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Tampoco puede olvidar la extraña sensación que le provocó entrar en contacto con ella. La hostilidad, la arrogancia o simplemente el ego que llegaba a mostrar desaparecieron en ese instante, siendo sustituidos por emociones que no había experimentado antes o no les prestó atención cuando llegaron a surgir dentro de él... pero no niega que, a pesar de ser anormal, fue agradable, cálido y suave para un quirk fuerte e inmune al frío como el de ella. Sus iris carmesí dejaron de ver la última pregunta del libro, dirigiéndose a una cabellera negra que caída por la espalda de la chica, aun sin peinarse bien como días atrás —siendo una clara señal de no ser algo que le importe en esos momentos— cubriendo parte de un rostro entristecido y con pocos ánimos de seguir por el resto del día o los posteriores hasta no encontrar esa paz después de la tormenta que ahora hay en su interior.

Inexplicablemente su mandíbula se tensa, deseando gritarle infinidad de cosas, quizá uno que otro insulto por dejarse caer, pero mayormente dirigidos a él por no ayudarle pese a tenerla adelante, por no saber qué pensar cuando la ve ahora, en qué decirle sin sonar molesto o parecer obligado. Bakugo no sabe qué hacer con ese remolino de pensamientos que provoca el solo ver a su compañera de clase, tener recuerdos sobre lo que ha sucedido con ella, incluyendo cuando la sostuvo entre sus brazos antes de que cayera al suelo; sus ojos cansados y tistes se cerraron, descansando, al fin, de la mierda que ahora era su vida al menos por un momento, a salvo y no bajo las garras de Kohaku ahora que sabe, de cierta manera, cómo funciona su quirk

—¿Qué hubiera pasado si...

No, no y no. Él no debía pensar en ello, él debía concentrarse en hacerse fuerte, en graduarse ahora que solo le faltaba poco más de un semestre. Para ganar, para proteger... para ayudar a (Nombre)

Chasqueó su lengua regresando su vista a esa pregunta que daría por terminado su trabajo en aquella clase de inglés.

(...)

—(Nombre)-chan vamos a comer —canturreó Mina al engancharse del brazo de la mencionada cuando ésta apenas se levantó sin saber a dónde ir. Era cierto que la hora del almuerzo llegó, mas ella no sabía si ir o no a la cafetería; quizá prolongar su hambre hasta regresar a los dormitorios por la tarde estaría bien, pero esa opción ya no estaba en sus posibilidades, ni aunque así lo deseara, pues las chicas y algunos chicos pensaron detenidamente las palabras de Bakugo. Si le preguntaban a (Nombre) si quería comer con ellos, ella probablemente hubiera rechazado su oferta con una sonrisa entristecida, por pena, por vergüenza de dejarse ver así; en cambio, si solo le decían 'vamos', ella no tendría la opción de elegir.

La sonrisa de Mina contagió a la chica lobo, pues al inicio, y al sentir su repentino tacto, (Nombre) la miró sorprendida, mas sus zafiros se iluminaron un poco al sentirse acogida cuando más lo necesitaba, teniendo en mente las palabras de Katsuki y lo mucho que influyeron en el resto de sus compañeros para no hacerle recordar lo que pasó y cómo se sentía con ello, aún no estaba lista para contarlo sin que las lágrimas se deslizaran por sus mejillas.

—Claro —habló con un apenas un hilo de voz aceptando su invitación y dejando que ella y Ochako la guiaran hasta el comedor.

Los labios de la azabache formaron una ligera circunferencia, queriendo decir algo, pero no podía, su corazón se estrujaba poco a poco. Delante de ella, encontró a la mayoría de sus compañeros comiendo juntos sobre las mesas continuas a aquella donde Kirishima, Deku, Shoto, Iida e incluso Bakugo —que fue obligado por Eijiro— convivían con tranquilidad, recibiéndola solo con la mirada al seguir comiendo. La ojizafiro por un momento dejó sus pensamientos tristes por imaginarse fórmulas matemáticas en su cabeza al tratar de encontrar una respuesta a la sana y amena convivencia en esa mesa, sobre todo por que Bakugo estaba ahí. Y no era que no quisiera verlo, sino que su cercanía le impediría dejar de pensar en lo que sucedió anteriormente, quizá algo insignificante para él...

Diario perdido  •Katsuki Bakugō•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora