Ella se ríe, su rostro se ilumina y una calidez se me extiende por el pecho.

<<Ah, no, Black, no hagas eso.>>

—Bueno... —ella me acaricia por encima de los vaqueros, y yo la tengo difícil para concentrarme en lo que dice—. ¿Puedo ayudarte con tu problema, si quieres?

—Blue, yo siempre quiero. No me he tatuado fácil en la frente porque si llego a ir a prisión, será problemático.

Ella pasa la lengua por su labio superior y me aprieta y yo jadeo. Blue sonríe.

—No creo que este sea un buen lugar.

<<Ajá... ajá... aprieta un poco más.>>

—¿Black?

—¿Qué?

—Que este no es un buen lugar.

—No me hables y me toques a la vez, Blue. No coordino.

Ella se inclina a susurrarme en el oído.

—Entonces, ¿no debería hablarte sucio? ¿No debería decirte lo mojada que estoy? ¿Lo mucho que quiero sentirte?

—Ah, no, eso sí, siempre —respondo y le agarro el rostro con cuidado para besarla, pero Blue pone su dedo en mis labios.

—Black, que no es lugar.

—Ah, cierto —me separo de ella porque necesito claridad—. ¿Quieres ir a mi habitación?

Ella asiente y yo tomo su mano para guiarla a la puerta de la cocina, ojeo por el vidrio de la puerta para confirmar que la cocina está en oscuridad absoluta.

—Tenemos que ser silenciosos.

—¿Por qué? ¿Te pega tu mamá? —Blue bromea y yo no digo nada.

Mamá está a millas de aquí y dudo que haya pensado en mí últimamente. Debe estar aliviada de que ahora soy el dolor de cabeza de mi padre.

Pasamos por la oscura cocina y cruzamos en el pasillo que lleva a mi habitación, es la que se supone que es el cuarto de visita, el resto de las habitaciones está arriba. Es como si hasta en eso papá quisiera decirme que no pertenezco, estoy aquí abajo lejos de ellos. No me quejo, así puedo hacer ruido y escabullirme cuando quiera.

Entramos, prendo las lámparas en las esquinas y definitivamente no he estado pensando con la cabeza de arriba porque el desorden de mi habitación es nivel Dios. Papá aún tiene su escritorio ahí de su intento de volver esto una oficina, libros y papeles por todos, incluso hay una maquina caminadora de otro propósito fallido de hacer ejercicio. Blue se queda parada en el medio, observando todo y yo me rasco la parte de atrás de la cabeza.

Sé que mi habitación no se compara con la de Red, con sus muebles, sus consolas y sus lámparas de lava con luz roja. La casa de Red, aunque cerca de la mía está en la línea donde empiezan la casa de clase media y por supuesto es mucho más bonita. Meto las manos en los bolsillos de mis vaqueros, inquieto mientras ella ojea todo. Bueno, es lo que hay, no voy a fingir algo que no soy.

—Te diría que lamento el desorden, pero creo que ni ordenada se vería bien —digo intentando sonar relajado.

Blue se gira hacia mí.

—Tienes un techo y una cama —me dice—. Es lo que importa, Black—, ella sonríe y yo dejo de respirar—. Lo demás son accesorios irrelevantes.

Sus palabras imparten calidez en mi pecho y quiero besarla ahora mismo. Doy tres largos pasos hacia ella, le tomo el rostro y la beso.

Blue me responde el beso con vehemencia, justo como aquel día en la gasolinera. El contacto de nuestros labios electrifica todas las sensaciones. Hay algo entre nosotros que se enciende apenas nos tocamos. Me vuelvo muy consciente de su sabor, de cada curva de su cuerpo contra el mío. Profundizamos el beso, nuestros labios presionando, lamiendo, chupando. Su lengua roza la mía y gruño porque ya estoy nuevamente duro como un bloque. Blue se agarra de mi pelo y me presiona aún más contra ella. Bajo las manos a su trasero y lo aprieto con fuerza a través de la camiseta. Ella me mordisquea los labios, su mano vuelve a acariciar por encima de los vaqueros y ya estoy al limite. Deslizo una de mis manos dentro de la camiseta y la toco, piel contra piel. Muevo su ropa interior a un lado y cuando mis dedos resbalan de lo mojada que está, mi erección se sacude en anticipación. Introduzco un dedo sin dejar de besarla y ella mueve sus caderas con deseo.

Black & Blue (Español)✔️Where stories live. Discover now