Advertencia: capitulo un tanto hard...
Si no quieres leerlo, ve hasta donde dice "⚠️fin del hard.⚠️"
─ G-Goucchan~ ─ gemía el pelinegro de pecas, mientras que era embestido por el más alto.
─ y-yami~ t-te amo..~ ─ jadeó Bakugo, aumentando más el ritmo de las estocadas, a la par que atacaba el cuello de Mikumo a chupones y uno que otro mordisco.
─ m-mas fuerte, Gou~ ─ pedía el ojiverde a gemidos, mientras que unas cuantas lagrimitas de placer caían por su mejilla.
─ a-ah~ Yami~
Mikumo empujó a Gogo, para que quedara abajo, en eso, el menor se sube arriba de este, haciendo que entre nuevamente en el pelinegro.
El pecoso comenzó a saltar arriba del cenizo, cerrando sus ojos levemente, arqueando sus cejas para arriba, mientras que se mordía el labio inferior, y sonreía de placer.
─ ¡G-Goucchan!~ ─ repitió, aumentando sus saltitos.
─ Yamikumo~
─ ¡Yo..! ¡Ah!~
Posó sus manos a los lados de la cabeza del mayor, sin parar sus acciones anteriores.
─ ¡t-te amo!~
⚠️Fin del hard.⚠️
Abrió los ojos lentamente, dándose cuenta primeramente que no estaba en su habitación.
‹ f-fue... Un sueño... ›
Se deprimió un poco al darse cuenta que el sueño dónde ambos se entregaban al otro no fue real.
Otra cosa en la que se había dado cuenta, fue que había alguien arriba de el...
Era Mikumo, estaba bien acurrucadito en su pecho, durmiendo plácidamente.
Sintió como la sangre subía a sus mejillas, poniéndolo nervioso.
Se movió un poco, dándose cuenta de otra cosa...
‹ m-mierda no... ›
Tenía una erección.
Y tenía que arreglarlo.
Y la verdad... No quería despertar ni quitar a Mikumo de arriba suyo, le gustaba estar ahí y algo le decía que al menor también, solo que no se daba cuenta.
« ¿Te gustó lo que soñaste? »
‹ k-katsuki... Volviste... ›
« seh, es algo que te explicaré luego. »
‹ ¿Por qué no ahora? ›
« porque tienes un problema que arreglar allá abajo. »
‹ hum... Yo... Quiero arreglar eso, pero no quiero moverme de aquí. ›
« puedes frotarte contra Yamikumo. »
‹ NO. ›
« entonces sal de ahí, pero no te muevas mucho como para despertarlo, vas al baño, te tocas, regresas, te acomodas como estabas con Yami y listo. »
‹ mmh... Buena idea... ›
Antes de hacer movimiento alguno, visualizó mentalmente como se iba a mover de ahí para salir, luego ir al baño sin hacer ruido alguno.
Suspiró un poco, y se levantó muy, pero muy lento.
Dejó a Mikumo a su costado, verificó si este seguía durmiendo, y era así, de echo, ni se inmutó ante las acciones de este.
Termino su acción, ahora estaba en parado en el piso.
Caminó hasta la puerta, la abrió lo más sigiloso que pudo y salió.
En forma de festejo, levantó sus brazos.
Los bajó y fue al baño, ahí, cerró la puerta con seguro y se sentó en la tapa del inodoro.
Se bajó el cierre, a la par de que se quitaba el pantalón, junto con el bóxer.
‹ bien... Empecemos... ›
⚠️Hard cortito-⚠️
Acaricio suavemente su erección, suspirando con los ojos cerrados.
Envolvió su pene con la palma de su mano, para después bajarla y subirla, comenzando un vaivén.
« siento que lo disfrutas, ¿Eh? »
Dijo la voz de Katsuki en sus adentros, en tono de burla, pero el no respondió.
« bien ¿Que tal si ponemos a imaginar un poco a tu mente, ahora? »
Cuando esté termino de decir esto, el sueño que había tenido anteriormente se reprodució como un vídeo en su cabeza, dejando ver al pelinegro debajo suyo, siendo embestido por el mismo...
‹ a veces agradezco que estés en mí mente... ›
Se quedó viendo el líquido blanquesino que resbalaba por su mano.
Sip, había terminado, y por alguna razón se quedó viendo lo que produce que las mujeres tengan hijos.
Pasado un rato, se levantó y se lavó las manos. A decir verdad, se sentía algo culpable por haberse tocado en una casa que no es de el, en un baño que no es de él, pero bueno, era de suma emergencia.
Se arregló la ropa y limpió un poco de su líquido que había caído al suelo, y ya estaba listo.
Abrió la puerta y apagó la luz, para después marchar con cuidado y sigilo al cuarto de Mikumo.
« ¿Si te das cuenta que la madera rechina, no? »
Sin responder, entró a la pieza del pecoso y cerró la puerta, para luego darse la vuelta y-
─ ¿Que hiciste?
─ ¡HII!- ─ se tapó la boca, interrumpiendo rápidamente el chillido nada femenino que había dado.
─ no grites- mí mamá se va a despertar. ─ susurró Mikumo, poniendo un dedo sobre sus labios.
─ l-lo siento. ─ se disculpó, para luego sentarse en la cama. ─ ¿Por qué estás despierto?
─ nosé, creo que fue porque sentí que te fuiste, pero eso no importa. ─ le restó importancia a eso, sin saber que a Gogo se le iluminaron los ojitos. ─ ¿Fuiste al baño?
─ A-Ah, si, necesitaba hacer... Ya sabes, necesidades.
─ ¿Uno o dos?
─ ¿Que?
─ nada. ─ se calló y volvió a acostarse. ─ ven y duermete. ─ murmuró dándole espacio.
En respuesta, se dirigió a la cama y se acomodó como pudo.
─ Goucchan. ─ lo llamó Yami, el solo giró su cabeza, dándole de su atención. ─ ¿Te importa si te abrazo?
Los colores se le subieron a las mejillas. ─ ¿N-no crees que eso se podría mal interpretar?
─ nah, las chicas hacen eso ¿Por qué no nosotros?
─ s-si... Tienes razón... Uh, si puedes.
El de ojos verdes procedió a abrazar al cenizo por la cadera y enterrar su rostro en el pecho del mayor.
A Mikumo se me hacía muy cómodo dormir así, y no sabía porque, era una sensación muy familiar... Pero no era momento de pensar, era momento de dormir.
Mientras tanto, Gogo estaba tratando de controlar el ritmo de su corazón, y es que este momento se le hacía muy comprometedor, además de que le aumentaba su pensamiento de poder estar en algo con el pelinegro.
Con una sonrisa nerviosa y la cara roja, paso una de sus manos por la cadera del menor y otra por su cabeza.
Y acariciando los cabellos negros de Mikumo, se durmió.