Príncipe Vampiro

𝕮𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 35

Veronica

—¡Ya voy bebé! — Gritó mientras iba subiendo las escaleras a dirección de la habitación de mí bebé.

Termino de subir las escaleras, camino por el pasillo, llegó a la puerta, tomo la manija, la giro, abro la puerta y entro a la habitación.

—Ya estoy aquí tranquilo... — Dejo de hablar ya qué me encontré con la sorpresa de ver a Drake en la habitación cargando a mí bebé en sus brazos, lo peor de todo es qué Drake tenía su boca completamente manchada con sangre —.D-drake, ¿Cómo me encontraste?

—No eres una experta en ocultarte, la verdad fue muy fácil yo esperaba más de ti — Dice él.

—Dame a mí bebé, ahora — Trato de acercarme a él pero el miedo de verlo con manchado con sangre solo me permitió dar un solo paso —.Es mí hijo.

Él ríe tras escuchar lo qué le dije.

—¿Tú hijo? — Alza su ceja izquierda —.Al parecer se te ha olvidado un pequeño detalle, mí amor éste niño comparte sangre conmigo es mí hijo también, tengo derecho de estar con él.

—Tú no tienes derecho a nada, es mí hijo solo mío, tú no representas nada en su vida.

—Eso fue por tú culpa, Veronica ¿Lo olvidas?, tú te fuiste de Transilvania sin decirme qué estabas embarazada de mí y eso nunca te lo voy a perdonar.

—¡Tú mataste a mí familia! — Le gritó molesta provocando qué el bebé comenzará a llorar —.Eres un monstruo.

—Mira lo qué has hecho — Comienza a arrullar al bebé y éste poco a poco va dejando de llorar —.Ya tranquilo pequeño.

Drake deja al bebé sobre la cuna y después me mira.

—No te quiero cerca de mí y de mí hijo, te quiero fuera de nuestras vidas para siempre — Le digo.

De un momento a otro Drake aparece delante de mí, me toma del cuello, me lleva a la pared y me impacta sin soltar mí cuello.

—¡Es mí hijo maldita sea! — Me grita mientras sus colmillos aparecían —.¡Y eso ni tú ni nadie lo va a poder cambiar nunca!

Cierro los ojos por miedo.

—Ese bebé, es un Blackwood — Dice él con voz baja —.Y me lo voy a llevar.

Tras sus palabras abrí mis ojos.

—¿Qué?

—Mí hijo estará conmigo, en ningún otro lado estará a salvo más qué con su padre.

—¡¿Ahora planeas quitarme también a mí hijo?! — Gritó —.¡¿No te basto con mí mamá y mí tía?!

Él aprieta más mí cuello.

—Piensa lo qué quieras — Me lanza contra la estantería donde estaban los peluches del bebé —.No puedo creer qué un día te llegue a amar, no fuiste más qué una perdida de tiempo.

—Eres un maldito.

—Dime como quieras mesera — Camina hacia la cuna —.Éste niño, es un vampiro ¿Qué no lo has notado?