Liam estaba de mal humor, se había olvidado de tomar sus pastillas y estaba muy irritable, maldecía a cada persona que se cruzara en su camino. Su lado racional odiaba ser así solo por la falta de unas cuantas pastillas. Entro a su salón no muy seguro de querer recibir la clase pero ¡al diablo! si quería ir a una buena universidad tenía que hacer ciertos sacrificios.
Se sentó en su lugar de costumbre y su amigo Masón le saludó con una sonrisa, apenas y pudo devolverla pero eso era mejor a ignorarlo o algo así, Mason no tenía la culpa de su estupidez. La profesora llegó y empezó a impartir la clase, obviamente no faltaba el grupo de inadaptados del fondo que no querían aprender y no dejaban que otros si lo hicieran, eran tan malditamente ruidosos y hoy Liam estaba del peor humor así que se volteó cuando escuchó las risas.
-Maldita sea ¿Pueden callarse por una vez en su miserable vida? A algunas personas aquí si nos interesa aprender ecuaciones, si a ustedes no pues la puerta estaba muy grande como para que se larguen y nos dejen prestar atención, malditos inútiles-Les dijo fuerte Dunbar enojado y con el ceño fruncído haciendo que toda la clase quedara en silencio
-Liam, gracias por eso pero no hay necesidad de insultar-La maestra hablo intentando calmarlo-Chicos, por favor, si no quieren estar en mi clase pueden salirse-Le pidio a los tres chicos que aún se encontraban en shock después de lo que les dijo el más bajo
-Esta bien-Uno de ellos se levantó tomando sus cosas-Perdon por interrumpirlos-Se disculpó con todos y salió de la clase, uno de sus amigos no tardó en seguirlo sin decir nada
Liam maldecía en su interior, apesar de que todas las miradas que estaba recibiendo de sorpresa o de agradecimiento sentia qué solo lo estaban juzgando, que ya sabían que ese día el no tomó sus pastillas y que el Liam que presenciaron era el verdadero. Para su suerte la maestra llamó la atención de todos y siguió con su clase como si nada hubiera pasado.
Al terminar tomo sus cosas y salió de el salón a paso rápido, no quería toparse con nadie y dejar que su T.E.I le hiciera una mala jugada, siempre pasaba que cuando no se medicaba, terminaba lastimando a alguien y haciendo llorar a su mamá por decirle cosas crueles.
Se odiaba demasiado, odiaba perder el control con la mas mínima cosa, odiaba explotar su ira contra alguien mas para después terminar encerrado en su cuarto pensando en todo lo que hizo mal y qué tal vez el mundo sería mejor si el desapareciera, odiaba tener que mostrarse débil ante los chicos que querían intimidarlo solo porque no quería lastimarlo, odiaba su T.E.I porque le hacía creer que era igual que el.
