NARRA JORGE:
Martina y yo nos sentamos.
-¿Y qué tal tus clases?-
comenté.
-Normales, lo de siempre,
ya sabes. En literatura,
err... una chica volvió a
hacer comentarios sobre
mí. Pero ya me
acostumbré.
-Fue Stephie, ¿cierto?- fruncí
el ceño.
-No quiero ocasionarte
problemas con tu novia-
sonrió, apenada.
-Seguro que todas las
chicas te tienen envidia-
di una mordida a mi pizza,
intentando parecer
desenfadado- ya sabes,
eres inteligente, guapa, y
has viajado por el mundo.
Ella mordió un trozo de su
pizza.
-Espero tengas razón.
Llevo una semana y un
día, y aún nadie se ha
acercado. Por el contrario,
todos me insultan y me
gritan cosas...
desagradables- suspiró-
es muy raro.
-Los jóvenes americanos
somos raros- admití, y
ella sonrió. Era tan
hermosa.
-Tu sabes que yo no soy
una chica tímida. Pero
enserio, ¡todos me
asustan! En ningún otro
lugar en el mundo te hacen
sentir así. Recuerdo
cuando estuvimos en
Brasil, en el Amazonas,
cerca de Rio de Janeiro.
La gente era tan bonita...
te hacían sentir como en
casa.
Martina siguió contándome
aventuras de sus viajes,
mientras un brillo de
nostalgia relucía en sus
ojos. Sentía algo de pena
por ella, debía ser muy
difícil dejar todo aquello
por esto, una simple
ciudad llena de
adolescentes estúpidos y
egocéntricos, comparados
con sus amigos chinos.
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Jortini * Tiene cafe en su mirada y es por eso que me roba el sueño*
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