"SIEMPRE TUVE CONCIENCIA DE QUE LA VIDA MISERABLE SERÍA PARA LOS POCOS AMBICIOSOS, POBRES DE ESPÍRITU Y MÁS DE SUEÑOS "... EL PRECIOSO.
Ahí a ese inframundo llegamos, estaba lleno de perdidos por la droga, delincuentes que se escondían de la policía y hasta prostitutas que llegaban un par de días a turnarse para saciar el mercado de los que estaban subyugados por la sociedad. Los túneles eran inmensos así que no había problema por el tránsito, y la luz era suministrada por la ciudad; gracias a eso, siempre estaban alumbrados por lo que se podía transitar chapoteando agua. Llegamos a una de las calles comunes y corrientes hasta que el ratonero nos pidió que nos sumergiéramos dentro de la alcantarilla como si fuera cualquier casa de un familiar y efectivamente era casa de un familiar, porque él más que nadie conocía los escondites más remotos dentro de ese gran agujero debajo de la tierra.
Después de caminar por unas dos horas y casi cayéndonos por el dolor de las heridas y el hambre, apareció un hombre bastante moreno con trenzas rubias hasta la cintura, de uno ochenta de estatura y de aproximadamente cuarenta años que corrió hacia el ratonero mientras este caía en sus brazos llamándolo hermano, el estrambótico hombre era famoso porque lo llamaban en las alcantarillas " El inspector " y prácticamente se encargaba de custodiar la armonía y el orden dentro de todas las alcantarillas de ciudad Santana , con una carrera de ingeniero eléctrico y hablando perfectamente el inglés ; había llegado a la calle al igual que el ratonero , por su adicción a las drogas , que solo de vez en cuando recaía pero dicho problema había sido superado con su dedicación entera por cuidar a los niños, mujeres y ancianos de la calle sin sustento y menos techo para vivir. Llevando una doble vida, empleado de una prestigiosa empresa y trabajador incansable en los túneles subterráneos de ciudad Santana.
El hombre de ojos cafés corrió hacia el ratonero, sosteniéndolo con sus heridas, mientras gritaba a los demás hombres que se encontraban comiendo, que lo ayudaran con nosotros que mucho hicimos por llegar hasta el lugar, desmayándonos casi en brazos de nuestros huéspedes.
Después de tres días acostados y casi inconscientes, despertamos en ese húmedo lugar, las alcantarillas de ciudad Santana parecían nuestro único y más confiable hogar en esos momentos, y así nos lo hizo ver el inspector quien se obsesionó con el hecho de que no nos faltara nada, siendo efectivamente correcto porque entre cobijas, comida, curaciones, medicinas y hasta mujeres que nos atendían como si fuéramos su marido o hermano, siempre estaban al pendiente de nosotros.
Una noche sentados, aun adoloridos por las heridas, el inspector nos preguntó cuál sería nuestro destino, el francés con su amigo el brasileño decidió que probarían suerte en otra ciudad debido a la amenaza que pesaba sobre nosotros, Andrés expresó apoyarme en la decisión que tomara y de la misma forma, así lo hizo el ratonero. En un silencio que se tornó casi sepulcral expuse mi idea de matar al alemán y hacernos dueños del gran Manhattan. Entre miradas, silencios y luego sonrisas nerviosas; Ronald me preguntó cuál sería exactamente el plan, en mi firme confianza de mis ahora amistades, repetí nuevamente.
-Matemos al alemán y seamos los dueños del Manhattan.
-Sí, pero debe haber un plan. Você no puede chegar al Manhattan, tocar la puerta y decir venimos a matar al alemán.
-No, pero es cuestión de encontrar la forma y el cómo hacerlo. Ese hombre es uno y nosotros somos cinco.
-Un solo hombre con una infantería de guardaespaldas y seguridad que lo cuidan hasta en el baño.
La suerte o más bien la decisión estaba echada, sin muchos argumentos que cambiaran mi forma de pensar simplemente coloqué a votación de todos la ardua decisión que se llevó a cabo rápidamente, por lo contrario de lo que pensaba. El francés estaba de acuerdo en acabar con el alemán, al mismo tiempo que el ratonero y Andrés, mientras que el brasileño con el inspector mostraba totalmente sus dudas con respecto a enfrentar un enemigo tan fuerte como lo era el temido mercenario en ciudad santana. Igualmente decidieron aceptar la decisión y apostar por el triunfo.
Dejamos pasar el tiempo suficiente para curar nuestras heridas y pensar en un plan que nos ayudara a acabar con el Alemán pero era casi imposible, parecíamos hormigas al frente de un gran elefante .Por lo que ya pasadas algunas semanas no podíamos permanecer más tiempo inactivos en las alcantarillas y menos con la excelente recuperación que habíamos tenido ,por lo que Guillermo De La Roque expuso que había conseguido con Ronald el arma por uno de los jefes de seguridad de un gran mafioso apodado "El DON " originario de ciudad Santiago y que tenía entendido que llevaba dos días en la ciudad de Santana, y esa precisa noche tenía una fiesta para apoyar a uno de sus pupilos a la alcaldía de la ciudad.
Así que dejamos pasar el día y a las once de la noche el inspector con el ratonero poseían muchas influencias que lograron conseguir dos camionetas negras bastante lujosas prestadas por un par de horas , además de varios smoking que nos hacían ver bastante acorde a la ocasión ; pero lo único que no pudieron conseguir los dos hombres mayores del grupo fue armas ,por lo que el brasileño propuso llevar camuflados algunos tenedores y cuchillos de cocina que nos servirían en defensa en cuestión de que la situación se saliera de las manos.
Pareciendo ilógico así lo hicimos , por lo que llegamos a la aclamada fiesta donde parecía más una alfombra roja de artistas ,celebridades y algunos deportistas que de políticos ,con nuestras precarias armas abatimos a muchos de los seguridad del llamado Don , a quien ni por sus luces se comenzaba a divisar aun .Sin pretensiones ninguna de disfrutar ninguna fiesta ,simplemente ingresamos al salón principal donde se encontraban la gran cantidad de socialities invitados hasta que Ronald señaló a el mercenario , quien caminaba dentro de la multitud con la confianza y seguridad solo.
Un caballero de uno setenta y cinco de estatura , con aproximadamente sesenta años , de ojos verdes , cabello castaño y de contextura gruesa , vestía un sombrero blanco panameño con una pluma de color negra , una camisa blanca manga larga , de tela bastante suave al igual que su pantalón y unas sandalias abiertas de talón del mismo color ,caminaba con tanta confianza entre la multitud que los guardias de seguridad permanecían bastante alejado a este .
La oportunidad nos pareció más que adecuada, así que decidimos seguirlo de forma rápida y sin el menor titubeo posible, sabíamos que el tiempo era nuestro enemigo debido a la gran cantidad de empleados con los que contaba el hombre, los pupilos que apoyaba, además del resto de personas que estaban a su disposición en cualquier momento y que podrían interferir en nuestros planes.
El Don ingreso a una amplia biblioteca mientras el brasileño atrás de este daba de baja a sus espaldas a uno de sus guardaespaldas de varios cuchillazos, que se percataba el mafioso quien fue desarmado y amedrentado por el ratonero y el inspector.
_ ¿De qué se trata esto...niños?
En ese momento ingresaban dos guardaespaldas por la puerta principal del gran estudio quienes eran dados de baja por el francés y por mí, así mismo tres más al mismo tiempo que entre golpes, patadas y por último varias cortadas profundas con los cuchillos para luego tomar sus armas, mientras Andrés con la base de una lámpara les daba un golpe cerca de la cabeza que los dejaba inconscientes, así amarramos y luego llevamos a los hombres a un cuarto contiguo amarrándolos de los pies, cuello y manos.
_No sé quiénes son, pero les puedo ofrecer a cada uno, una fortuna si me dejan ir. Solo díganme ¿quién los envió?
En ese instante el jefe de seguridad del capo "Erick Aguilar "quien le había vendido el arma a Guillermo ingresó al recinto, fue golpeado por la espalda con la base de la lámpara y amenazado por el brasileño y por mí, con nuestras armas hurtadas, mientras Andrés adquiría las dos armas del hombre, quien anonadado en el suelo observaba a su jefe sin decir palabra alguna.
_Díganme ¿cuál es su precio y quién los envió? a cambio les perdono la vida y serán millonarios por el resto de su vida con mi palabra que los dejaré vivir.
En ese momento como marcado en la historia sentí que era el momento apropiado para hablar, así de esa forma me presenté educadamente con mi nombre completo, así mismo fueron poco a poco haciéndolo mis cuatro compañeros restantes, el ratonero le entregó el arma al Don, quien desconcertado la recibió y el brasileño intervino muy sabiamente en ese momento explicándole que Erick Aguilar le había vendido hace cuatro meses atrás un arma.
_No entiendo, ¿qué tiene que ver un arma conmigo?
Le expliqué que nuestra intención no era secuestrarlo y tampoco matarlo, sino que queríamos entrenamiento para ser unos verdaderos capos o mercenarios, dueños y amos de ciudades. Aprendiendo todo lo que el negocio necesitara: armas, drogas, trafico, todo, absolutamente todo, estábamos dispuestos a aprender con él; como los mejores discípulos y a cambio le ofrecíamos nuestra lealtad de por vida. Nosotros nos encargaríamos como los futuros capos de la ciudad de siempre velar porque sus negocios transitaran de forma sencilla y pacífica.
El Don, con su arma guardada dentro de su pantalón, lentamente prendía un puro y se sentaba en un sillón, solo caía a carcajadas que no paraban en ningún momento.
_ ¡Me cago en la puta madre!
¡Me cago en la puta madre de mi madre!
¡En la puta madre de la madre de mi madre¡
¡Joder! el cartel de los cocineros, quieren ser mafiosos.
Su risa continuaba comenzando a incomodar a todos, pero más a Ronald que ya conocíamos su carácter poco paciente y dócil; por lo que empezaba a retirarse de la gran biblioteca.
_¡Hey brasileño pendejo! No te he dicho que te vayas aún. Primera clase que debes aprender de un mercenario: Jamás abandonar la batalla solo, a menos que la situación se tornara muy difícil. Difícil traduce que no tienes de otra, que morir.
El hombre retomó su carácter serio y expresó que hace solo quince años había sufrido algo parecido a lo que nosotros habíamos hecho y los causantes de tal audacia no estaban vivos gracias a este; que sabía pagar muy bien las traiciones, pero la delincuencia necesitaba carácter y para ser un mercenario se debe tener más que simple lucidez, a veces es necesario perder la razón y creer que aun la tienes para poder seguir viviendo a pesar de tus decisiones.
_ Me encargaré de que, cada uno de ustedes saque el varón que necesita ser, para sus propósitos, pero también necesitaré de su palabra como caballeros que aún no son, que serán leales y confiables. De lo contrario no durarán ni dos días en mi organización. Porque yo tendré cualquier cantidad de años, pero mi olfato de cobardes no me falla, ustedes no lo son. Pero también tengo un olfato agudo para los traidores y por ahora espero que no se active con ustedes.
El francés que hasta el momento se encontraba en silencio simplemente respondía que no tendría mayores dificultades con ellos en un futuro, prometiéndole que si nos auxiliaba, todos ganaríamos. El inspector expresó su decisión de solo acompañarnos a la causa, pero no de visualizarse como un mercenario y en su posición de ayudante a los más débiles, él se encontraba muy cómodo. Por lo que se rehusaba a entrar a la oferta mostrada al mercenario de la futura escuela de la ilegalidad.
El Don le mostraba a su jefe de seguridad todo el grupo de valientes jóvenes que éramos y no paraba de exclamar que se preparara para observar, lo que él mismo se encargaría de hacer de nosotros como hombres y profesionales en el ámbito. Le reclamo fuertemente como su esquema de seguridad había sido derribado por unos niños cocineros como empezó a llamarnos y a cuestionar las tácticas de entrenamiento que le enseñaba a los hombres para su seguridad. Nos pidió que nos relajáramos y más que sus empleados éramos como sus pupilos ingresando a la gran fiesta elite de la sociedad, compartiendo con todas las celebridades y políticos que pudiéramos, para darnos a conocer como parte de su clan. Además de colocar cualquier chica que quisiéramos y que pronto arribarían a la fiesta provenientes del grupo selecto de Kammerer. Nombre que para ese momento ya nos parecía bastante conocido y repugnante; pero ninguno pronunciaba ninguna palabra acerca de este.
Todos teníamos nuestras dudas, siempre tuvimos la incertidumbre de nuestra muerte y pensábamos que por nuestra forma de proceder, en cualquier momento el Don podría jugarnos una tetra y ejecutarnos, pero realmente no teníamos mucho que perder, ya que para ese punto todo estaba más que jugado en nuestra contra. Alarmantes, entre cómplices miradas, siempre nos conectamos a la espera de cualquier movimiento en falso mientras el hombre volvía al salón principal rodeado de sus innumerables guardaespaldas, con una copa de coñac en mano caminaba muy sonriente pero ahora con una mujer rubia de treinta y dos años aproximadamente y con exuberantes atributos que hacían bailar la vista de cualquier hombre a su paso; su nombre : Hilary Loaiza Torres , mientras este posaba su mano sobre la nalga de esta, quien muy risueña tomaba un Martini.
Ya habían pasado muchas horas en las cuales nos divertíamos, con bastantes copas de alcohol encima que fueron inevitables, pero más cuando llegaron a nuestra mesa varias chicas que al momento de sentarse, se presentaron como modelos y algunas actrices que habían sido enviadas por el Don, quien nos observaba bastante risueño mientras levantaba su copa de coñac hacia nosotros y seguía tocándole el culo a la rubia que en ningún momento se inmutaba y seguía tomando su Martini.
En medio de la fuerte música, los hombres que la mayoría se encontraban alcoholizados, las risas de las chicas que muy coquetas buscaban con quien simpatizar y pasar una buena noche de copas; se observa cuando una joven cae al suelo mientras un muchacho de unos veinticinco años, inhala de un plato una línea de cocaína con un billete enrollado, toma un sorbo de whisky.
_ No te pagué para que te quedaras como una momia toda la noche, sino para que me complacieras. Levántate y compórtate como la puta que eres.
El hombre volvía a extenderle el plato con cocaína a la chica quien levanta su rostro lleno de sangre, producto de los vidrios de algunas copas que cayeron al mismo tiempo que esta.
_ ¡Podéis meterte esa porquería por el orto huevón de mierda!
El ratonero, Andrés y yo no podíamos creer que tal mujer que respondiera con tanta fuerza y valentía, recogiendo un vidrio del suelo tirándosele casi encima al hombre para amenazarlo que no debía volverla a tocar, no era más que nuestra agraciada odontóloga cordobesa: la maura. En una quietud nos quedamos percibiendo la escena para observar cuando ante la mirada despectiva de los invitados, el hombre forcejeaba por el vidrio con la cordobesa hasta desarmarla y levantando su mano totalmente ido por el narcótico se dirigía a golpearla nuevamente. Hasta que Guillermo corrió rápidamente, lanzo a la chica a mis brazos, pudo atajar la mano del hombre, dándole un puñetazo en su rostro y mandándolo al piso.
_ Excusez-moi, pero en mi presencia jamás será golpeada una Madeimoselle.
Prácticamente en un minuto que parecía una eternidad sostenía a la Maura en mis brazos sonreída mientras Andrés, el brasileño y el ratonero detenían a los demás enfurecidos compañeros del atarbán hombre que venían a golpearnos. Un hombre me arrebató a la joven a la fuerza, del brazo.
_ Maura, ahora debes pagar las horas por las que estabas contratada y la multa por no cumplir el servicio. ¡Vamos!
Por mi parte yo jalaba a la cordobesa de un brazo evitando que se la llevaran mientras mis compañeros se involucraban en empujones, ofensas y jaloneos con los chicos que insistían en llevarse a la cordobesa con estos. Hasta que en tanta algarabía el Don llegó con Erick Aguilar abriéndose campo entre nosotros e imponiendo su gallardía y presencia.
_La joven se queda, yo pagaré las horas por las que está contratada, pagaré el doble y la puta multa que ya no existe, porque si la chica se queda pues no hay multa, pero de igual forma la voy a pagar, más el día completo de mañana para que mis pupilos que los presento a todos ahora, puedan disfrutar de los exquisitos servicios de la hermosa doncella. Así que una ronda de alcohol de mis cavas más exclusivas para todos, mis respetos para el señor Kammerer y sus finas damas que nos acompañan esta noche.
El hombre al que en un par de horas atrás veíamos como un maleante cualquiera, en ese mismo momento debo confesar que se convirtió de demonio a ángel, de pecador a predicador, con una sonrisa en sus labios, ajustando su sombrero panameño con su chistosa pluma negra mientras tomaba su coñac y se alejaba del lugar delante de la concurrida gente.
Maura se sentaba en nuestra mesa mientras Andrés y yo corríamos a buscar un poco de servilletas mojadas y se las colocábamos en sus pequeñas cortadas, que seguían sangrando un poco.
_ Vos, tranquilos que de unas cortadas no se muere la Maura, de amor tampoco pero eso sí, que de una buena peda de Fernel con coca cola, no queda viva.
Todos reímos a carcajadas, porque la mujer que conocimos esa noche aún mantenía esa firme y recia personalidad a pesar de toda la escena tan dramática que sufrió y que luego comprendimos que estaba más que acostumbrada a soportar por sus gajes del trabajo.