Extra 5: Luna de miel

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Hongjoong tomaba la mano de su ahora esposo, a la vez que caminaban rumbo al hotel de aquella hermosa isla paradisíaca. Al llegar al mentado hotel, hubieron muchas personas que se ofrecieron a darles recorridos a lo largo del lugar, una lista de actividades pensadas para los turistas y varias cosas más relacionandas a eso, pero a Hongjoong no le pareció del todo buena idea, el sólo quería estar con su bebé todo el día
y la noche,
ambos,
solos,
y Mingi no parecía estar en desacuerdo con eso, iban a estar ahí tres semanas, habría tiempo para esas cosas luego.
 
— Hongjoong, se ve el mar— Mencionó el menor jalando de la mano a su esposo, mientras este sonreía por la emoción en el rostro de Mingi.

La suite era, cabe decir, enorme, la cama era grandísima y los ventanales daban una vista perfecta del mar y la vasta vegetación del lugar, había una pantalla plana de al menos cincuenta pulgadas, muebles blancos, haciendo juego con las paredes de un color crema.
 
—¿Te gusta, bebé?— Mingi asintió, para despues de unos segundos mirarle con el labio inferior abultado.
 
— Hongjoong, ¿y si se sale el mar?— No era una novedad que a Mingi en cierto modo le diera miedo el mar, las pocas veces que Hongjoong le había llevado a la playa, el pálido se dedicaba a juguetear en la orilla, nunca más a allá de ella ni siquiera cuando el otro siendo un gran nadador lo llevaba hacia más al fondo, cuando eso sucedía a Mingi le daban ganas de llorar y Hongjoong no tenía de otra que dejarlo en la orilla y estar con él. Porque se le rompía él corazon al ver los ojos de su bebé llenos de lagrimas.
 
—Eso no pasara, bebé, confia en mí, ¿si?— El menor volvió a asentir esta vez, abrazando a Hongjoong por la cintura. Este le correspondió gustoso, luego de aquello ambos durmieron unas pocas horas debido al cansancio del viaje.

Hongjoong fue el primero en abrir los ojos, posando estos en el quieto rostro de su esposo a escasos centímetros de el, sonrió perezosamente viendole tan hermoso, sus cabellos alborotados eran una maravilla ante los ojos del mayor, luego noto la escasa luz que había, percatándose entonces que era de noche y la luna llena se alzaba en lo alto proporcionando un hermoso reflejo del mar que se lograba colar por la habitación.
 
Acaricio los cabellos de su esposo con suavidad sacándole a este leves suspiros de satisfacción ante la grata sensación, su corazón latió deprisa cuando los pequeños ojos del menor se abrieron poco a poco hasta que lograron enfocarse en él.
 
—¿Te desperte, mi amor?— Mingi vio el lugar abriendo sus ojos con algo de sorpresa al ver todo casi oscuro, a excepción del balcón donde se podía apreciar el resplandor de la luna.
 
—Ya es de noche— Se talló un ojo con su puño y a Hongjoong se le agitó el corazón un poco más.

—Si, ¿tienes hambre?— Pregunto cariñoso, mientras aprisionaba al pálido entre sus brazos. Mingi asintió levemente, entonces Hongjoong sacándolo de la cama y tomando su mano se dirigió a la habitación que se suponía era el baño, estando ya ahí se dedico a lavar el rostro de su esposo y el propio.
 
—¿No prefieres mejor un baño?— Mingi le miro y Asintió.
— Tomaremos un baño entonces— Finalizó el mayor.
 
—¿Te bañaras tu primero, hyung?— Hongjoong paró en seco, parecía ser que Mingi no estaba conciente de la situación, y es que Hongjoong planeaba bañarse ambos, al mismo tiempo, en el mismo lugar.
 
No lo culpaba, decir que Mingi era inocente hasta niveles celestiales no era una mentira, poseía la mentalidad de un pequeño niño y prontamente Hongjoong se dió cuenta que mientras el pensaba en cosas no muy sanas, su bebé estaba ahí sin saber nada.
 
—¿Hongie?— El mencionado suspiro y refregandose la cara miro a su bebé.
 
—Lo siento, mi amor, bañate tu primero, ¿si?— Pasaron unos cuantos segundos cuando Hongjoong volvió a hablar— ¿No vas a desvestirte, bebé?— Mingi se sonrojo levemente.

—E-es que tu sigues aquí— Soltó con pena el menor, entonces Hongjoong se mordió el labio inferior y con un sonrojo bastante notorio pregunto:
 
—Bebé, t-tu..bueno, tu sabes lo que hacen las personas casadas..¿verdad?— Mingi ladeó la cabeza algo confundido pero prontamente asintió respondiendo:
 
—Amarse mucho—Sonrió hacía Hongjoong y este juró sentir que se le cortaba el aire.
 
—S-si, pero hay otra cosa aparte de eso... — Aspiró y saco aire
— ¿Sabes que es hacer el amor, mi vida?— Mingi se sonrojo tapándose la cara a la vez que asentía.
 
—¿Vamos a hacer eso?—susurro, y Hongjoong se sintió mal, parecía que la idea le desagradaba a su bebé, y si él no quería, no había nada que hacer, lo importante era que su hermoso ángel se sintiera bien y seguro, y si para eso no debía tocarlo más allá, entonces eso precisamente haria Hongjoong.
 
—No, yo creó que no, bebé— Sobo su cabeza y Mingi descubrió sus ojos enfocándolos en Hongjoong y la mini sonrisa que este le daba, entonces vio como el mencionado iba a dar la vuela e irse, pero no lo dejo.

Dulce bebé ( Hongmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora