Capítulo 30

4.4K 305 84
                                    


Estábamos en casa, yo seguía bajo los efectos del alcohol y el al parecer también.

Su estado de ánimo cambió cuando ocurrió eso en aquel bar, estábamos confundidos, no sabía el por qué Andrea se empeñaba tanto en buscarme y sacarme de aquí, ella no me conocía.

Al llegar a la habitación, el se tiró a la cama con los brazos extensión mirando al techo.

– ven – murmuró dando palmadas a la cama.

Me acerqué tambaleándome y me senté antes de caer.

– ¿Por qué me besaste? – preguntó.

– tu también lo hiciste anteriormente – respondí.

– pero en ti es raro ¿No crees? –

– después de tantas copas creo que no soy Alissa – dije y reí.

–creo que te daré todos los días unas copas –

– oye noo – reímos a la vez.

El tiro de mi brazo y apoyé mi cabeza en su pecho.

Esto era demasiado extraño, antes era como un mueble para el, un mueble al que debía de vigilar y ahora siento que la confianza y en contacto entre nosotras avanzó.

– espero que te haya gustado el día de hoy – susurró.

– si...gracias, lo necesitaba –

Empezó a acariciar mi cabello y me relajó bastante.

– ¿Cuando se me quitarán estos efectos ? – pregunté riendo.

Tenía que decir algo, estaba nerviosa por el momento y el silencio.

– pronto –

Seguía acariciando mi pelo mientras teníamos la mirada perdida en algún punto de la habitación.

– mírame – dijo.

Levanté un poco la cabeza de su pecho y lo miré algo nerviosa.

– no puedo resistirlo – dicho eso agarró con delicadeza mi cara y me besó.

Mi mente voló, sentía mi corazón acelerado y es que realmente me gustaba esto. De un momento a otro sentía en mi estómago nervios...ahora entiendo lo que significa mariposas en el estómago, todas las chicas de mi edad lo decían y yo sin entenderlo.

– no sé qué me pasa – susurró a milímetros de mis labios.

– ¿Que te pasa? –

– esto, nunca imaginé que haría esto contigo, yo te miraba con otros ojos –

– ¿Crees que estás haciendo mal? – sonó preocupante.

El no respondió, yo ya sabía lo que pensaba, que era una niña, una niña sin vida que solo sirvo para cinco minutos. Y para rematar yo, que no soy como cualquier chica, estoy a años luz de ser como son las de mi edad.

Quise levantarme pero el lo negó.

– no estoy haciendo mal porque es lo que más me apetece hacer en estos momentos, estoy cómodo contigo, pero...el roce hace el cariño y creo que no estamos para esos momentos, algún día te tendrás que ir y no podré hacer nada –

Lo miré, quise llorar por eso de que me tendré que ir en algún momento, era difícil de imaginar ya que estoy acostumbrada y muy cómoda aquí.

– entiendo...no es la primera vez que alguien no pueda hacer nada por mi – respondí

– no es fácil –

No quise contestar más, ya no me sentía mareada, este tema de conversación hizo que esté sin mareos.

MI GUARDIÁNHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin