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Últimamente, desde aquel pequeño «accidente» con ese beso en el Club Hell 666 había jurado que en cualquier momento me iba a volver loca por la ansiedad o algo así. No era que me había disgustado ese beso, más bien ni sabía si me había gustado o no. Lo único que sabía es que si Alastor se daba cuenta de eso sería un horrible problema o quizá él sí lo sabía y solo esperaba el momento perfecto para usarlo a su favor. Pero, a pesar de eso podía encontrar algo de paz en las palabras de Niffty, aunque sus palabras eran un tanto «especiales»:

«¡De tanto que piensas en ese beso te acabarás enamorando! ¡Ya verás! Yo siempre tengo la razón cuando predigo a una pareja, T/N. Si funciona con los libros, ha de funcionar en la realidad.»

En primer lugar, no creía que el amor fuera una pérdida de tiempo como para que me disgustara estar enamorada. Lastimosamente —teniendo en cuenta el pasado entre Alastor y yo— Alastor podría llegar a reaccionar de una manera terrible. No estaba segura si es que él llegaría a lastimar a Husk, siendo él su amigo... ¿Qué cosas digo? ¡Claro que él era capaz de lastimar a quien sea! Si lo hizo en vida, ¿por qué Alastor dudaría en lastimar a alguien ahora siendo él un demonio poderoso en el Infierno?

Después de tantas décadas tenía que lidiar con algo así, lidiar con Husk y sus posibles sentimientos hacia mí. Había pensado en alejarme de él, pero yo no era aquel tipo de persona que de repente se alejaba, NO. Eso no iba conmigo.

Mi amistad con Husk me importaba demasiado, más de lo que estaba dispuesta a admitir. Y que él se enojara o se alejara de mí,  no era algo que iba en mis planes y algo que yo llegase a soportar, teniendo en cuenta que, sin importar con cuantos demonios socializara a diario, solo Niffty, Rosie, Alastor y él eran los únicos amigos que tenía. 

Cabe destacar que siempre he corrido varios riesgos por seguir con lo que quiero y con lo que comparto mi cariño, así que, sean como sean las cosas al final, estaré segura de que siempre mantuve mi fiel amistad y compañía junto a él, sin importar lo que Alastor me dijera o hiciera conmigo.

No podía, me negaba a mostrarme miedosa e insegura ante la molesta presencia de Alastor cuando sentía la energía amenazadora de él y cuando me «aconsejaba» en algo; nunca me gustó las sensaciones de inferioridad ante nadie. 

***

Aquella madrugada en el Club Hell 666 cuando me separé de Husk tras guiñarle un ojo por cariño y para que sintiera más confianza al ayudarme me acerqué a una tal Sam que me preguntó si es que yo sabía dónde estaba Valentino ya que él no le había pagado las decoraciones del club para las presentaciones a lo que mi respuesta a su pregunta fue negativa. Solo me alejé cuando ella me agradeció por mi respuesta y me acerqué a Husk nuevamente, esperando que las dos horas en el bar fueran perfectas. Valentino me aceptó porque pude hacer bien lo mío como siempre y no podía fallar ante su confianza.

—¡Vamos! ¡Lo haces muy bien, Husk! —lo animé estando a su lado, mientras él preparaba un Daiquiri. 

Su compañía durante las presentaciones de los bailarines en el escenario hacían que yo sintiera más pasión por lo que yo hacía. Un sentimiento nuevo, a decir verdad.

—Argh, ¿quién pidió esta cosa? —murmuró él, algo inseguro cuando acabó.

—Yo —dijo un chico. Decidí agarrar la bebida y dársela a él.

—Disfrútala —le dije, con cortesía. Entonces me incliné un poco sobre la barra para susurrarle seriamente—:. Hazlo —él asintió de inmediato con algo de miedo y me alejé.

Entonces, con mi típica alegría me acerqué nuevamente a Husk, que estaba de brazos cruzados, mirando hacia otro lado.

—Husk, ¡lo hiciste muy bien! Al parecer esas patitas saben lo que hacen —halagué. En cambio, él se notaba algo molesto e inseguro—. A ver, ¿qué pasa? Si todo lo hiciste bien.

❝B A R L A D Y❞ [HUSK x TÚ (OC)]Where stories live. Discover now