Transalterna

By Hitto_

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Maya y Sophie son la misma persona viviendo dos vidas diferentes. ¿Ambas vidas son reales?¿una es un sueño? E... More

Intro
Scielo1
Almarzanera
El chico nuevo
Un tatuaje gratis
Mirar alrededor
El fantasma del depósito
Tarde de playa
El ritual de cumpleaños
La fiesta de Maya
Gente indeseable
Guerra en la familia
Secretos íntimos
No salgas del círculo
Estar como en un sueño
En la fila del desempleo
El proyecto Transalterna
Un día espectacular
La peor espía
El chico más peligroso del pueblo
La primera misión
Lazos fraternos
Revelaciones en la montaña
Descubriendo una verdad
El misterio del culto
La cacería
Acechando en la oscuridad
Marcus
La primera cita de Ian
La verdad sobre Marcus
Confesiones entre hermanas
El misterio de Anelise
El espacio interdimensiones
Noche en el Spice club
El nuevo Ian
Consiguiendo justicia
La mansión del círculo
El certificado de pureza
Niña buena
La verdad sobre Dylan
Rescatando a Ian
Saltar de un risco
El secreto de Grecia
El nuevo Aaron
Un giro del destino
Las jóvenes del Círculo
Mis dos padres
Familia
Cómo ocultar un crimen
Thaly
La dimensión T50
Dos años de cambios
La estrella Polar
La partida inconclusa
Alguien en quién confiar
La luna roja
Shifting
Epílogo
Transalterna 2
Guía de entes
Guía de personajes

Respuestas por parte de un odioso

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By Hitto_

al final les dejo la foto del tatuaje que le hizo Ian a Sophie y el booktrailer del libro esta en mi Instagram y Tiktok

Como nunca me acosté rápido; por suerte mi padre ya estaba dormido cuando llegué a casa y no me vio con la venda detrás del oído.

Desperté mucho antes que Gema entrara a mi habitación en Almarzanera y no esperé a Tiago, me fui sola al colegio. No sabía a qué hora Aaron llegaría, así que lo iba a esperar en la puerta.

Me senté de brazos cruzados en la entrada, contra una de las palmeras que adornaban el colegio. No me distraje con ningún libro, ni el celular y respondí a los saludos de mis compañeros sin mirarlos, no quería que ese tonto se me escabullera.

Hasta Tiago llegó antes y me reclamó por no haberlo esperado, pero una chica del curso lo tomó del brazo y lo metió al colegio, sacándomelo de encima.

Aaron fue de los últimos en llegar, iba acompañado de otro chico casi tan alto como él, ojos marrones y cabello negro, venían conversando y riendo, pero cuando mi mirada se cruzó con la del chico mayor, su sonrisa de alegría se transformó en una de cinismo. Se despidió de su hermano y este pasó la mirada de él a mi y le dedicó un gesto de "estas en problemas", lo que me hizo pensar si es que le había dicho algo sobre mí. Suspiró con fastidio y esperó que dijera algo.

—Tú.... Comencé a decir y me di cuenta que no había pensado en qué reclamar exactamente—. ¡Me hiciste un tatuaje!

—Uno miniatura—rió—. Te puedo hacer uno de verdad.

—¡No!, no quiero un tatuaje. —No sabía ni qué decir ni qué hacer con mis manos, tenía ganas de golpear o apretar algo—. ¿Por qué huyes de mí? Por qué... por qué te haces al loco, cuando sabes... bueno, tú sabes qué.

—No huía de ti, tampoco me hago al loco, no sé qué quieres.

—Quiero respuestas. Y vas a dármelas.

—Bien. —Volcó los ojos que se lucían más sin la mata de cabello que llevaba en Scielo1—. En el recreo o algo, porque ya empiezan las clases. —En cuanto acabó de decirlo sonó la campana.

—En el recreo no, tu mini club de fans no van a dejarnos a solas y no quiero que piensen cualquier cosa. Hablaremos a la salida. Dame tu celular. —Le extendí la mano. Él me puso una mueca de disgusto, pero mi mirada de furia fue más poderosa y al final accedió. Llamé a mi teléfono para registrar el suyo y le mandé una ubicación—. Es un mirador, está cerca de aquí y no va nadie. Te espero ahí quince minutos después de acabadas las clases.

Dejé que se adelante un poco para no ir a su lado hacia el salón, aunque igual terminamos sentándonos en bancos contiguos.

Tamborileaba con el lápiz sobre mi cuaderno, solo veía la boca del profesor moverse de manera trémula y el chico de mi lado parecía tan distraído como yo. Simulaba tomar apuntes mientras dibujaba. No podía ver qué y si intentaba acercarme sería muy obvia. En cierto momento no pude más, tomé mi teléfono y por debajo de la mesa comencé a escribirle.

MAYA: No te olvides, al acabar clases directo a donde te dije.

Al sentir la vibración en su bolsillo sacó su teléfono y volteó a verme con fastidio.

AARON: Sí, sí

MAYA: si no estás ahí, juro que averiguaré dónde vives

AARON: eres muy intensa sabes? Cálmate un poco

Estaba por responderle cuando la mano del maestro me obstruyó la vista. Resoplando tuve que entregarle mi celular. Aaron corrió el mismo destino y obvio pude sentir como su mirada cargada de odio me penetraba. Esta vez yo me hice a la loca.

En el recreo me senté sola y como el día anterior miré a Aaron rodeado de la mayor parte de chicas del salón; esta vez mi hermano estaba ahí y Erick formaba parte del grupo, mas no de su conversación. Y era así como lucía, Tiago y Aaron hablaban y el resto los rodeaba, como si verlos conversar fuese algún tipo de espectáculo.

—¿Una pizza? está a diez. —La voz aguda de Grecia me hizo asustar por un momento. No venía sola, como siempre Alexa la acompañaba y el hermano de Aaron también.

—Sí, claro...—Saliendo del asombro abrí mi billetera.

—Él es Liam, es el hermano de Aaron—me lo presentó—. Me dio unas ideas increíbles para mejorar el negocio—. Sacó de su mochila una rebanada de pizza en una caja de cartón, al recibirlo noté que se trataba de masa con salsa de tomate.

—¿Dónde está el queso y el resto de la pizza? —Le reclamé

—Los ingredientes los ponemos por separado. —Liam se adelantó a explicarme—. Tenemos queso, jamón, pepperoni, aceitunas. ¿Qué quieres?

—Ponme todo.

Grecia lo ayudó a abrir el taper con varias divisiones y los ingredientes, el queso lo derritieron ese momento en una mini parilla portátil que Alexa cargaba y se veía exquisito, porque todo estaba caliente. En serio había mejorado el negocio de comida ilegal. Una vez mi delicioso trozo estuvo armado le extendí el billete.

—Faltan quince —me reclamó Liam.

—Claro que no, me dijiste que era a diez —le dije a Grecia.

—Es a diez, pero los ingredientes se venden por separado. —De nuevo intervino Liam.

—Es una idea increíble ¿no crees? —Grecia le sonrió a Liam.

—No, es una idea abusiva —me quejé y de inmediato me acordé de los lugares de comida en Scielo1, donde tenían esa horrible estrategia de cobrarte aparte hasta por la sal.

—Si no te agrada, compra de la cafetería. —Me retó Liam. Ya empezaba a notar el parentesco con Aaron.

Le tiré el resto del dinero, no pensaba comprar nada de la cafetería, ese día las madres habían preparado una especie de gelatina con vegetales.

—Eres como tu hermano —le dije al chico—. Grecia no te juntes mucho con él —le recomendé.

—Claro —me respondió sin prestarme atención y fueron en busca de su siguiente víctima.

Regresé la atención a lo que parecía ser la "mesa popular", Aaron ya conversaba con Erick y las chicas, mi hermano no les escuchaba, miraba fijamente en mi dirección y no necesité mucha deducción para darme cuenta que observaba a Grecia.

***

Antes de poder salir del colegio, tuve que ir a la dirección a recuperar mi teléfono.

De nuevo tuve que escapar de mi hermano para no darle explicaciones de dónde iba. Estaba dispuesta esperar a Aaron veinte minutos, si no llegaba, averiguar donde vivía no sería difícil, de nuevo no lo dejaría escapar.

Me sorprendí un montón al llegar al mirador y encontrarlo ahí, observando el mar. Ese lugar estaba casi abandonado. Hacía años era uno de los lugares más bonitos de la playa, hasta que construyeron uno mejor a doscientos metros de ahí, con ciclovía, asientos y carritos de helado. Era el típico lugar donde los adolescentes del pueblo y algunos universitarios se daban encuentro en las tardes. Seguro todos estaban allá, así que nadie nos molestaría.

Apoyado en el viejo barandal de madera, Aaron dibujaba. Me acerqué con cautela para curiosear qué hacía. Estaba segura que se trataba del hermoso paisaje delante de nosotros, pero no... dibujaba un dinosaurio.

—Bien, ¿qué quieres saber? —se dio cuenta de mi presencia y me preguntó.

Me apoyé también en la baranda a medio metro de distancia, tenía tantas preguntas que no sabía por dónde comenzar.

—¿Por qué no te sorprendió verme aquí y en Scielo1?

—¿Por qué me sorprendería?

—Porque literalmente te topaste con dos chicas exactamente iguales en ambos lugares, así que es obvio que tú y yo, ya sabes. Tenemos dos vidas.

—No eres exactamente igual, estoy seguro que Sophie es más pequeña, y eso que acá no eres muy alta que digamos —se burló.

—Eso qué importa. —No quise demostrarle que me enojaba— ¿Hay más gente como nosotros?

—Sí.

—¿En serio las has visto? —siempre había pensado que no podía ser yo la única. Aaron actuaba con tanta naturalidad que parecía hasta acostumbrado.

—Obvio, ¿tú no?

Negué con la cabeza.

—Nunca, de niña me trataron de loca, por eso lo mantuve en secreto. Y busqué por internet tanto aquí como en Scielo1 y nunca hallé a nadie, al menos nadie real, algunos mentían. No entiendo cómo puedes saberlo, antes de ti yo nunca vi a dos personas iguales.

—No puedes ir buscando gente igual en ambos universos. Hay demasiada y no todas viven en el mismo lugar. Basta con que te fijes en su estela.

—¿Cuál estela?

—La estela. La que todos tenemos.

Por mi cara se dio cuenta que no tenía idea de qué me hablaba. Tomó su cuaderno en una hoja en blanco y comenzó a dibujar la silueta de una persona.

—Todos tenemos una estela visible, al menos la gente portal como nosotros la puede ver. La mayoría la tiene así. —Dibujó una especie de halo alrededor de la persona—. Mientras que la estela de los portales es así. —Trazó unas líneas que salían de la cabeza de su dibujo—. Se extiende hasta perderse de vista, eso significa que tienes dos cuerpos físicos en dos dimensiones diferentes. ¿En serio no las puedes ver?

Encogí los hombros.

—¿Hay muchos más? Aquí en Almarzanera quienes son así... ¿portales?

—La única portal que vi aquí eres tú, pero es porque Almarzanera es un pueblo pequeño, en la ciudad hay más, pero somos uno en un millón.

Me estaba empezando a marear. Por primera vez en mi vida alguien me daba respuestas concretas y eso me estaba generando más dudas, más y más preguntas que se acumulaban en mi mente y se tropellaban por salir.

—¿Todos estamos en Scielo1? ¿O es algo mundial?

Aaron tomó aire y dio la vuelta a su cuaderno, empezó a dibujar unos círculos.

—Mira, existen una infinidad de dimensiones. Realidades alternas. Se crean cuando en una hay una divergencia lo suficientemente importante para que la realidad se bifurque. Esto desde el origen de los tiempos, así que hay dimensiones donde tú y yo nunca nos conoceremos— Señaló un círculo—, otra donde tal vez nos conocimos desde antes. —Señaló otro cercano—. En alguna no debemos ni existir y en muchas otras no existen los humanos. —Dibujó un círculo pequeño alejado en una esquina. —En medio...—comenzó a pintar de negro haciendo rayones en todo el espacio en blanco alrededor de los círculos—. Es la zona cero, el espacio entre dimensiones—. Cuando una realidad se divide en dos, se crean realidades gemelas. Es el caso de la dimensión T51 y T52. —Anotó los nombres en dos círculos contiguos—. Estamos en la realidad T52. En la T51, Scielo1 es el centro tecnológico más grande del mundo, en la T52, Scielo1 no existe y en su lugar está este pueblo. Como las dimensiones son gemelas el velo que las separa a ambas es muy leve, por eso a veces se da que un individuo como nosotros pueda compartir una estela, alma, energía o como quieras llamarlo, con dos cuerpos en ambas dimensiones.

—Cuando era pequeña estaba segura que una vida era real y me soñaba la otra, al crecer fui investigando y supuse que al dormir me iba a otra dimensión por algún motivo.

—Ninguna es un sueño, ambas son reales y pertenecemos a ambas. Al dormir quienes somos portales tenemos la facultad de traspasar el velo y pasar de una dimensión a la otra, aunque el tiempo en ambas transcurra en paralelo. Pero las sentimos como si fueran días intercalados.

—Creo que entiendo, suena lógico, o algo así, pero... La pregunta es ¿por qué? Por qué vivimos en dos dimensiones, ¿quién decide que tengamos esa habilidad?

—No lo sé. El por qué no está muy claro, algunos tienen teorías religiosas, otros tienen teorías científicas. Yo creo que es un poco de ambos. Si bien no hay un motivo concreto, sabemos que si se cumplen ciertas circunstancias las posibilidades aumentan. ¿Sabes que en el mundo hay mujeres muy parecidas a ti, solo por una coincidencia genética? ahora piensa que esas posibilidades aumentan si hablamos de dos universos. Así que si dos personas con características genéticas muy similares, son concebidas casi en la misma fecha, nacen al finalizar el ciclo lunar, cuando el velo es más débil y en puntos geográficos cercanos, es posible que compartan una sola esencia. También pude ser hereditario, si uno de tus padres o todos ellos son portales, las posibilidades aumentan. Pero veo que no es tu caso. ¿O sabes con certeza que ninguno de tus padres lo es?

Lo pensé un momento.

—Mis padres aquí por supuesto que no, ellos me llevaron a terapia cuando hablaba de mi otra vida. Mi papá Nicolás, el de Scielo1 tampoco, pero no conocí a la madre de Sophie, ella murió al darme a luz.

—Tal vez ella era portal. —Consideró con desinterés—. O solo fue coincidencia. ¿Tu cumpleaños es el domingo verdad?

Asentí

—El mío también, el treinta y uno de marzo fue el último día del ciclo lunar del año en que nacimos y también el día en que el velo fue más débil.

—También es el cumpleaños de Tiago, pero él no es como nosotros.

—Debe ser porque en Scielo1 no hubo otro niño con genética similar que naciera en ese momento. —Se estiró como un gato y procedió a guardar su cuaderno—. Tengo que irme, tengo un compromiso.

—Solo un par de preguntas más —le insistí. Tanta información me iba a hacer estallar la cabeza, pero necesitaba saber más.

—Creo que fue suficiente por hoy. Nos vemos en el tren. —Colgó la mochila de su hombro y me dio la espalda. Lo agarré del brazo.

—Solo una cosa más. ¿Qué pasa si muero? Es decir, si muero aquí...

—Eso no afecta la otra dimensión. Si mueres aquí, en la otra seguirás con vida, pero no podrás regresar aquí. Así que disfruta un poco, tienes dos vidas.

Se despidió con la mano y lo vi caminar por el sendero de arena hacia la avenida. Yo permanecí ahí un rato más, pensando, por fin alguien me daba respuestas. Lo extraño era cómo Aaron sabía tanto. ¿Las otras personas se comunicaban entre ellas? ¿tenían un grupo de ayuda?

Cavilé tanto que no me di cuenta del pasar del tiempo. El sol se empezó a ocultar en el horizonte y recibí un mensaje de Tiago, llamándome la atención por no estar a tiempo para la cena. Recogí mis cosas y me fui corriendo a casa.

Mi madre me iba a matar, le daba demasiada importancia a cenar en familia y se iba a poner muy fastidiosa, encima la había dejado sola organizando la fiesta. Pese a que no sabía el papel que jugaba ahí. Ella y Daría eran quienes armaban todo, Tiago y yo solo podíamos asentir o negar, más que nada asentir, porque si nos negábamos a alguna de sus decisiones ambas enfurecían.

***

—Perdón, me quedé estudiando y no me fijé en la hora —dije entrando al comedor. Mis hermanos, mis padres y Steve ya estaban sentado a la mesa y tuve un sobre salto al ver a Aaron sentado junto a Tiago, burlándose de mi con la mirada. Ese era su compromiso y no me lo había dicho... en verdad era odioso.

*****************

Espero no haberlos mareado con tanta explicación. Muchas cosas se irán sabiendo luego. por ahora maya ya recibió algunas respuestas. Que tanto sabe Aaron? averígüenlo muy pronto!!!


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