El cristal roto

15.7K 1.5K 1.4K
                                    

Resumen:

No le hagas daño. Solo discúlpate.


La mente de Jiang Cheng se encontraba rememorando los sucesos de su encuentro con Lan XiChen.

'¿Por qué nos encontramos el primer día que llegó a Yunmeng? Debí de haber enviado a JingYi a jugar a casa de Ouyang. ¿Por qué el destino fue realmente cruel como para hacernos encontrarlo? ¿Ya lo sabía él? Mierda, después de nuestra confrontación debió de haber tratado de preguntarle algo a Lan WangJi y a Wei Ying. ¿Deberíamos mudarnos JingYi y yo? Pero eso sería un gran problema y...'

-Pá, ¡Padre!

-¿¡Qué!?

JingYi hizo un puchero, -Estas muy distraído. Te he hablado tantas veces y tú simplemente me ignoras.

Jiang Cheng suspiró, -Lo siento JingYi. No creo que pueda pensar con claridad en este momento.

JingYi lo miró fijamente durante mucho tiempo y Jiang Cheng detuvo el impulso de comenzar a inquietarse. ¡No había hecho nada malo, maldita sea!

-¿Es por el hombre de antes?

-Es... -Jiang Cheng se atragantó y no pudo decir ninguna palabra.

-Padre, está bien. No tienes que responder si no quieres.

Jiang Cheng contuvo las lágrimas y miró asombrado a su bebé. Siempre fue así, tan considerado con los sentimientos de su padre. Sabia cuando insistir y cuando detenerse. 'Lo saco de su otro padre, definitivamente no de mi'. Pensó Jiang Cheng.

Jiang Cheng enmascaró su casi llanto burlándose, -¿Cómo es que dices algo tan varonil?

-Discúlpeme, pero yo soy todo un caballero, -Se burló de vuelta. Jiang Cheng alborotó el cabello de su hijo mientras que el otro se quejaba. -Es tarde. Hora de ir a la cama.

-Padre, ¿Puedo dormir contigo? Sólo por esta noche, ¿Por favor? Puedes reducir mi porción de dulces de esta semana.

Jiang Cheng frunció el ceño. -Puedes. Pero, ¿Por qué?

Él se encogió de hombros, -No hay ninguna razón.

-Mocoso. Ponte tu pijama y ven a mi habitación después de que te cepilles los dientes.

-¡Yupii!

-Nada de dulces por esta semana.

-Lo sé. Yo mismo lo prometí.

Jiang Cheng estaba leyendo en su cama cuando JingYi tocó la puerta y trajo consigo su peluche de pollo. Lo recibió de Lan WangJi y Wei WuXian como regalo en su cumpleaños del año pasado y le encantó hasta el punto de irse a dormir con él. JingYi sonrió alegremente y sin previo aviso corrió a la cama y saltó encima de su padre.

-¡Salto de bala de cañon!¹

-¡Ay! ¿Qué diablos mocoso? ¡Soy demasiado mayor para esto!

-No eres nada divertido padre. -Dijo JingYi.

Jiang Cheng le hizo cosquillas hasta que gritó su rendición. Se recostaron uno a lado del otro y se miraron por un momento, -Buenas noches padre. ¡Que tengas dulces sueños!

-Buenas noches JingYi. Tu igual.

Jiang Cheng miró el rostro de su hijo hasta que este se durmió profundamente. Pasó su mano por el cabello de JingYi y no pudo evitar que la tristeza embargara su corazón. Recordó aquella vez en que se enteró que estaba esperando a su bebe. Se sintió como uno de los momentos más felices de su vida y pensó en compartir su felicidad con Lan XiChen, pero al final, las palabras nunca fueron dichas.

Espejo RotoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora