AGUAMARINA ESMERALDA

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Siempre fue una estudiante dedicada, a pesar de sus problemas se mantenía constante. Dificultad para concentrarse, cambios de humor, esa sensación continua o episódica de desconexión o de estar fuera de sí misma.

Habían momentos en los que se sentía como estar en un espacio completamente en blanco, desnuda, sin cuerpo, sólo allí, viendo sin tener ojos, escuchando sin tener oídos, sintiendo, sin poder sentir algo más que ese vacío.

                         Este lugar tenía nombre, pero ella no lo conocía.

...

Unos años atrás...

Como estudiante Oiku no le buscaba problemas a nadie, ya tenía suficiente con sus propios problemas, pero no todos sus compañeros entendían esto.

Un día en el baño estaba ella tomando un respiro, sentía un dolor en su pecho, una falta de aire que no lograba explicar, una angustia y agonía que aunque se lo contara a alguien, no comprendería ni la mitad de lo que siente.

Al menos allí era un lugar seguro, el baño que pocos usaban, y si lo hacían normalmente eran los estudiantes que repitiendo años van a besarse o a tocarse.

                         “ ... Vienen a molestarte. ”

— ... —en silencio Oiku suspira profundamente, ignorando aquella voz.

                         “ ¿Me sigues ignorando? ”

                                                 
“ Nos está ignorando a todos, otra vez. ”

— Por favor... —susurró Oiku apoyando ambas manos en el lavabo.

En ese momento entraron tres chicas uniformadas, patearon la puerta y hablaban. Se ubicaron en una esquina y una de estas miró a Oiku riéndose mientras otra le regaba un jugo sobre el cabello.

Les encantaba molestar a los alumnos de años menores a ellos, más que nada porque podían someterlos y amenazarlos para que no hablara. Efectivo.

                         “ ¿Por qué no haces nada?

Oiku se mantiene en silencio.

“ Quiere esperar a que todo pase. ”

...

— ¿Sigues ahí? ¿Mundo llamando a la enfermita? —preguntó una de estas, dándole palmaditas en la mejilla.

— Jajaja, enfermita. Es la huérfana, ¿No? La que mató a sus padres y ahora está loca.

— Recuerda que salió impune —comentó la que cuidaba la entrada del baño.

— Ya déjala, llegaremos tarde a clases —dijo la otra tomando el bolso de Oiku, sin encontrar nada más que cuadernos y libros.

— Qué aburrida es, la de ayer estaba llorando y rogando.

Las ignoraba.

Estaba a sumida en su mente...

                         O eso parecía.

Oiku sentía el líquido amarillento escurrirse entre su cabello, y aunque quería darles una lección por molestarla su cuerpo no respondía.

Ya conocía esa sensación, pero lo ignoraba.

“ ... ”

— Ey. ¿Enfermita? —comentó moviendo los mechones mojados— Me enojaré como me sigas ignorando, ¿sabes?

— Jaja, me da hasta pe-

No hubo tiempo. Aquella que regó el jugo notó un brillo Esmeralda pasar delante de ella, el cuerpo de aquella tímida chica se movió como una luchadora profesional, golpeando con fuerza la cabeza de dos de las chicas y seguidamente mirando a aquella que le regó jugo encima.

Soma: Metaphysical ScaleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora