tan repentinamente?

Al día siguiente, Jackson los guío al jardín, dónde una serie de cajitas formaban una pequeña pirámide. También les había pedido vestirse con prendas ligeras que permitieran la visualización de sus extremidades.

Así que Seokjin por su parte usaba una linda pantaloneta de jean azul oscuro, enseñando sus blancas pantorrillas. También usaba una camisa de manga corta y de abotonar color blanco. En su cabeza su gorro con las cuerditas amarradas bajo su mandíbula.

Namjoon lo miraba como si fuera una obra de arte, sus mejillas estaban completamente rojas mientras bebía de su imagen y parecía completamente embelesado en él. Aunque no era él único, pues Namjoon que usaba una pantaloneta de tela blanca con bolsillos, no se percataba de lo fuertes que se veían sus piernas, la curva ascendiente desde su rodilla que le brindaba a sus muslos una apariencia fuerte.

Al caminar, la tela se estiraba y sus glúteos parecían moverse seductoramente, planeando llevarlo al infierno por los pensamientos nada decentes que explotaban en su mente.

Namjoon se sentó junto a Seokjin y ambos tímidamente unieron sus manos, extrañando aquel calor que entre sus palmas se generaba.

—Te ves muy bonito. —Susurró Namjoon y su cabello gris y brillante como la plata más fina, se movía con el viento acompañado del aroma de las flores. El sol le brindaba a la piel acaramelada de Namjoon una apariencia exquisita, resaltando sus mayores atributos.

—Tú te ves perfecto.— Seokjin sonrió torpemente al percatarse de lo rápido que habían escapado sus pensamientos en palabras. Namjoon bajó la mirada y apretó su mano, un agarre firme y varonil contra su mano, pero su pulgar moviéndose sobre el dorso de Seokjin con cariño.

Jungkook se sentó a la izquierda de Seokjin y apoyó sus manos detrás, enrollando sus dedos en el pasto, reclinandose. Utilizaba una camisa azul semiabierta y abotonada, misma que por la posición de sus brazos ascendia y enseñaba una porción de piel blanca en aquel abdomen firme. El ombligo de circunferencia sensual moviéndose al compás de sus respiraciones. La pantaloneta azul con algunas flores de verano tensa en sus firmes muslos, un constraste con los numerosos tatuajes que cubrían sus brazos.

Intentaba por todos los medios evitar que Taehyung y él se observarán. Pero fué muy poco el tiempo que logró evitarlo, porqué al sucumbir y ladear su cabeza, observando de soslayo al hombre pelirrojo, se encontró con la mirada de Taehyung cuándo este también decidió mirarlo.

Oh mierda, Taehyung bajó la mirada repentinamente a su abdomen y la regresó a sus ojos repletos de estrellas. Y Jungkook no pudo evitar notar que Taehyung parecía un pedacito de cielo ahí, usando una camisa beige entre abierta y pulseras de colores en sus muñecas. Su piel hacia contraste con sus ondulados y desordenados mechones rojos. ¡Y se veía magnífico!

¡Y al mirarse ambos apartaron la mirada! ¿Eso que significaba? ¡Oh sí! ¿Miraditas? ¡Miraditas! ¿Coquetas? ¡Coquetas! ¿Nerviosas? ¡Nerviosas! ¿El inicio de la curiosidad? ¡Sí! Y todo a raíz de lo que había sucedido el día anterior en aquellas flores púrpuras, cuándo juntos habían compartido sus sentimientos y los habían gritado a quienes les habían hecho daño.

Yoongi se sentó al lado de Jungkook, usando una camisa blanca con cuello en V que le brindaba un toque atractivo a su cuello y clavícula expuesta. Estaba fingiendo estar enojado con Jimin por haberlo empujado, mientras que este último usando una camiseta de rayas blancas y rojas, que enseñaba aún más los tatuajes de su cuello y brazos; también observaba con exagerada atención el pasto y las flores que lo rodeaban, molesto por el vómito que Yoongi le había dejado en sus prendas el día anterior.

Finalmente Hoseok se sentó al lado de Jimin y sus orejas se pintaron de carmesí cuándo Jackson lo miró de soslayo. Por supuesto, él desconocía que Jackson lo miraba atraído por su imagen, pues la camisa pequeñita blanca y el collar negro ceñido que portaba le daban un aspecto sensual a sus facciones y a su cuerpo.

Hoseok apretó sus dedos en la tela de su pantalón corto de jean y fingió que nada sucedía en su pecho, menos escuchó -sarcasmo- el thump thump acelerado de su corazón.

Ah, el amor era tan emocionante y enloquecedor. Siete hombres parecían sincronizar la velocidad de sus latidos mientras esperaban que Jackson explicará la tercera sesión.

—Estas cajas tienen pequeños recipientes llenos de pintura. Pueden encontrar una gran variedad de colores. —Jackson abrió una de las cajas y enseñó los pequeños tarritos.

—¿Vamos a pintar la familia?
—Se burló Yoongi con un tono excéntrico.—Porque entonces pintare a papá escapando por el balcón de su amante.

—Es lo mejor, si fuera pintura libre tú harías una serie de penes en distintos puntos del atardecer.
—Acusó Jimin, incapaz de detener las acusaciones contra Yoongi.

—Bueno, no sería tan malo.—Jungkook ladeo la cabeza.—Tus pinturas podrían comprarlas los decoradores de clips porno.

—Y como decía...—Cortó Jackson, apretando una cajita entre sus manos mientras los miraba furioso, logrando que los tres habladores bajarán la mirada rápidamente. (Aunque Jungkook le propinó un codazo a Yoongi y el escritor lo regresó en silencio).

Jackson suspiró. —Lo que van hacer es pintar sobre el otro una característica que les guste de esa persona. La idea es que al final, todos estemos llenos de las cualidades que los demás pintaron en nosotros.

Taehyung emitió una sonora carcajada mientras inclinaba la cabeza, observando el cielo. Miró a Jimin y pareció aumentar su repentina risa mientras Jackson llevaba sus manos a su rostro, estresado.

—¿Qué es tan divertido?—Acusó Jimin, quién antes sonreía al ver reír a Taehyung, hasta que comprendió que él era el motivo de aquellas carcajadas.

—Tú vas a JAJAJA—Taehyung apretó sus manos en su abdomen mientras reía de nuevo.

—¡Tae!

—¿Qué es tan gracioso Kim Taehyung?—Jackson señaló a todos los presentes con un movimiento de su mano.—¿Porqué no se lo cuentas a todo el grupo para reír juntos?

Taehyung cubrió sus labios y luego no pudo soportarlo más.
Apartó sus manos y exclamó:
—¡A Jimin le gusta Yoongi así que va pintar su mejor cualidad! ¡Su gran pene gordo!—Taehyung río con fuerza y a Seokjin se le escapó una carcajada.

—Bueno, al menos te lo reconocen.—Se burló Jungkook, riéndose al ver la expresión enojada de Yoongi.

—Tiene que pintar los penes ajenos para superar su propio complejo.— Se defendió Yoongi, mirando sonrojado como los demás se burlaban de él. Por parte de sus nuevos amigos no le importaba, pero ver a los demás presentes riéndose no le causó ninguna gracia.

—¡Cómo te atreves a decir eso! ¡Además yo no iba hacer eso!
—Jimin enrojeció y se cruzó de brazos. —¡Y para que lo sepas era conocido entre las chicas como el león eréctil!

—Y como decía...—Repitió Jackson.

Yoongi se estaba riendo con fuerza, enseñando su sonrisa de gomita. —¡Ya sé que escribir en tú cara!

—¡Yoongi!

—¡Perdóneme! ¡Oh gran león erectil!

—¡Hagan silencio y déjenlo hablar!— Exigió Hoseok, mirándolos con furia. —Jackson hace esto por nuestro bien y para nosotros. ¿Pueden respetar eso al menos?

Los restantes bajaron la mirada apenados y Hoseok asintió con orgullo, hasta que se giró y observó a Jackson, quién le brindó una blanca sonrisa. Hoseok enrojeció de inmediato y bajó la mirada, buscando hasta el más pequeño detalle de sus manos.

—Bien, cada uno de ustedes formará un grupo y...— Los siete chicos se unieron aún más, rozando sus hombros y observando con recelo al resto de participantes, como si temieran que Jackson los obligará a compartir con quiénes no tenían tanta confianza.

Yoongi en especial se sentía de esa manera, después de todo ahora era conocido por los demás como él sin vergüenza que había dibujado un miembro en la primera sesión. Por fortuna, Jungkook deslizó su brazo sobre sus hombros con cariño y le sonrió, aliviando lo tembloroso de su cuerpo.

Jackson carraspeó —Van a llevarse dos cajitas de pinturas por grupo, además de los pinceles y un recipiente lleno de agua. —Miró a los chicos que se unían aún más, como si estuvieran en la escuela y con sus acciones dieran a entender que no se alejarían.—Chicos, se supone que deben compartir con sus compañe...  No importa. ¿Tienen alguna duda?

Jungkook levantó la mano.
—¿Tenemos que escribir o dibujar las cualidades?

—Como ustedes prefieran.
—Respondió Jackson.— Pueden comenzar. —Y entonces oprimió el botón de unos bafles que tenía a su lado y la música acompañó la actividad.

Seokjin sujeto un pincel y observó a Namjoon con una sonrisa. —Serás mi lienzo.

—Espero tener cualidades suficientes. — Namjoon sonrió algo nervioso y estiró sus brazos.

Seokjin se acercó a su antebrazo
—Al contrario, nos faltará lienzo extra para escribirlas todas. —Le animó, sonriendo travieso cuándo Namjoon río avergonzado. —¿Qué color te gusta?

—Azul.

Seokjin deslizó su pincel en la pintura azul y con un poco de temblor en sus dedos, nervioso de que no quedará bonita su letra, comenzó a deslizar el pincel por la piel acaramelada, cubriendo el espacio desde la muñeca hasta el codo.

Namjoon se preguntaba cuál era la primera cualidad que Seokjin veía en él. Apretó sus labios, pensando que todos solían decirle lo atractivo que era, pero en realidad él se preguntaba si podían ver más allá de eso. Después de todo, su ex esposo no se había quejado de su aspecto sino de su forma de ser. De su silencio, timidez y poca decisión.

Pero con Seokjin le gustaba hablar, él no lo juzgaba por ser tímido y ahora decidía muchas cosas acerca de su relación con Seokjin. O más bien, aceptaba, las emociones y pensamientos que lo embargaban. Aunque no fuera tan capaz de decírselas en voz alta.

Se estaba enamorando de él y aquello era más emocionante que los años de matrimonio infeliz que había vivido

Seokjin terminó entonces de escribir con pintura en su piel, la textura fría secándose poco a poco a la luz del sol.

—Listo, ahí está tú primera cualidad. —Se alejó observando su trabajo, apretó entre sus labios su lengua y negó. —Falta algo. —Se inclinó y colocó algunos puntitos de decoración.

Finalmente a Namjoon se le permitió mirar. Y ahí, simple, de color azul y con una caligrafía algo temblorosa, con pequeños puntos desiguales de decoración, decía:

Dulce

Namjoon parpadeó unos segundos. Nadie le había dicho que era dulce. Muchos lo habían alagado por su aspecto, otros por su fuerza -producto de su continuo entrenamiento en el gimnasio- y muchos otros por su amabilidad.

Pero jamás le habían dicho que él, un sujeto de 1.81 m de estatura, callado, serio y tímido, fuera dulce.

—Gracias.— Susurró —Pero...

—Eres más que un hombre callado. En tú silencio veo lo dulce de tus gestos. En tú timidez lo dulce de tus ojos. En tú seriedad las líneas dulces de tus sonrisas discretas. —Seokjin besó su mejilla con cariño. —Para mí, eres dulce Kim Namjoon y es una de las razones por las que te veo más que como un amigo.

Namjoon enrojeció, su corazón latio desesperado y tuvo la fuerte necesidad repentina de colocar a Seokjin sobre las flores y hacerle el amor. Lo asustó el deseo tan fuerte que sintió y el como su cuerpo le exigía abrazar a Seokjin, mientras que sus labios deseosos le pedían un beso.

Pero entonces Seokjin le entregó el pincel.—Ahora es tú turno.
—Frotó sus manos nervioso y dió una paso atrás. —¿Qué te gusta de mí?

Namjoon lo observó un minuto entero porqué en realidad eran demasiadas las cosas que le gustaban del bonito profesor, pero Seokjin se sintió un poco mal por el largo silencio y mordió sus labios con ansiedad.
—¿Nada?

—Mucho.— Debatió Namjoon y se acercó repentinamente, inclinandose sobre su rostro. Su respiración fué una caricia cálida en la nariz y mejillas de Seokjin, incluso en sus labios mientras exhalaba con nerviosismo.

Los ojos de Namjoon estaban muy cerca, los arcos chocolate de pestañas y los orbes seductores demasiado nítidos y perfectos ante él. Casi gimió cuándo Namjoon sujetó entre su pulgar e índice su mandíbula, una mínima fuerza ejercida entre sus dedos mientras acercaba el pincel a su mejilla. Sintió el toque frío en su piel y luego las cosquillas de la punta del pincel.

Fué un trazo rápido pero para él se sintió eterno y lleno de sensaciones. Su corazón latía con velocidad, él perfume exquisito de Namjoon lo rodeaba y le gustaba demasiado.

Al terminar, Namjoon deslizó su pulgar con una pequeña caricia y sus orbes dejaron de observar su mejilla para mirarlo fijamente. Seokjin tragó, sintiendo que aguantaba la respiración, misma que salió en pequeñas exhalaciones aceleradas cuándo Namjoon llevado por un impulso, estiró sus labios y dejó una presión húmeda sobre sus labios.

Pero no terminó ahí, contrario a sus besos anteriores, está vez deslizó su lengua con un dominio que lo dejó atónito y temblando. Acarició su lengua con la suya en un beso asfixiante y arrollador, mismo en el que chupo su lengua y al alejarse, mordió su labio.

Y un sonidito nada decente escapó de Seokjin

Namjoon se alejó complacido y sonrió, luciendo más confiado y con la esquina de su labio húmedo curvandose en una sonrisa egocéntrica, al ver a Seokjin con aquel aspecto de labios hinchados y ojos adormilados. Buscó en sus bolsillos y le extendió su teléfono para que se observara a si mismo.

—¿Qué es?—  Preguntó Seokjin con la voz algo temblorosa, para después encender la cámara y observarse en el reflejo.

Y ahí, justo debajo de su ojo estaba escrito: Voz.

Jin ladeo la cabeza confundido.
—¿Mi voz es una cualidad?

—Tus palabras, tú voz, tú risa.
—Namjoon no bajó la mirada al confesarselo. —Me alivian, me hacen feliz. Son tus mayores cualidades, Seokjin.

—¿De verdad?— Susurró.

—Es lo que más me gusta de tí.
—Confesó. —Es una de las razones por las que me gusta estar cerca de tí. —Namjoon sujetó su mano. —Es una de las razones por las que me gustas, Kim Seokjin.

Y ahí, con un pincel en mano y acariciando su palma después de un increíble beso, Namjoon le había confesado repentinamente que sentía lo mismo por él.

Que sus sentimientos eran recíprocos, quizás solo en la atracción y gusto inicial que sentían ambos, pero aún así...

A Seokjin lo hizo inmensamente feliz.

.....

Nuevo capítulo. Espero les guste
No olviden el votito y comentario
Los amo mucho
Besitos

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