— aquí traigo todo — saco una carpeta con varios documentos— solo tienes que firmar y todo tuyo —

— tienes que dejar que lea todo con tiempo —

No me fiaba de las letras pequeñas, podría arruinarme así que prefiero leerlo con calma.

— puedes llevártelo, cuando lo firme llévalo a un notario —

Asentí.

— hablemos sobre el 50% que dijiste — dije serio.

Él soltó una carcajada.

— ¿que pasa con eso? —

— es bastante, durante este tiempo no obtuve nada del gimnasio y me da igual que estuviese cerrado —

— soy el segundo titular Asher, me importa lo que digas —

Lo miré por unos segundos.

— debería importarte, ahora estoy aquí y soy dueño del local, yo digo lo que te llevarás y lo que no — dije y le sonreí.

— no sabias que eran tan listo —

— no es ser listo, es cuestión de no caer en trampas de imbeciles como tú, quiero que sepas que me crié en lo más salvaje y a mi nadie me engaña —

Bebí de mi café para mojar mi garganta.

— ¿cuanto me darás ? — preguntó apoyando sus codos en la mesa.

— el 10% sólo, ni más ni menos—

— ¿me tomas el pelo? —

— en absoluto —

Dio un golpe en la mesa y se largó del lugar. Agrupe todos los papeles para meterlo en la carpeta y fui a comprar algo para el desayuno de Alissa.

Antes de ir a casa entre al gimnasio y quise desahogarme. Vi unos guantes de boxeo algo sucio pero los limpié, me acerqué a un saco de boxeo y descargué toda mi energía.

Cuando acabe el calor me agobiaba y me quite la camiseta, eche un vistazo al lugar y pensé en que lo convertiría en un lugar perfecto.

[...]

Llegue a casa y puse la pequeña compra en la mesa.

Fui a verla y ahí estaba tirada en la cama moviendo sus dedos haciéndome entender que está despierta.

— tienes que desayunar —

No respondió.

La cogí en brazos y la lleve al comedor. Desate sus manos...esto comenzaba a cansarme.

— traje zumo de naranja, napolitana de jamón y queso y Macedonia —

— no tengo mucha hambre... —

— no lo compre para tirarlo —

Comencé a pinchar de la fruta y a dárselo, lo mismo hacía con lo demás.

Comía poco a poco, notaba que le costaba.

— no quiero mas... — susurró.

— no me importa alissa, come —

No sabía que le ocurría, apenas tenía hambre y parecía que enfermaba.

Ya llevaba más de la mitad y cada vez le costaba más.

— ya está — dije — ¿no fue para tanto, verdad? —

— A-asher... — tartamudeó.

— que pasa —

— eee... ¿puedes quitarme y-ya la venda de los o-ojos? — lo decía muy nerviosa.

— no puedo hacerlo —

Me levanté y guarde todo los platos limpios y tiré la basura que estaba por la mesa y encimara.

— e-estoy muy agobiada....no sabía c-como decírtelo —

— tu padre mandó que estuvieses así, no puedo hacer nada —

— tú siempre i-intentabas ayudarme —

— no lo hacía — contesté.

— para mi si... —

La miré y estaba jugando con sus dedos por los nervios.

— te estás portando bien, no lo estropees porque podría ir peor, no te dejaré ni la boca destapada —

Ella no volvió a hablar.

[...]

Mi móvil comenzó a sonar y era Frederick.

— ¿que tal todo? —

— bien, sin problemas — dije seguro.

— ¿le diste algo de comer? —

— si...se le veía débil y no tenía más opción —

— okey, eso te iba a decir, que ya era hora de que comiera — dijo — por cierto, mañana irá Cindy a tu casa, tiene ganas de verla y no le vendría mal hablar un poco —

¿Frederick pensando en Alissa? ¿Que se tomó este hombre?

— perfecto —

Solo me limitaba a decir poca cosa.

Colgó y fui a ver a la niña que la dejé sentada en la cama.

— tengo una buena noticia —

Al escuchar eso ella levantó su cabeza en busca de la noticia.

— vendrá tú Hermana en unos días, para estar contigo supongo —

No mostró nada y no dijo nada.

— ¿no te alegras? —

Subió los hombros.

— habla —

— bueno...si....s-supongo — susurró volviendo a bajar la cabeza.

Fui a darme un ducha larga para relajar mis músculos, estaban fatigados por lo de esta mañana.

El vapor salía de la ducha y me sumergí en el agua caliente, me fascinaba esto, me relajaba, podía pensar con tranquilidad...

Salí con la toalla en la cintura y fui a la habitación para ponerme algo de ropa.

Alissa seguía en la misma posición de cuando me fui, sentada.

— ¿no prefieres tumbarte? —

— así estoy bien... —

MI GUARDIÁNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora