❝11❞

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Realmente pude descansar bien la primera noche fuera de mi antigua habitación. Estar en una habitación del Hotel Jackpot no era algo nuevo. Mis primeros meses en el Infierno me las había pasado en este lugar que aún no era tan conocido en aquel entonces como ahora.

A pesar del buen descanso que pude recibir, tenía varios pensamientos: ¿Haría bien en ir y buscar «ayuda» con Valentino? ¿Todo será mejor si le ayudo con lo que quiere en uno de sus clubs? ¿Husk se tomaría bien la noticia si decido trabajar en otro bar solo por más dinero? ¡Por favor! Estoy hablando de que podría llegar a tener una posibilidad de trabajar en un bar de un club de putos conocido en la ciudad y ganar más, pero... el pensamiento, ese maldito e inútil pensamiento de saber que podía estar allí, conocer a otros demonios, adaptarme a un nuevo ambiente por el tipo de club y todo eso y que Husk y mis amigos no estarían presentes. No sé. Me incomodaba eso. Además de que desde 1932 trabajaba en el bar del hotel y dejarlo, sería difícil, ¡pero dinero es dinero!

Le tenía cariño a Husk. Por más que él me lo negara, es adorable, a su manera, pero lo es.

Siempre me da risa ver su expresión de molestia cuando sea lo que sea que lo esté jodiendo me hace reír.

En realidad, para mí, es increíblemente fácil ser amable con alguien como él.

Ya qué. Sea lo que sea lo que se venga, sé que no me separaré de Husk, ¡para nada! Es un gran amigo para mí. Él de mí no se separará fácilmente, no, no, no.

Reí bajo por mi propio pensamiento y me acomodé más en esa cama, desviando mi mirada en la mochila donde tenía las cosas que pude recuperar de mi habitación en ese departamento.

—Es un poco incómodo estar en esta cama —murmuré, llevando mi vista al techo, recordando el colchón donde yo dormía, ¡esa cosa pasaba en el suelo, pero limpia!

Solté un chillido de desesperación.

—¡Putos ladrones! ¡Puto dueño de ese departamento que ni me acuerdo de su maldito nombre! —maldije en grito.

—¡Cállate! —escuché una voz femenina al otro lado de mi habitación.

Fruncí el ceño, lista para decir algo y mejor decidí no desperdiciar mi saliva en más estupideces. Y así, simplemente, hacerme bolita en la cama matrimonial en la que me encontraba.

***

Me levanté como tipo diez de la mañana. Me aseé y alisté tranquilamente hasta que después de unos largos minutos salí de esa habitación para pasarme por los pasillos e intentar buscar el teléfono público para hacer una llamada a Alastor. Si él se daba cuenta de que yo anduve hablando con otro jefe supremo y él sin tener ni la más mínima idea... No sería algo bonito.

—Eh, oye —llamé a uno de los empleados del hotel que iba pasando. Él me quedó viendo con confusión y un poco de molestia—, ¿sabes dónde queda el teléfono público?

—Ah, sí. Está a la izquierda, niña —respondió desinteresado y siguió con su camino.

Ni tiempo de decir un simple «gracias» tuve, pero bueno.

Me dirigí donde quise y deposité varias monedas esperando a que la llamada fuera respondida.

«Es que si no me responde me valdrá madres su drama del por qué no le avisé», maldije en mis pensamientos y la llamada fue respondida, pero no por él, sino por Niffty.

Ella empezó a decir varias, interrumpiéndome hasta que me dejó hablar.

¿Ajá? ¿Qué es lo que vas a decir? —cuestionó.

❝B A R L A D Y❞ [HUSK x TÚ (OC)]Where stories live. Discover now