Parte 25 ♡♥

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NARRA JORGE:

-Que la dejes en paz,

Peter, ¿no entiendes?-

dije, y ambos dirigieron su

mirada hacia mí. Martina

abrió los ojos

desorbitadamente.

-Ella no me lo ha dicho y

si asi fuera, tiene su

propia boca para

defenderse- contestó

Peter, haciéndose el

muy hombrecito.

-Es verdad, olvidaba que

con las mujeres siempre

eres muy valiente, ¿pero

qué tal el viernes, eh?

-Cierra la boca, Blanco.

-Oblígame.

Iba a abalanzarse sobre

mí pero le propiné un

puñetazo -olvidándome

por completo de los

tulipanes- justo en la ceja,

donde ya tenía una herida

del viernes. La sangre

comenzó a salir, y él me

devolvió el golpe en el

estómago, sacándome el

aire; aprovechó esta

distracción para darme un

puñetazo en la boca. Martina

se interpuso entre

nosotros.

-¡Basta, basta los dos!

¡Dejen de golpearse!- gritó

ella, su cara expresaba lo

asustada que estaba.

-¿Qué esta pasando aquí,

Martina?- se escuchó la voz

proveniente de un hombre

que supuse era el padre de

Tini.

-Nada, papá, es un

malentendido...

-Chicos, ésta es mi casa y

la respetan. Si van a

agarrarse a golpes como

vándalos, háganlo en sus

casas o en un baldío, pero

aquí no.

Excelente, ahora el padre

de Martina creería que soy

un cretino.

-Lo lamento, Sr. Stoessel,

yo... no volverá a

suceder- dijo Peter; me

miró con furia y se alejó a

grandes zancadas.

-¡Jorge! ¿Jorge, estás

bien?- dijo Martina,

inspeccionando mi cara.

-Esto... sí... tranquila.

-Papá, ¿está el botiquín de

primeros auxilios a la

mano?- dijo ella, haciendo

ademán de que

entraríamos a su casa.

Por la expresión del señor

Stoessel, pude ver que no le

agradaba la idea. Lo pensó

unos segundos.

-Está el baño. Anda,

cúralo, y luego vienes al

garage para... ayudarme

con unas cosas.

Martina, en su preocupación

por mi, no vio la cara de

su padre, de completa

desaprobación. Demonios,

¿por qué no me traga la

tierra?

Los tulipanes se quedaron

en el suelo, completando

el rojo de nuestra sangre

con el rojo de sus pétalos.

Después de que Martina

curara mis heridas

estuvimos un rato

hablando, y después tuve

que irme; no quise

quedarme mucho tiempo

porque sabía que a su

padre no le había agradado

nada la pelea entre

Peter y yo.

Cuando llegué a casa, las

cosas no estuvieron

mucho mejor.

-¡¿Pero qué te pasó en la

cara?!- gritó mamá al

verme.

Su grito hizo que todos

corrieran a la entrada; ella

y Lodovica corrieron a

inspeccionarme la cara.

-Parece que te paso un

tren encima, hermano-

dijo Daniel recargando en

la puerta, con ese aire de

suficiencia de quien se

sabe perfecto. Idiota.

-No pasó nada- contesté,

y alejé las manos de mi

madre y de Lodovica.- Tuve

un problema con alguien.

-¿Cómo paso? ¿Te

asaltaron? ¿Problemas en

un club...?

-¡No mamá, no! ¡Fue por el

estúpido de Peter!

Lodovica se quedó petrificada

al escuchar su nombre.

Mierda, la había regado.

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Jortini  * Tiene cafe en su mirada y es por eso que me roba el sueño*Where stories live. Discover now