VIII. Nico.

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Al despertar, Nico sintió un escalofrío recordando la noche anterior. Las palabras de Will lo habían herido pero al disculparse, el muro de enojo y angustia que sentía se había destrozado. Era increíble lo que podía provocar Will en él, y no se había dado cuenta hasta ese momento, sentado en la cama, mirandolo dormir tranquilamente. Todavía recordaba como él le había replicado que uno de los dos debía morir, y que estaba seguro que sería él. No podía ser posible. Al llegar el tiempo, las cosas se resolverían y las líneas de la profecía los sorprenderían como siempre lo hacen, pero por ahora solo quería congelar el momento y mirar a Will mientras dormía, por más loco y raro que sonara.

Miró hacia donde tendría que estar durmiendo Lin, pero no se encontraba allí. Poniendose rápidamente una camiseta, se dirigió afuera, donde el sátiro se encontraba mirando el cielo, esta vez nublado. Nico se arrepintió de haberse acercado y lentamente comenzó a alejarse, pero Lin notó su presencia y le insistió que podía quedarse con él y hacerle compañía.

—Así que, hoy es el día donde las cosas comienzan a complicarse, es posible que encontremos a la chica.—sugirió él—¿Cómo me dijiste que era el nombre del pueblo en donde vivía?

—Bugarach. Pero primero tenemos que hacer una parada en Brest, ya que allí hay un puerto. Y creo que estamos por llegar.—Nico comenzó a pensar en que harían al llegar al pueblo.

Según Quiron había averiguado, el pueblo era algo fuera de lo común. Debido a la geología de la montaña que se encuentra allí, mucha gente creía que dentro de ella se encontraban naves con alienigenas habitandolas.

El antiguo Nico hubiera dicho algo como "GENIAL!" y le hubiera entusiasmado demasiado que su hermana estaría ya harto de él.

—Creo que deberíamos ir a despertar a Will para poder ordenar lo que está en el camarote y estar listos, luego veremos como llegamos a Bugarach—Nico le restó importancia a la última parte.

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Al despertar a Will y preparar todo, el barco consiguió llegar al puerto de Brest, tal como había dicho.

Bajaron del barco con sus bolsos y mochilas en sus manos, y finalmente...

—¿Y ahora qué?—Will parecía el más impaciente de los tres.

Nico negó con la cabeza, era hora de recurrir a sus poderes.

—Bueno.—comenzó Nico.—tenemos que llegar a Bugarach, Lin, ¿sabes de algún medio de transporte que nos pueda llevar allí rápido?

—No creo, tardaríamos un tiempo, no días, supongo, pero sí horas y estamos agotados...

Nico esbozó una pequeña sonrisa maléfica, ya planeando como convencer a Will de viajar por las sombras, solo le faltaba que Lin supiera su idea.

Alzó las cejas para tratar de indicar que se acercara a Will, y el sátiro se acercó, mientras lo miraba curiosamente. Le indicó sigilosamente que agarrara el brazo de Will y Lin lo hizo. Al ver que Will giraba su cabeza, tomó su brazo también y los fundió rápidamente en las sombras, mientras visualizaba en su mente la gran montaña que Quiron le había indicado.

Al abrir los ojos, ya se encontraban frente al letrero que indicaba la bienvenida al pequeño lugar.

—¡¿Por qué siempre desafías las ordenes del doctor?!—replicó Will.

—Porque ya han pasado 3 meses desde el último incidente con las sombras. Estoy bien, de verdad.

—¿Y sí vuelve a suceder? Recuerda la parte de la prof...

Nico no quería volver a hablar sobre aquella profecía, se adelanto y calló a Will con un beso.

—Un beso no arregla las cosas.

To Live and Let Go. (Nico Di Angelo)Where stories live. Discover now