Capítulo 2

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Se escucha un chillido de las vías del tren, venían los nacidos en Osadía, se tiraban del tren y caían en el poco césped que había cerca, hasta correr pasando a mi lado izquierdo y llegar a hacer la fila.

Eran geniales.

Personas vestidas de negro y otros colores oscuros, con tatuajes y piercings en sus orejas o rostro, personas sin miedo considerados los héroes y eran quienes vigilaban el muro que rodeaba la ciudad.

La puerta enorme que teníamos en frente se abrió y todos entramos, llevaba a un gran lugar y había una mujer esperando adentro, habían asientos para cada uno.

–Bienvenidos a todos–Dijo la mujer–Hace 100 años se creo el sistema de facciones para traer la paz y detener las guerras...

Decidí no prestar más atención, ya sabía lo que iba a decir, leí libros sobre cada facción y sobre el porqué se creo el sistema.

Las reglas de ahora estaban muy cambiadas.

Ellos, Erudición quieren eliminar a toda persona que no puedan controlar, se supone que desde siempre a sido así pero no lo creo, sé que existen los que prefieren salvarlos y también se que hay algunos que los ayudan.

Se perfectamente que Abnegación lo a hecho.

Son personas que con sueros no son manejables, Jeanine; mujer rubia quien maneja la facción Erudita era quién siguió buscando a esas personas que consideraba "rebeldes"

Se llamaban Divergentes...

Podría morir sí lo fuera.

Jake toco mi hombro y me saco de mis pensamientos, voltee a mirarlo y tenía el ceño fruncido.

–Vamos–Me dice, note que el lugar se estaba vaciando poco a poco.

Seguí a Jake hasta llegar a un pasillo ancho, donde nos separamos, habían muchas puertas de las cuales había que pararse en frente y esperar una respuesta de alguien que estuviera dentro.

La puerta de la cual estaba enfrente de mí se abrió y entre, se cerro luego, adentro había una camilla con unos cables, a lado una mesa con vasos y una botella de líquido azul.

Una chica de cabello negro estaba sentada cerca de una computadora, una pared era de espejo y la chica al verme sonrió.

–Moon–Dice

–Tori–Dije, ella era de la facción Osadía.

La conocí en una reunión que hubo en la oficina de mi madre hace un tiempo y recuerdo muy bien que fui la única que le agradó, sólo porque le respondí de mala manera.

–Puedes acostarte.

Me acuesto en la camilla y ella acomoda unos cables que están a cada lado de mi cabeza, me ofrece un vaso que contiene el líquido azul y lo miro confundida.

–¿Qué es?–Pregunte

–Con eso entras a la simulación, tómatelo.

Lo bebo y devuelvo el vaso, comienzo a cerrar mis ojos poco a poco hasta entrar en la simulación..

Estoy sentada en el suelo, sola.

Tori, la camilla y la computadora han desaparecido.

Me levanto, hay un espejo del cual miro mi reflejo pero desaparece, ahora aparecen muchas yo, todas alrededor de mí mirándose entre sí, una de ellas se acerca mucho a mí y habla :

–Elige–Apunta con los dedos de la mano hacía 2 mesas que aparecieron, en una hay un cuchillo y en la otra comida para perro.

¿Comida para perro?, oh no.

Un ladrido fuerte se escucha y desaparecen todos mis demás reflejos, solo el perro y yo, las mesas también desaparecen y por mi lentitud no pude tomar una decisión a tiempo.

–No voy a matarte, no sirve de nada que lo haga–Le digo para tranquilizarlo, pero claro que no se tranquiliza.

Se lanza encima de mi pero me pongo de rodillas y no me ataca solo se acuesta en mis regazos, lo acaricia suavemente.

Una niña, una pequeña yo, aparece y me mira para luego mirar al perro y reí, comienza a gritar:

–¡KATHERINE!

–¡KATHERINE!

El perro la sigue para atacarla pero me tiro encima de el y traspasamos el suelo, comenzamos a caer al vacío.

Abro los ojos asustada, la prueba a terminado y suelto un suspiro un poco aliviado. Miro a Tori, ella está alterada escribiendo en el teclado de la computadora.

–Debes irte–Me dice y agarra mi brazo rápidamente

Me tambaleó, caigo en el suelo y agarro mi cabeza con las 2 manos, me duele.

Tori se sienta a mi lado y me sujeta el rostro con sus manos para que la mire fijamente.

–Debes irte antes que el supervisor venga.

La miro sin entender, ella estaba muy alterada y quería que me fuera sin decirme mi resultado, se lo que se viene.

–¿Cuál fue mi resultado?–Pregunté nerviosa

–Inconcluso–Responde murmurando y se levanta, imito el gesto.

Katherine MoonWhere stories live. Discover now