Capitulo 3

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J.


La veo salir corriendo con el pelo al viento y una sonrisa iluminando su cara. La parte baja del vestido de flores verde que lleva se levanta peligrosamente con cada saltito que da mientras corre dejando al aire sus piernas aún bronceadas. Se me hace un nudo en la garganta, no se muy bien si por los nervios o por la escena de sus piernas doradas.  Es sencillamente espectacular y ella parece no darse cuenta.  Vuelve a tener esa sonrisa radiante en sus labios reflejada en sus verdes ojos. 

Estoy apoyado en mi moto, así que me incorporo y hecho a andar con calma detrás de ella. No corro, no hace falta. Se donde va.

Llevo observándola casi 2 meses... Ha vuelto a su rutina.

Cuando estábamos a punto de hacerlo dejó de venir todos los lunes, martes y viernes por la tarde, no sé por qué. Los miércoles y los jueves va a clases de alemán en una academia en el centro de la ciudad, pero allí no es factible hacerlo, no hay espacio y hay demasiada gente.  

Entro a la Biblioteca y mis ojos tardan un segundo en acostumbrarse a la nueva luz. Me dirijo a una de las mesas centrales y me siento frente a un ordenador. Sé exactamente en que pasillo está ella y sé exactamente a que hora saldrá corriendo para llegar puntual a casa.

Aún así tengo que estar allí, todo tiene que salir perfecto... No estoy de acuerdo con nada de esto, pero no me queda otro remedio, le debo a M más de lo que podré compensar en una vida entera.  

Tecleo rápido en el ordenador... Repuestos y piezas de motos... Y empiezo a divagar saltando de un enlace a otro, dejándome llevar un momento por la normalidad, como si fuera un estudiante más después de las clases y que luego volverá a casa con su familia y con la cena puesta... "Soñar con lo que jamás tendré..."

Noto vibrar mi móvil en el bolsillo del vaquero. La alarma me avisa que son las 7 en punto de la tarde. Alzo brevemente la mirada y la veo salir del pasillo donde sabía que estaba, distraída y sonriendo en dirección a la salida. 

Sí, todo vuelve a estar bien. "¿Qué la pasaría para que dejara de venir más de 10 días?"

Cierro las páginas de Internet que tengo abiertas y me levanto lentamente.Se terminó el sueño...Llegó el momento que estaba temiendo, ahora viene la acción. 

Mi corazón es un manojo de nervios que late a contratiempo saltándose algún latido que otro. La culpa me está carcomiendo por dentro y pienso : " si esto es ahora que aún no lo hemos hecho...¿cómo me voy a sentir mañana?" Trago con dificultad intentando que el nudo de mi garganta se suelte y comienzo con el plan.

Envío el whatshap: " O.k."  y salgo por la puerta, sin correr, no hace falta...  está todo calculado. Ha anochecido lo suficiente.

Camina por la acera hacia la salida del campus, a esta hora prácticamente ya no quedan vehículos en el campus y la mayoría han vuelto a la seguridad de su hogar. Miro por todos lados asegurándome de que no hay nadie fuera. 

Saldrá, girará a la derecha y caminará 100 metros hasta una calle transitada para coger un taxi. Tenemos tres minutos para hacerlo en el punto exacto.

Salgo con la moto y paso por su lado mirándola de reojo a través del cristal ahumado del casco... Al girar a la derecha veo la furgoneta aparcada junto a la acera por donde va a pasar. Acelerando paso de largo la furgoneta viendo por el rabillo del ojo a M y a H sentados en la parte delantera poniéndose los pasamontañas y hacen un gesto con la cabeza. Una afirmación, todo va según lo planeado.

"... creo que voy a vomitar..."

Acelero un poco más llegando casi hasta el final de la calle y detengo la moto. Ahora solo tengo que seguir con mi trabajo de vigilar, no hay nadie a la vista y me doy cuenta de que casi estoy suplicando que alguien aparezca y tengamos que dejarla ir.

La veo acelerar el paso con la carpeta abrazada contra el pecho, lleva una sonrisa leve en la cara... Siempre sale con esa expresión de la biblioteca, está feliz. Vuelve el nudo de mi garganta y la culpa me aplasta. 

20 metros hasta la furgoneta... 10 metros... 5 metros... 3 metros...¡AHORA! susurro para mi mismo... ¡¡Corre Olivia...corre!! grito mentalmente para mi sorpresa y décimas de segundo después, H y M saltan de la furgoneta. 

"Dios, no puedo verlo....no puedo..."

Y aún así soy incapaz de quitar mis ojos de ella, de sus labios... Olivia...

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