||•|| Peter Parker ||•||
— ¡_____! —no importó cuánto le hablé, ella no volteó.
Sólo la vi desaparecer en la intersección del pasillo.
Cuando volteé a ver a Ned, él seguía mirándome con una sonrisa de no tener la menor idea de lo que estaba ocurriendo.
—Entonces, ¿Qué rayos fue lo que vi?
—Nada, Ned. No viste nada —le conté mientras negaba y me dirigía con él de nuevo hacia el comedor, con la esperanza de ver a ______.
— ¿Cómo que nada? —preguntó ofendido—, ¿Cómo que "nada"? Yo vi con estos bonitos ojos que tú y ella iban a...
Con sus manos hizo la forma de bocas dándose un beso.
—Ned, basta...
— ¿Eso quiere decir que tenía razón y que _____ te gusta?
—No, ella no me gusta.
—La ibas a besar, Peter, ¿Cómo que no te gusta?
—Ned, tengo novia.
—Sí, una novia que parece no gustarte tanto como tu amiga.
—Bien, ¿Y aunque dijera que me gusta qué? —reclamé—. ¿Qué se supone que haga?
—Nada, pero... —y volvió a sonreír—, soy todo un Cupido, ¿No?
—No. Nos interrumpiste cuando iba a ocurrir. Creo que eres un mal doctor corazones.
—Bueno, no creo que sea tan mal doctor corazón. Es decir, yo quería que hicieran las paces como amigos y tú ya te le querías pegar como sanguijuela. Al parecer mi trabajo va mejorando cada vez, ¿Y si le dices que si quiere ser tu amiga? Probablemente te diga que sólo te ve como una pareja romántica potencial...
Con tanto parloteo me estaba haciendo sentir incómodo al respecto de ese beso.
Por fin paré en seco antes de entrar, giré para verlo cara a cara.
—Ni una palabra de eso, nadie debe saberlo. ¿De acuerdo?
—Lo intentaré pero si en la clase de biología escuchas que alguien pone la canción de la sirenita que cantó Sebastián para que Erick besara a Ariel, no me culpes, yo ya los shippeo.
— ¿Nos qué?
—Shippeo, para mí imaginariamente ya son la pareja del año.
—E-espera, Ned, yo no...
No pude terminar porque él entró de prisa en dirección a donde estaba Michelle y ______ hablando, a lo que yo a regañadientes tuve que volver donde Liz.
Me sentía incómodo siempre que me sentaba con Liz por los constantes comentarios tan superficiales de Flash y el resto de sus amigos que la mayor parte sólo era para criticar al resto y Liz sólo se reía o los defendía en caso de sentir que los ataques eran demasiado duros. Todo esto no era parte de mí.
Constantemente miraba a la mesa donde Ned, Michelle y ______ estaban. Ellos se veían más relajados y riéndose por cualquier comentario absurdo por parte de mi mejor amigo. Ellos sí parecían divertirse.
Estaba tan confundido.
Liz era la chica de mis sueños, con la que había deseado hace tantos meses salir pero ahora, verla casi todo el tiempo me hacía dudar de si realmente era la chica perfecta o solamente yo la había idealizado todo este tiempo.
— ¿Entonces?, ¿Me estás oyendo? —escuché la voz de Liz que me hizo salir de mis pensamientos.
— ¿Ah? Pe-perdón, no te escuché, ¿Qué ocurre?
—Siempre estás en las nubes y jamás me prestas atención, Peter —se quejó—, dije que si me acompañarás hoy al centro comercial.
— ¿A-al centro comercial? Claro, yo... s-sí.
—Perfecto, a las tres te veo en la fuente de la plaza para entrar juntos.
—Sí... —el timbre sonó y cada quién se levantó para salir de la cafetería dejándonos en la mesa sólo a Liz y a mí.
—No me vayas a dejar plantada, Peter, si lo haces, te prometo que me voy a enfadar contigo.
—Descuida, yo no... —ni siquiera me dejó terminar cuando se levantó y se dirigió a la salida de la cafetería igual dejándome solo.
—Pero creo realmente que no soy tan buen Cupido —escuché hablar a Ned justo a un lado mío—, al final, yo te metí en todo este lío con Allan, Peter.
—No importa, no todo va tan mal —traté de relajar a mi amigo.
—Tienes razón, aún no te dice "da vueltitas y hazte el muerto" así que... podría ser peor —trató de consolarme Ned pero sólo me hizo sentir peor.
Salimos ambos de la cafetería para dirigirnos a nuestra siguiente clase juntos.
Por la tarde, traté de evitar que mis deberes como superhéroe se juntaran con la salida al centro comercial.
Odiaba el centro comercial, las compras y tardar horas esperando a que May escogiera un par de zapatos, pero con May era distinto. Con Liz no podía siquiera hacer una cara de fastidio porque ella se molestaba y hacía escándalos donde todos volteaban a vernos.
Llegué puntual, a las tres en punto, estuve en la fuente esperándola casi dos horas hasta que por fin llegó.
Cualquier otro chico se habría ido a los primeros veinte minutos, pero yo la esperé.
—Lamento llegar tarde, tenía cosas importantes por hacer —sí, ella era la única con cosas importantes por hacer—, y no pude llegar a tiempo.
—Claro, no pasa nada, ¿A dónde vamos?
—Primero a comprar unas blusas, estas que tengo ya no me gustan. Después tal vez podamos ir por algo para comer, ¿Qué te parece?
Asentí sonriendo forzadamente, no le reclamé nada, sólo entré con ella al lugar.
Pasamos horas para que escogiera una sola blusa de todas las cincuenta tiendas diferentes que fuimos a buscar porque ninguna le gustaba o estaba muy cara o no era de su talla. Vi el reloj y ya eran las siete.
May me iba a matar cuando me viera llegar pero Liz parecía aún no tener prisa porque me "invitó" a cenar, claro, si "invitar" significa ordenar de todo y dejarme pagar al último a mí.
Menos mal que llevaba dinero porque de lo contrario me iba a echar en cara que salía con ella y ni un refresco le compraba.
Por fin llegó la hora en que su madre llegó por ella. Nunca me sentí tan aliviado de verla irse como esa tarde.
Tuve que volver a casa caminando porque me acabé hasta el último centavo en esa cena y ni un "gracias" me dio.
Ned tenía razón, sólo faltaba que me diera órdenes de perro para hacer más humillante esta situación.
Al llegar a mi departamento, como esperaba, May me regañó.
—Te dije dos horas, Peter —reclamó May—, te fuiste por casi cinco horas. ¿Ni siquiera puedo tenerte confianza porque siempre vas a hacer lo que se te venga en gana?
—May, lo siento. Sé que llegué tarde pero Liz no llegó a tiempo y tardamos mucho buscando lo que iba a comprar, después pasamos a comer algo.
— ¿Llegó tarde?, ¿No me dijiste que te quería puntual?
—Sí, así fue pero llegó tarde.
— ¿Y por qué?
—Tenía algo que hacer antes...
—Entonces tú eres el único tonto que acepta ir temprano, pero ella no lo hace. Esa chica no me cae bien.
—Sólo fue esta ocasión.
— ¿Por cuánto se demoró?
—Dos horas —murmuré para que no me escuchara pero ella sí lo hizo.
— ¿Dos horas?, ¿Dos horas y tenía algo que hacer?
—No pasará otra vez, May.
—No, no pasará de nuevo porque no te dejaré salir con la tal "Liz" por más que me lo pidas, Peter.
— ¿Qué? Pe-pero tía...
—Nada. Si Liz no te avisó que tardaría tanto, no es una buena persona, te dejó esperando, ¿Y si no llegaba?, ¿O si te pasaba algo? Yo estaría confiada que estabas con ella cuando ni siquiera llegó.
—De acuerdo. Tienes razón, no te lo discutiré.
—Gracias, ahora ve a tu habitación, estás castigado.
Asentí sin mayores reproches. May no merecía aguantar berrinches de un adolescente cuando tenía razón en lo que decía.
Pasaron unas horas hasta que la escuché abrir la puerta, me hice el dormido entonces.
May se acercó a mi cama y me arropó antes de besar mi frente y salir cerrando la puerta detrás suyo.
May hacía siempre mucho por mí, y se lo agradecía. Era como si se tratara de mi madre, siempre había estado para mí en las buenas y en las malas.
Apenas noté las luces del pasillo apagarse y escuchar su puerta cerrarse, me puse mi traje y salí por la ventana en dirección al departamento de ______ que no quedaba muy lejos de mi edificio.
Cuando llegué. La luz de la ventana que daba a su habitación estaba encendida, así que me acerqué para ver qué hacía.
Se encontraba jugando en la computadora y con los libros de las materias que tenía tarea abiertos y subrayados pero parecía haberse entretenido más jugando.
Toqué la ventana y entre movimientos torpes, cambió de pestaña para ponerla en el buscador.
Ella fue a abrir entonces la ventana que tenía seguro por dentro.
— ¿Haciendo tarea? —le pregunté con cierta burla.
—S-sí, estaba a nada de acabar —respondió volviendo a sentarse y esta vez prestar atención a su tarea—, ¿Cómo te fue hoy?
—Mal, ¿Podemos no hablar de mi día? —pedí antes de ir a su cama para acostarme ahí.
—Qué confianza te das para acostarte en mi cama —me reclamó.
—Es cómoda, me gusta y apúrate a tu tarea —le regañé entonces a lo que me tiró un peluche de los que tenía en su estante.
—Escuché del asalto hoy en la joyería, ¿Los atrapaste?
— ¿Asalto? —miré a ______—, ¿Cuál asalto?
— ¿No te enteraste? Todos hablaron que hubo un asalto en la joyería Preston —contó—, ¿Si no estuviste ahí qué hiciste en todo el día?
—Tu padre me va a matar cuando sepa de esa historia.
—Descuida, creo que no se va a enterar. Está más ocupado con el tema de atrapar a Steve y a su amigo.
— ¿A ti cómo te fue?
—Bien, nada nuevo.
¿Nada nuevo?, ¿Que casi nos besáramos era nada nuevo para ella? Bien, me sentía molesto.
— ¿Todo bien en la escuela? —traté de indagar insistiendo al menos un poco.
—Sí. Todo en perfecto estado.
Y siguió atenta a la computadora sin prestarme atención.
Todo ese rato fue un completo silencio en lo que ella continuaba su tarea.
La vi por primera vez recargarse en el respaldo de la silla y cubrirse el rostro.
—Odio álgebra —la escuché quejarse—. Esto es imposible.
— ¿En qué tienes problemas?
—Las ecuaciones, una función cúbica —dijo mientras volteaba a verme—, ¿Se te da bien los números?
—Algo así —me levanté para dirigirme con ella—, no debe ser tan complicado.
Me acomodé a su lado para entonces ver la libreta donde tenía los problemas. Estaba llena de pequeños rayones y borraduras.
—Es fácil, mira —tomé su lápiz y le comencé a dar la clase de la manera más sencilla que pude mientras ella miraba con atención mi procedimiento.
La tenía tan cerca mío recargando su brazo en mi hombro y su cabeza levemente recostada en mí.
El aroma de melocotón de su perfume me llegó a las fosas nasales. Estaba encantado con esa sensación de dulce tan cerca mío que en más de una ocasión me desconcentraba de lo que le explicaba y ella lo notó a lo que soltaba pequeñas risas.
—Creo que ya entendí. Gracias —dijo antes de seguir ella con el resto de sus ecuaciones hasta terminar—, al fin. No más tareas.
Guardó sus libretas y ordenó su escritorio de una manera más que perfecta. Esta chica era demasiado organizada.
Cuando menos lo esperé, se acercó a la cama para recostarse a un lado mío mirando el techo y dejando sus pies elevados en la pared.
— ¿Alguna vez has dado tu primer beso? —me preguntó volteando a verme pero yo seguí atento a mirar el techo.
— ¿M-mi primer beso? Sí, ¿Por qué?
—Yo no —contó mientras volvía a ver el techo—. Lo iba a dar hoy pero me acobardé...
Lo último lo dijo a voz muy baja.
— ¿Ibas a...?
—Shh —me pidió—, Diana escucha todo lo que decimos.
Dejó su mano sobre mis labios encima de la máscara. Asentí y ella entonces alejó su mano de mí.
— ¿Por qué te acobardaste? —pregunté bajando mi voz entonces para que ella siguiera contándome sin problemas.
—No lo sé. Jamás he dado un beso en mi vida y no era el mejor momento, ¿Te imaginas?
—No le veo nada de malo haber querido besar a alguien...
—No, imagínate —se levantó entonces sobre la cama y se acercó a la pared para simular que era otra persona—, "Oh, _____, tienes unos ojos preciosos" —empezó a simular que otra persona hablaba—. "Oh sí, ¿Eso crees?", "Sí, sí, son preciosos" Y entonces se acerca para besarme y mientras lo hacemos le estornudo.
Solté una risa al oírla, ¿Por qué se le ocurría pensar en eso?
— ¿Estornudarle?, ¿Por qué pasaría eso?
— ¿Y si alguno tomó soda antes y quería eructar?
—En primera, eso es asqueroso y en segunda, no creo que pasara.
—No lo sabes.
—Pero no es como que cuando vayas a besar a alguien te den ganas de eructar, Stark.
— ¿No?, ¿Y qué opinas entonces si fuera un beso con mucha, mucha baba. Sería asqueroso.
—Tú tienes problemas.
—En un beso se cambian más de ochenta millones de bacterias. ¿Y si comió un burrito antes?
—No creo que...
—Peor aún, ¿Y si besó a otra persona antes? Estaría intercambiando sus bacterias y las de la otra persona...
—Besarse reduce los niveles de cortisol, la hormona del estrés, y aumenta los niveles de oxitocina —debatí.
—Sí, siempre y cuando besemos a la persona adecuada.
— ¿La persona que ibas a besar no era la adecuada? —pregunté entonces haciéndola callarse.
—No lo sé, jamás he sabido cómo saber si es o no una persona la indicada... ¿Tú cómo lo sabes?
—No lo sabes, sólo la ves un día y sabes que te causa algo.
— ¿Tú tienes a alguien que te cause algo?
—No —dije mientras miraba a otro lado—, no tengo tiempo para el romance.
— ¿Te gustó tu primer beso?
—Eso creo...
— ¿Y sabes besar?
—No, bueno, no lo sé. Espera, ¿Soy el único que siente que esta conversación se torna rara?
—Tú la ves rara, yo sólo tengo curiosidad...
— ¿De qué?, ¿Acaso quieres que te enseñe? —pregunté en forma de broma hasta ver que ella no se rió y solamente bajo la mirada un momento.
— ¿Es una mala idea?
—Es que siempre dices que me odias ¿Qué se supone que diga?
—Me ayudarías mucho. Viéndolo de un modo práctico, eso me evitaría quedar en vergüenza.
— ¿Y...?
—No quedar en vergüenza me va a mantener un autoestima alta.
— ¿Y...?
—Un autoestima alta me hará feliz y cumples con tu trabajo de cuidar íntegramente de mí.
—Tu cadena de causa-efecto no me convence.
—Prometo que no te voy a estornudar, no a propósito.
Eso me convenció por lo ridículo que sonaba. Asentí entonces acercándome a ella, al final yo igual deseaba ese beso.
—De acuerdo, pero cierra los ojos.
Y ella así lo hizo.
Con ciertos nervios me levanté un poco la máscara y al verla apretando sutilmente sus párpados me pareció muy adorable.
Sin más, ladeé mi cara para besarla igual y por fin unir nuestros labios, era un beso donde sólo nos manteníamos juntos.
Moví mis labios lentamente para que ella me siguiera, estuvimos así unos segundos hasta que ella fue quien se separó.
Aproveche para bajarme la máscara y acomodarla bien.
—Para ser un acto tan asqueroso con ochenta millones de bacterias ahora, no estuvo mal —musitó ______.
—Para ser tu primera vez y con el riesgo latente de que me eructaras o me estornudaras, tampoco fue terrible.
Ambos sonreímos un poco, al ver la hora me levanté de su cama.
— ¿Te vas?
—S-sí, es tarde. Te veré mañana...
—Claro, adiós —la miré asentir.
Salí entonces del departamento y la vi cerrar la ventana con seguro entonces.
Volví a mi departamento aún pensando en el beso con _______.
Me había hecho sentir tanto en tan poco tiempo que me aterraba.
Pronto escuché mi celular sonar y contesté.
— ¿Cómo van tus escapadas nocturnas? —hablaron del otro lado de la línea y sabía bien de quién era esa voz.
Peter Parker, estás muerto...