RWANDA®

By zeyvolkova

74.2K 9.9K 8.2K

Sheyla Bonheur es una joven doctora recién licenciada que llega a un pequeño país africano, con el fin de hac... More

Advertencia
Dedicatoria
Booktrailer + Personajes
Capítulo 1 - Bienvenida al país de las mil colinas
Capítulo 2 - El soldado que no habla demasiado
Capítulo 3 - Ni en el confín del mundo
Capítulo 4 - Lo que pudo ser se acabó
Capítulo 5 - Desafiar a la adversidad
Capítulo 6 - No hacer nada no cambiará nada
Capítulo 7 - La vida que se escapa ante mis ojos
Capítulo 8 - La desconocida Madeleine
Capítulo 9 - Verdades que duelen
Capítulo 10 - Decisiones y consecuencias
Capítulo 11 - Hacerte invencible significa conocerte a ti mismo
Capítulo 12 - La decepción llega cuando ves la realidad con tus propios ojos
Capítulo 13 - Juzgar desde la distancia
Capítulo 14 - Cuando calla la razón hablan las armas
Capítulo 15 - Para llegar al objetivo es preciso aproximarse
Capítulo 16 - Mariposas y otros insectos
Capítulo 17 - Hacer de tripas corazón
Capítulo 18 - Poderoso caballero es Don Dinero
Capítulo 19 - Victorias y reconocimientos
Capítulo 20 - El hombre de las mil soluciones
Capítulo 21 - La sonrisa de Blaime
Capítulo 22 - A la única persona que nunca superarás es a la que no se rinde
Capítulo 23 - No existe la guerra inevitable. Si llega, es por fallo del hombre
Capítulo 24 - Adaptarse al medio
Capítulo 25 - Sentido del deber
Capítulo 27 - Seré abnegado, cumpliré con ejemplaridad mi deber
Capítulo 28 - Dejar ir
Capítulo 29 - Objetor de conciencia
Capítulo 30 - Ser león o ser gacela
Capítulo 31 - El amor vence batallas
Capítulo 32 - Soldado que huye vale para otra batalla
Capítulo 33 - Los muertos son los únicos que ven el final de la guerra
EXTRA - La batalla más cruel es aquella cuya victoria no depende de ti
Capítulo 34 - Las actitudes son más importantes que las aptitudes
Capítulo 35 - Como el ratón y el gato
Capítulo 36 - Hacia lo salvaje
Capítulo 37 - La maldad humana no conoce límites
Capítulo 38 -Si no acaba con la guerra, no es una victoria
Capítulo 39 - Mihi spes omne in memet
Sketch Concept

Capítulo 26 - Sonrisas y réplicas

1.1K 166 77
By zeyvolkova

La conversación con Blaime y su actitud distante me ha dejado con una desagradable sensación de desconcierto ¿Debido a qué actúa así ahora? ¿He hecho algo mal? ¿Ha sucedido algo? Porque después del trato cercano que estábamos teniendo, al margen de la química de la que hablaba Chel, ha retrocedido varios pasos para volver a ser frío y displicente. No sé como tomarme este cambio, como interpretarlo, ni a qué se debe, si bien se trata de problemas personales o es por algo relacionado con la seguridad del pueblo, lo cual me genera cierto temor.

Dándole vueltas a este extraño encuentro, vuelvo a buscar a Chel para continuar con la conversación que estábamos manteniendo antes de que llegara Blaime, pero cuando la encuentro está en una de las consultas, retirándole los puntos de sutura al soldado que fue herido en el incidente en el que a Blaime casi le cuesta la rotura de una costilla. Los dos charlan relajadamente, en una actitud claramente despreocupada, como lo harían dos amigos a la hora de comer. Y es precisamente la actitud relajada del soldado lo que no me acaba de encajar con la tensa actitud de Blaime, llevándome a pensar que su cambio de talante no esté relacionado con temas de seguridad. Desconcertada, estoy a punto de retirarme y dejar a Chel con sus labores, cuando es el soldado el que me detiene con una pregunta que no entiendo.

—¿Usted no lo considera así doctora...?— Y por un momento no comprendo a qué se refiere. Al parecer he estado presente durante buena parte de la conversación, pero no le he prestado atención al estar buscándole el sentido al comportamiento de Blaime.

—¿El qué?— Inquiero volviendo al mundo real, ante la amistosa pregunta del soldado que intenta meterme en la conversación. Y como siempre es Chel la que me pone en antecedentes.

—Nada, no le hagas caso, Jerome tiene ganas de fiesta— Responde entre bromas, quitándole peso al tema del que hablaban antes de que llegara yo. Pero Jerome se apresura a dar la contrarréplica.

—Todos tenemos ganas de celebrar algo aquí, doctora Laurent, hace falta un poco de alegría— La risa de Chel responde por ella al comentario de Jerome. Aún desconcertada, intento indagar qué es lo que hay que celebrar.

—¿Pero qué ocurre? ¿Tenemos algo que festejar?— Pregunto ingenua, a lo que Jerome responde.

—En un par de semanas será el cumpleaños de la doctora Laurent, y aquí el comité de seguridad opina que debería celebrarse una fiesta— La respuesta de Jerome me toma por sorpresa. No me puedo creer que haya olvidado por completo el cumpleaños de mi mejor amiga, pero desde que llegué aquí dejé de ver pasar los días en el calendario para regirme por las horas que marca el sol. Como una boba, lo único que alcanzo a responder es

—¿Va a ser tu cumpleaños?— Chel suelta una carcajada.

—Sí Sheyla, es el mismo día todos los años— Y aunque sé que bromea, no puedo evitar sentirme mal por no haberme acordado, aunque ella le reste importancia.

—Pues entonces tiene razón...— Busco con la mirada a Jerome esperando a que se identifique porque no quiero meter la pata con el rango al desconocer cómo se distribuye el escalafón militar, y porque formalmente no nos han presentado.

—Cabo primero Jerome Niasse— Me regala una amplia sonrisa, haciéndome cómplice de la situación.

—Doctora Sheyla Bonheur, encantada de conocerte Jerome— Le respondo extendiendo mi mano como broche final a nuestra presentación, y él la estrecha con firmeza sin desprenderse de esa sonrisa que invita a la cordialidad. Definitivamente, me agrada Jerome, su personalidad es completamente opuesta a la de Blaime, es alegre y risueño, nada que ver con su compañero. Agradezco su gesto devolviéndole una sonrisa, pero cuando la conversación está a punto de reanudarse en el punto de la fiesta, Agathe entra en la sala con un cuenco lleno de agua caliente. ¡Vaya! Me había olvidado por completo de Agathe y la excusa del agua caliente, ¿Cómo le digo ahora que no es necesaria sin que resulte violento?

—Doctora Bonheur, el agua— Extiende el cuenco hacia mí, y por un momento no soy capaz de decir nada, hasta que finalmente reacciono saliendo al paso como puedo. Tomo el cuenco de entre las manos de la enfermera y me giro hacia Chel que continúa extrayendo los puntos de sutura de la ceja del soldado.

—Toma, el agua que necesitabas— Y hago todo lo posible por ocultar un guiño de complicidad con mi amiga sin que Jerome lo vea, pero por alguna razón, su mirada sigue fija en la de la enfermera que tampoco aparta sus ojos de él. Como era de esperar, Chel me sigue el juego por no dejarme en mal lugar.

—Gracias chicas— Agradece fingiendo una sonrisa. Pero al igual que yo, se da cuenta de que no es necesario porque ni la enfermera ni el soldado nos están prestando la más mínima atención. Tan solo se miran el uno al otro de forma furtiva, como si de alguna manera no quisieran evidenciar nada ante nuestros ojos. Pero la sonrisa que se dibuja en la cara de Jerome en cuanto Agathe abandona la estancia para volver a sus labores lo evidencia. Se hace un extraño silencio que Chel se atreve a romper con su picardía habitual.

—Vaya vaya Jerome... ¿Y esa sonrisa?— Jerome estalla en una carcajada que trata de reprimir para evitar que las tijeras con las que mi amiga le está retirando la sutura acaben clavadas en su piel, pero el soldado ya se ha descubierto y Chel no detiene ahí su broma —¿Te gusta mi enfermera?— Me dedica una mirada cómplice a la espera de Jerome responda.

—Es muy guapa— Se ríe con timidez, como lo haría un niño pequeño sin malicia. Y entonces tanto Chel como yo estallamos en una ovación ante la sincera respuesta del soldado. Tal es nuestro alboroto, que atraído por los gritos aparece Mark, asomando la cabeza por la puerta para averiguar a qué se debe tanto júbilo.

—¿Todo bien?— Pregunta con una sonrisa en la cara, tratando de entrar en el comité, pero su presencia todavía se me hace incómoda a pesar del tiempo que ha pasado desde nuestra ruptura, por lo que mi humor al verlo cambia radicalmente.

—Sí, todo bien— Mi escueta respuesta crea un incómodo silencio que se rompe cuando Chel menciona el tema de su cumpleaños.

—No es nada, hablábamos de mi cumpleaños— Ella siempre tan diplomática. Haciendo un intento por confraternizar, Mark atraviesa el umbral de la puerta para acercarse unos pasos preguntando.

—¿Entonces habrá fiesta?— Y esta vez es Jerome el que se anticipa.

—Estamos intentando convencer a la doctora Laurent para celebrarlo— Ignorando mi tensa presencia, Mark centra su atención en Chel, respondiendo al comentario del soldado.

—Estoy de acuerdo, opino que deberíamos celebrar un día tan especial para alguien tan importante en esta comunidad— Contesta dedicándole una de sus "irresistibles y convincentes" sonrisas a mi amiga. Pero conociéndolo, sé que si todavía permanece en la habitación no es tanto por la fiesta de cumpleaños de Chel, sino por hacerse notar ante mí, lo cual aborrezco.

—Bueno, ya veremos...— Replica Chel con cierto aire de escepticismo, sin desviar la vista de la labor que lleva a cabo ni hacer contacto visual con Mark, dándole a entender así que no forma parte de la conversación. Sin añadir nada más ni tratar de hacerse el gracioso delante de Jerome, ajeno a nuestros problemas personales, Mark abandona la sala después de haber comprendido que sobra. Y en cuanto nos volvemos a quedar los tres solos, Chel retoma el interrogatorio a Jerome por la reacción que tuvo ante la presencia de Agathe. Sin duda, no hay nada que le guste más a Chel que un buen chisme.

—Entonces... ¿Tú y Agathe estáis saliendo?— De nuevo la risilla nerviosa del soldado lo delata. Entonces Chel pega un brinco por la sorpresa —¿En serio estáis saliendo?— Insiste entre la euforia y el asombro, a lo que Jerome responde evidenciando su timidez al hablar de este tema.

—Es una gran mujer— Y en su cara se dibuja la más tierna de las sonrisas, que nos derrite a ambas al desear que algún día haya alguien en nuestras vidas hablando así de nosotras cuando no estamos presentes.

Después de unos instantes embobadas con su respuesta, Chel retira el último punto de sutura, mientras le administra, tanto al soldado enamorado como a mí, una dosis de realidad.

—Pero ten cuidado, recuerda que los soldados no podéis tener relaciones aquí— Le lanza una mirada de mamá osa, típica en ella, asegurándose de que Jerome ha entendido el mensaje. Él se pone en pie para recoger sus pertenencias, respondiendo al consejo de mi amiga.

—Lo tendré doctora Laurent— Y de nuevo nos dedica una de sus alegres sonrisas, antes de abandonar la sala. Lo vemos salir por la puerta mientras en nuestras mentes aún nos deleitamos por la ternura de su confesión, antes de que mi mente viaje como si rebobinara los últimos 5 minutos, para rescatar esa última advertencia de mi amiga hacia el soldado.

—Oye, ¿eso es cierto? ¿lo de que no pueden tener relaciones?— Chel me dedica una mirada de arriba abajo con una pícara sonrisa en sus labios a la vez que responde.

—Tranquila, si sois discretos Blaime y tú nadie tiene por qué saberlo. Y vuestro secreto está a salvo conmigo— Sin darme opción a réplica, se marcha de vuelta a sus labores, sin que haya podido gimotear siquiera que no hay nada por lo que ser discretos, ya que Blaime vuelve a guardar las distancias y yo no me voy a volver a arrastrar por un hombre.

Me dirijo de vuelta mi pabellón, esperando que el sanitario bengalí ya ocupe el puesto de Van de Velde y así recuperar la paz en el pabellón dos, cuando de pronto irrumpen por la puerta principal del hospital un grupo de personas con un herido y dando voces solicitando ayuda médica. Inmediatamente aparece Mark alertado por los gritos, que me ayuda a trasladar una camilla para tumbar al herido y comenzar con el triaje. Chel llega poco después alertada por los gritos.

—¿Qué tenemos?— Pregunta mientras Mark y yo retiramos la ropa para descubrir en el torso del paciente varias heridas de bala que sangran profusamente.

—Heridas de bala— Informo. Trato de girarlo para comprobar si hay orificios de salida, pero apenas lo consigo

—Hay que preparar el quirófano— Decreta Chel mientras voy a por unas gasas para detener la hemorragia, situadas a apenas unos metros en una de las mesas auxiliares, pero cuando vuelvo sobre mis pasos descubro sorprendida que Mark ha dejado de prestarle ayuda al herido para registrar su ropa, teniendo un comportamiento más propio de un policía que de un médico.

—¿Se puede saber qué estás haciendo?— Le increpo molesta por su cuestionable conducta.

—Averiguar quien es— Replica mientras busca en los bolsillos de la víctima, me figuro que algún tipo de identificación. Pero me parece tan despreciable que haya dejado de prestarle ayuda para comprobar sus datos, que no soy capaz de dominar mi lengua.

—Primero vamos a salvarle la vida, ¿No te parece?— Levantando la vista del herido, me mira tremendamente serio para espetarme.

—Primero quiero saber en las entrañas de quien voy a meter las manos— Continúa a lo suyo, dejándome perpleja ante semejante respuesta. Es Chel la que interviene tratando de poner orden.

—Mark, está grave, hay que operarlo— Pero Mark no atiende a razones, continúa revisando los bolsillos del herido, al tiempo que replica.

—Si es de la Interahamwe no merece la pena que malgastemos recursos con él— Y suena tan tajante que tanto Chel como yo nos quedamos por un momento pálidas ante su respuesta. Pero la que se anticipa esta vez soy yo, presa de la rabia más absoluta.

—¡¿Oye, pero tú quién te crees que eres? ¿No estabas aquí para ayudar?!— Siento las miradas sorprendidas de todos los presentes puestas sobre mí, en especial la de Mark, al que tengo de frente, con la rabia asomando en su mirada mientras sus manos continúan hurgando en la ropa del herido, hasta que parece ser que finalmente encuentra algo. Fijando sus ojos en mí, saca del bolsillo del hombre lo que parece el cargador de una pistola

—Ajá...— Exclama convencido, para después mirar a las personas que lo han traído y preguntar —¿Conocéis a este tipo?— Todos los presentes niegan con la cabeza ante la pregunta. Entonces Mark se vuelve a girar hacia mí alzando el cargador como si tuviera en su mano una prueba irrefutable que justifique su comportamiento, como si la suya fuera la verdad absoluta. Furiosa por ese gesto de prepotencia, no puedo contener mi enfado y continúo increpándolo

—Eso no demuestra nada ¡Ve a prepararte para intervenir YA!— Pero lejos de obedecer, me mira con esa superioridad suya y una sonrisa fanfarrona en la cara.

—¿Ahora eres tú la jefa de cirugía?— Replica con sarcasmo. Un sarcasmo que odio con todo mi ser, porque lo he sufrido tan intensamente en mis carnes cuando éramos pareja, que ni siquiera soy capaz de apartar mi rencor en este momento para tratar de ser persuasiva y lograr que cumpla con su deber.

—¡Eres un ser despreciable!— Estallo de rabia. Pero él parece inmune a todo lo que le digamos y finge una carcajada, mientras bajo mis manos se escapa la vida de un hombre que puede que sea inocente, o puede que sea un asesino, pero del cual no tenemos el derecho a decidir sobre su destino. Entonces Chel interviene, corta por lo sano.

—¡Fuera los dos de aquí!— Y acto seguido grita los nombres de dos de los sanitarios de la ONU, que no tardan en aparecer para llevarse al herido al quirófano, dejándonos a mí y a Mark frente a una Chel furiosa como nunca la había visto— ¡OS HE DICHO QUE FUERA!

—Pero...— Trato de excusarme, de intentar razonar con ella porque el comportamiento de Mark no ha sido profesional, pero ella no me lo permite. Vuelve a gritar.

—¡Hasta que arregléis vuestros malditos problemas no os quiero ver aquí! FUERA— A regañadientes, Mark y yo abandonamos el hospital.

⭐⭐⭐

__HOLA COOPERANTES__
¿Cómo están?
Llegamos al capítulo 26 (¡26!)
Si me dicen hace un año que iba a estar publicando esta historia en pleno 2021 y que llegaría hasta el capítulo 26 les diría que están locos (claro que si me dijeran que iba a vivir una pandemia y me iba a pasar un año confinada en mi casa sin ver a nadie tampoco me lo creería... )
Pero aquí todavía queda muuucha aventura por delante y lo único que deseo es que estén disfrutando de ella.
Y ahora voy a activar mi gen chismoso (como Chel) y les pregunto, ¿se esperaban lo de Jerome con Agathe? Porque esto viene al menos del capítulo 11 😈, ella es la chica de la que le habló a Blaime aquella noche.
Y por último, está el tema de Mark, ¿Qué opinan de su razonamiento? ¿La falta de recursos justifica su decisión?
Espero vuestras respuestas, me encanta saber vuestra opinión y como actuarían ustedes en la situación de nuestros protagonistas.
Les envío un abrazo muy fuerte, nos vemos en el próximo capítulo, y un millón de gracias por estar ahí apoyando. Los quiero
❤️❤️❤️

Continue Reading

You'll Also Like

148K 11.1K 23
Escucho pasos detrás de mí y corro como nunca. -¡Déjenme! -les grito desesperada mientras me siguen. -Tienes que quedarte aquí, Iris. ¡Perteneces a e...
3.5M 156K 126
Ella está completamente rota. Yo tengo la manía de querer repararlo todo. Ella es un perfecto desastre. Yo trato de estar planificada. Mi manía e...
456K 19.4K 44
¿Como algo que era incorrecto, algo que estaba mal podía sentirse tan bien? sabíamos que era un error, pero no podíamos estar sin el otro, no podíamo...
417K 55.5K 61
*Fueron los libros los que me hacían sentir que quizá no estaba completamente sola, y tú me enseñaste que el amor solo es una debilidad.* Isis descub...