PRÓLOGO

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—¿Tienes miedo?

«¿Qué si tengo miedo?»

No conozco otra forma de vida, ni siquiera conozco otro tipo de realidad.

—No —me limito a responder, mintiendo de nuevo.

—Minerva, para que esto funcione debes hablarme con la verdad. De otra manera no podré ayudarte —responde la mujer mientras me mira con, ¿lástima?

Estoy acostumbrada a ese tipo de miradas, «mucho más de lo que me gustaría», pienso con amargura, mientras la psicóloga sentada frente mío, vuelve a insistir con voz dulce:

—Minerva, ¿tienes miedo?

«¿Tengo miedo?»

Sí, tengo miedo, tengo tanto miedo que la mayoría del tiempo suelo paralizarme; suelo quedarme sin habla... A veces no puedo ni respirar.

Todas las noches los recuerdos me atormentan, llevándome a aquel lugar al que me prometí no volver, con la promesa que me hice a mí misma de salir de una vez por todas adelante.

El toque de una mano en mi hombro me hace saltar en el lugar, la mujer de cálida mirada delante de mí espera por mi respuesta, una que no sé si estoy dispuesta a dar, por lo menos no todavía.

—Minerva, todo termino —insiste ella.

«¿Tengo miedo?»

Sí, tengo miedo.

«¿Podré superarlo algún día?»

No. Sí. No lo sé.

» Minerva, ¿podrás superar alguna vez todo lo que pasó?»

No. Si. No lo sé.

» Minerva, ¿qué cosas te hacen sentir bien?»

«Cocinar», pienso con una sonrisa, sin embargo, sigo en silencio, sin poder hablar y expresar lo que me pasa con libertad.

No lo hago a propósito, simplemente... no puedo, decirlo lo hace real y no quiero que lo sea.

—Minerva, ¿tienes miedo? —Vuelve a insistir la psicóloga.

—Sí. —Mi propia voz me sorprende. Me sorprende tanto escucharme a mí misma después de tanto tiempo que las lágrimas brotan sin que siquiera me dé cuenta.

A decir verdad, no pensé que pudiera tener más lágrimas que derramar, pero aquí estoy, sorprendiéndome de lo que mi cuerpo es capaz de hacer.

—Ya no debes tener miedo, Minerva —murmura extendiendo la mano y tomando la mía, dándole un ligero apretón—. Todo ha terminado.

—Todo termino —digo, asintiendo y sin dejar de llorar.

Todo terminó y es hora de seguir adelante.

Pecado con sabor a chocolate [+21] ©️ LIBRO 1Where stories live. Discover now