⊰᯽⊱┈──╌❊ - ❊╌──┈⊰᯽⊱
Clarissa estaba en su habitación, tratando de pensar y buscar una forma de dar con su madre. Instintivamente tocó su collar, el que Jocelyn le había dejado, y al hacerlo, la pudo ver.
Estaba flotando, y parecía dormida, después de eso apareció Valentine, el hombre de sus pesadillas, y le pidió la copa a cambio de la vida de su madre.
Al instante la chica se quitó el collar y fue a buscar a Jace. Caminó por todos los pasillos para hasta dar con él. Cuando lo hizo le explicó todo.
-¿Te habló?- preguntaba con incredulidad.
-Dijo mi nombre. Dijo "Tu madre por la copa"- explica.
Estaba asustada y preocupada.
-¿Quien dijo eso?- pregunta Alec entrando a la habitación.
Tenía el porte perfecto y serio como siempre, iba de brazos cruzados.
-Valentine- dicen Clarissa y Jace al mismo tiempo.
Alexander se sorprendió por eso. Otra vez ese nombre resultaba una amenaza para el instituto.
-¿Y puede hablarte a través del collar?- vuelve a preguntar con cautela.
La chica pelirroja era un tanto, demasiado, explosiva para su gusto y sinceramente no quería que haga una escena ahora mismo.
-Si- responde ella.
Eso hizo que Alec se masajeara la parte alta de su cabeza. Todo este asunto le resultaba un dolor de cabeza, y estaba apunto de explotar.
-Iré a buscar a Ágatha para hablar de esto- fue lo único que dijo antes de salir de la habitación.
Clary lo miró sorprendida. Era obvio que se llevaba mejor con su hermana, pero no sabía que había llegado a ese punto.
-¿Que tiene Alec con mi hermana?- pregunta a Jace.
El rubio río por lo bajo y negó con la cabeza.
-Nadie lo sabe, como has podido ver, Alec no es muy abierto a las personas- respondió.
Lo que no le dijo en voz alta fue que parte pabaratai podia sentir que Alec era mas feliz cuando estaba con Ágatha.
⊰᯽⊱┈──╌❊ - ❊╌──┈⊰᯽⊱
Alec se había cansado de tocar la puerta de la habitación de la rubia, por lo que tomó el atrevimiento de pasar, al fin y al cabo, no estaba trabada con seguro.
Se encontró con una Ágatha dormida entre medio de muchos papeles y una guitarra, inconscientemente sonrió por verla así. Con cuidado de no pisar ningún papel que también se encontraba por el piso, fue hasta la cama, y se sentó en un hueco que había ahí para poder despertarla.
-Ágatha, despierta- habla.
Ni muy fuerte para ser un grito, pero tampoco tan bajo para que sea un susurro.
-Despierta, tenemos algo importante que hacer- dice.
La vió abrir un solo ojo y sonreír, lo que lo hizo sonreir también.
-Supongo que no puedo pedir cinco minutos- contesta con voz algo ronca.
Alec caecajeó un poco, algo que no pasaba seguido, en realidad casi nunca.
-No, no puedes, vamos- ordena parandose.
Ella asintió haciendo lo mismo.
-Voy a cambiarme y salimos- avisa yendo hacia el baño.
Alexander dió un vistazo por toda la habitación, y, mirando en dirección hacia donde la rubia se había ido, tomó uno de los tantos papeles que habían en la cama. Lo leyó.
"The monsters turned out to be just trees When the sun came up you were looking at me"
-¿Que estás haciendo?- se escucha una voz detrás.
Alec se dió vuelta apenado, con el papel en mano. No había llegado a leer más de eso, para su pesar.
-Nada- responde.
Obviamente era estúpido decir eso, pero había entrado en pánico. El no era así usualmente.
-No me molesta que leas lo que compongo, pero eso no está terminado- avisa la rubia.
Alexander solo asintió y dejó la hoja de papel arrugada en su lugar y la miró.
Se veía muy bonita. Ella se le hacía una chica muy hermosa, aunque no lo admita en voz alta. Había algo en Ágatha que no lograba descubrir y la hacía ver hermosa. Quizás eran sus ojos celestes, que para ser tan claros parecían la puerta de un alma rota, o el labial rojo que tanto la caracterizaba, hacían ver sus labios aún más atractivos a la mirada de cualquiera, pero sin duda su personalidad era lo más atrayente. Misteriosa, confiada, pero recta, justa y una mediadora, era fiel a sus valores y determinada en todo. Había mucho que no sabía de la chica y por alguna razón estaba dispuesto a descubrirlo, aunque le aterraba.
-Vamos, Clary y Jace nos están esperando- dice carraspeando su garganta para sacar esos pensamientos de su cabeza.
⊰᯽⊱┈──╌❊ - ❊╌──┈⊰᯽⊱
En el corto camino Alec le explicó de la mejor manera a la rubia lo que estaba pasando, y Ágatha fue un mar de emociones turbulentas que no la dejaban en paz.
-¿Por qué tardaste tanto?- pregunta Clary a su hermana de brazos cruzados.
La chica solo rodó los ojos y la miró algo mal.
-Lo siento, pero tenía que vestirme, ahora ¿Podemos concentrarnos? ¿Que creen que sea esa cosa?- pregunta con cansancio.
-Es un fragmento de portal. Por eso se aseguró tu madre de que lo tuvieras- explica Jace, lo último viendo a la pelirroja.
-Todo eso es lo que ví. Mi madre está viva- dijo con felicidad.
La rubia miró hacia otro lado al escucharla decir "mi madre" y Alec lo notó. Tomó su mano por un segundo y la acarició.
-Está inconsciente pero viva- dice feliz viendo a su hermana.
-Eso es bueno- fue lo único que ella pudo decir.
-¿Y dónde está?- pregunta Alec.
Se alegraba porque su amiga haya encontrado a su madre, pero si le de Valentine era cierto, podría ser su oportunidad de capturarlo y darle fin a todo eso de una vez por todas.
-No lo sé- contesta Clary afligida.
-¿Había algo que pudieras identificar? ¿Equipos? ¿Armas? ¿Fotografías?- insiste.
La pelirroja estaba perdiendo los estribos.
-No lo recuerdo, fue horrible- se excusa.
-Alec, relájate- pidió Jace.
La rubia solo se limitó a observar la escena. Si se ponía fuera de control, se encargaría.
-Intento conseguir algo que podamos usar- contraataca el azabache.
En parte tenía razón, si tenían una pista de dónde podían estar, encontrarían a Valentine y a la madre de las chicas.
-Es mejor que nos calmemos ¿Clary, que fue lo que viste con exactitud?- pregunta su hermana.
En cuanto Alec quiso refutar algo, ella tomó.su mano y lo miró. Pedía por favor con sus ojos, así que se calmó.
-¡Valentine tiene a mí madre, eso es lo que ví!- le grita la pelirroja en respuesta.
Ágatha hizo una mueca, trataba de que Alec no se la agarre con ella y la pelirroja le tiraba un comentario doloroso.
Por supuesto que el azabache lo notó, y no le gusto para nada.
-Las emociones no son más que una distracción, estás gobernada por ellas. Se nos enseñó a controlarlas- dice con frialdad.
Clarissa lo miró retadora.
-¿Y como te ha funcionado eso a ti?- pregunta.
-Clary- regaña la rubia.
Alec le hizo un gesto de que estaba bien, pero aún así le molestó que su hermana hiciera eso.
-Es mi trabajo proteger el instituto, si Valentine puede verlo es una puerta que debo cerrar. Ahora, déjame ver esa cosa- ordenó el azabache mientras extendía su mano.
En cuando su pabaratai se lo entrega, lo observa por unos segundos. Había decidido que hacer.
-Ahora está en manos adecuadas- dijo y comenzó a caminar.
-¿Alec, a dónde vas?-
-A poner esto en un lugar donde nadie se vea tentado a utilizarlo- contesta la pregunta de la pelirroja.
Agatha lo siguió y lo frenó por un segundo.
-¿Estás seguro que esto es lo correcto?- le pregunta.
Alec la miró a los ojos y asintió para seguir caminando.
-Debemos usarlo, Alec. Debemos usarlo para llegar a Valentine- dijo Jace tratando de frenarlo.
Pero el no iba a escuchar razones.
-Sinyo fuera él, haría que pensaran que pueden rescatar a Jocelyn. Y luego traería a Ágatha y a Clary hacia mi y aprovecharía sus vidas por la copa- explica su razonamiento.
Ya habían llegado a la sala de entrenamientos. Alec sacó su estela y marcó una runa en una de las baldosas del suelo. Ahí guardaría el collar.
-Me gusta más la idea de Jace, así salvamos a Simon de los vampiros- habla Clary.
Alexander se giró a mirar enojado a la pelirroja. Su cara era muy poco expresiva, pero podías ver el enojo en sus ojos.
-Si, vampiros. Aburridos, decadentes y egocéntricos vampiros- le dice.
El término de guardar el collar en el suelo, dentro de una caja con una repisa de cristal, y se lanzó a la pelirroja.
Es que le molestaba que no entendiera nada, le molestaba que desde que esa tipa haya llegado al instituto nadie parecía comprenderlo.
-Valentine es una amenaza real. El no puede ser vencido por cuatro shadowhunters- dijo.
Jace y Ágatha lo miraron confundido por decir "cuatro" y no tres, mientras que Clary lo miraba enojada.
-No puedo creer que no cuentes a mi hermana en esto. Seríamos cinco shadowhunters- le dijo.
Los dos rubios ahogaron la risa para no tensar más el ambiente.
-Hablaba de tí- contesta Alec.
Clarissa entendió a lo que se refería.
-Bueno, yo soy una shadowhunter tambien, seríamos cinco- réplica.
Alec suspiró, cansado de discutir.
-Solo, déjalo ahí- dijo dejando la habitación.
Ágatha solo miró a los dos que quedaban en la habitación.
-Yo mejor me voy- dice incómoda.
No es como si las cosas con Clary estuvieran bien después de todo.
⊰᯽⊱┈──╌❊ - ❊╌──┈⊰᯽⊱
Ágatha caminaba por los pasillos del instituto, en busca del azabache, y cuando lo encontró, agarró su brazo.
-¿Qué?- pregunta Alec.
Seguía tenso y enojado por lo que había pasado, pero al verla a ella, se calmó un poco.
-Si no estás ocupado ¿Quieres venir conmigo a mi habitación?- pregunta ella.
Alec tragó grueso en cuanto la escuchó ¿Su habitación? ¿Que quería ella que hicieran en su habitación?. Trató de dejar esos pensamientos a un lado y responder sin trabarce.
-¿Tu habitación?- pregunta.
"Estúpido" se reprendió a si mismo.
Agatha soltó una risita.
-Si, es para mostrarte una de las cosas que estoy componiendo, para ver si te gustan- dice
Alec frunció el seño.
-Pero yo no sé nada de música-
-Alec, no tengo a nadie en este lugar que no sea mi hermana o tu, y claramente no voy a hablar con mi hermana- explica Ágatha.
Alec quiso decir que no, que debería hacer otras cosas, pero simplemente no pudo.
Cada vez se volvía más blando con ella.
-Bien, vamos- acepta.
Agatha tomó su mano y lo llevó corriendo a su habitación.
Una vez dentro, lo obligó a sentarse en su cama mientras iba por su guitarra y ella se sentó en una silla. Estaban frente a frente, y eso lo hacía poner algo incómodo.
Jamás había estado en una situación así.
-Bueno, he escrito algunas cosas cuando puedo estar aquí. Esta canción está casi terminada pero, me falta algo, quizás seas de ayuda- explica nerviosa.
Y es que así como Clary pintaba con pasión y era algo muy personal para ella, Ágatha escribía desde lo más profundo de su corazón. Era su vía de escape, su manera de desahogarse sobre todo, cada canción que había logrado componer era tan personal que compartirlo con alguien la hacía poner nerviosa.
Pero ella pensaba que Alec valía la pena. Así que le enseñó su canción a medio terminar.
Al principio, cuando ella apenas estaba tocando los primeros acordes de la guitarra, Alexander estaba escéptico, pero en cuanto escuchó de su boca salir la primera palabra, tiró a la mierda todos esos pensamientos y solo se enfocó en escuchar, mirar, y contemplar a Ágatha cantar.
Tenía la voz de un ángel, sin duda alguna, e incluso, Alec pudo jurar que ahí mismo, con los dedos pasando de manera casi poética por las cuerdas de esa vieja guitarra, y su voz contando una historia detrás de una canción no terminada, Ágatha lucía más hermosa que cualquier criatura que haya existido alguna vez en la tierra. Y tener esos pensamientos sobre ella lo asustó, lo asustó de maneras gigantescas.
-¿Y... Que te parece?- pregunta tímida.
Era la primera vez que Alec veía a la rubia comportarse con timidez.
-Es preciosa- dijo con voz firme.
Pero no sabía si lo decía por la canción o por ella, pero cuando Ágatha le sonrió, se dió cuenta que lo decía por ambas.
⊰᯽⊱┈──╌❊ - ❊╌──┈⊰᯽⊱
Los dos rubios estaban entrenando, era una batalla cuerpo a cuerpo bastante reñida, o bueno, lo era porque Jace no estaba usando todo su potencial.
-Cuida tu brazo izquierdo, si no prestas atención, serás atacada por ahí- aconsejó el rubio.
Siguieron peleando sin notar que tenían público. Isabelle, Clarissa, y Maryse, madre de los Ligthwood, estaban viéndolo todo. La shadowhunter mayor debía admitir que la chica rubia era buena.
En un descuido, Ágatha bajó su defensa y Jace logró tumbarla pocisionándoce arriba de ella con el cuchillo en su cuello y una mirada ganadora.
-Nada mal para una novata- halagó.
-Viniendo de tí, ese es el mejor cumplido- comenta ella con gracia.
Los dos se pararon y prestaron atención a su entorno.
Jace esbozó una sonrisa y se dirigió a abrazar a la señora que la rubia no conocía.
-Maryse- saluda en un abrazo correspondido por la mujer.
-¿Cómo está todo en Idris? ¿Dónde está Max?- pregunta.
-No vino, solo mamá para apaciguar las llamas- le contesta Isabelle.
Ágatha se impresionó al escuchar que esa mujer era la madre de los chicos. Se dirigió al lado de Jace con la mejor sonrisa que pudo.
-Es un placer señora Ligthwood, soy Ágatha Fray- saluda extendiendo su mano.
La cara de seriedad en Maryse no cambio, pero aceptó su mano sin resentimientos.
-Se quien eres, han sido noticia en Idris. Buena pelea, debo agregar- dijo ella.
Vaya, era muy parecida a Alec. Eso explicaba muchas cosas para la rubia.
-Muchas gracias- responde cortes.
En eso, en la sala de entrenamientos apareció el primogénito de los Ligthwood.
-Madre, bienvenida. No te esperábamos- exclama sorprendido.
Ella se acercó con mirada severa.
-Deben estar preparados, ya sea que me esperen o no- dijo con voz dura.
"Son iguales" era todo lo que Ágatha podía pensar.
-Lo estoy... lo estamos- se corrige a si mismo Alec.
-Hablaremos del instituto después, ahora tenemos un problema más grande. Los Seelies han dejado de comunicarse con la clave y no nos dan explicaciones. Mi conjetura es que siguen molestos porque les pedimos enviar exploradores a buscar a Valentine, pero nadie en su reino quiere hablar- explica Maryse con tono serio e imponente.
-Tengo amigos Seelies- interviene Isabelle.
-Si, ya se sobre tus amigos- la corta su madre.
Ágatha frunció el seño ante esa contestación. Ella sabía muy bien lo que era tener una madre que no sea específicamente cariñosa, y ni le había gustado para nada como trataba la señora Ligthwood a su hija, a sus hijos de hecho.
-Isabelle, permanecemos separados del submundo por buenas razones. Un movimiento en falso, una palabra equivocada ¿Crees que existe algo como la rebelión inofensiva? Quien sabe lo que los ofende, tal vez le dijiste algo a él, a ellos algo que no deberían saber u ofendiste alguna de sus ridículas costumbres sin saberlo- habla la madre Ligthwood con severidad.
Agatha fue a pocisionárse al lado de la menor, tratando de mostrarle su apoyo en silencio. Le daba miedo hablar y hacer que las cosas empeoren.
-Espera, espera. No lo entiendo ¿Estás culpando de todo a Izzy por tener un amigo en el submundo?- cuestiona Jace.
El tampoco parecía muy contento con las palabras de Maryse.
-Cuando alguien altera el orden natural todo se desmorona- fue lo que ella contestó.
-¿Orden natural?- pregunta Clary confundida.
A la rubia eso le parecía una idiotez. Orden natural, ese era otro intento de los shadowhunters por creerse superiores a toda raza, y ella lo detestaba.
-¿A qué se refiere con orden natural?- pregunta Ágatha.
No había podido evitar hacerlo.
-Las leyes existen por una razón señorita Fairchild, y deben ser respetadas. Eso hacen los verdaderos shadowhunters- habla Maryse mirándola.
-Madre- advierte Alec.
No le había gustado para nada las palabras dirigidas hacia la rubia.
-Puedo ayudar, se cómo hablar con los Seelies- interviene Isabelle.
-Tiene razón, puede visitar a Merlyon y averiguar lo que sabe. Puedo ir con ella si quieres- apoya su hijo mayor.
-Prefiero que Jace la acompañe- dijo yendo hasta el rubio y apoyando una de sus manos en su hombro.
Alec frunció el seño por eso.
-Alec, quédate con las chicas Fairchild. Las quiero bajo control, ya han causado suficientes problemas- dijo con seriedad.
Antes de que Ágatha vaya a decir algo, miró a Alec, que le dijo que no con un movimiento de cabeza.
-Tal vez sea porque ni siquiera era una shadowhunter hace unos días- sale a habla Clary.
-Y que días más emocionantes han sido. La clave cuenta con los Ligthwood para mantener el orden. Tal vez deberías ser un poco más como tú hermana, que se toma los asuntos con seriedad- sentencia Maryse.
Ágatha se sintió feliz por el pequeño halago.
-No tienes que decirmelo, si la misión es importante para la clave será yo quien vaya con Izzy- habla Alec.
El tendría que ir con su hermana, y no iba a dejar pasar sin luchar por hacerlo.
-Estan todos muy ansiosos por hacer lo que prefieren, es hora de enfrentar la realidad. La vida no se trata de lo que quieran hacer, se trata de lo que deba hacerse... Ya les asigne sus tareas, ¡Ahora llevenlas acabo! ¡Tú y tú! ¡Conmigo ahora!- habla, casi gritando lo último, y dirigiéndose a Jace y a Izzy.
Maryse y los dos shadowhunters se fueron dejando un ambiente tenso entre las hermanas y Alec.
Agatha fue la primera en acercarse a él.
-¿Estás bien?- le pregunta.
El solo la miró y asintió. Ella sabía que no estaba de ánimos para hablar.
-¿Que hiciste para enojar a tú mamá?- pregunta Clary.
-Supongo que para empezar todas las misiones no autorizadas en tu nombre no le fueron bien vistas a la clave- escupe las palabras con dureza y sale de la habitación.
Ahora eran solo las dos hermanas. También era tenso e incómodo.
-Tenias razón- Clary corta el silencio.
La rubia la miró sin comprender.
-Debí pensar en ellos también y no ser tan egoísta- termina.
Agatha sonrió y se acercó a ella, pasando un brazo por su hombro.
-Está bien, lo bueno es que aprendiste la lección. Ahora hay que tratar de no causar problemas, no quisiera que los retén más- dijo ella con una sonrisa.
Caley asintió feliz de que su hermana la haya perdonado, aunque sea algo.
⊰᯽⊱┈──╌❊ - ❊╌──┈⊰᯽⊱
𝐀́𝐠𝐚𝐭𝐡𝐚 𝐬𝐢𝐧𝐠𝐬 𝐭𝐨 𝐀𝐥𝐞𝐜:
𝐁𝐚𝐜𝐤 𝐭𝐨 𝐝𝐞𝐜𝐞𝐦𝐛𝐞𝐫 – 𝐓𝐚𝐲𝐥𝐨𝐫 𝐒𝐰𝐢𝐟𝐭