✦ C A P Í T U L O. III ✦

Start from the beginning
                                    

Zapatos rojos solo soltó una risa y empezó a caminar, seguida de la guardia y los chicos, sin embargo, detuvo su andar al darse cuenta que el enano crea magia no los seguía. Confundida se giró sobre si misma hacia Merlín quien los miraba con una mueca de frustración, haciendo confundir aún más a la joven de armadura.

— Este... me quedaré unos minutos para hacerle compañía a Merlín —enunció T/N, haciendo que los 6 enanos y la princesa la voltearan a ver confusos—. Uno no sabe si Merlín podrá con el Gran conejo —enfatizó la palabra gran haciendo que los demás enanos se rieran un poco.

— Creí que ibas a venir con nosotros —manifestó Zapatos rojos para después acercarse a la contraria, quitarle amablemente las hojas y abrazarla con cariño—, pero puedes quedarte. Estaré bien, no te preocupes, ellos me cuidan.

La de armadura miró de reojo a los enanos y estos asintieron muy seguros.

— Entonces chicos. La dejo en sus pequeñas manos —preocupada y divertida se dirigió a los enanos, ganándose unos bufidos de parte de ellos.

— ¿Por qué te quedaste aquí, conmigo? —preguntó Merlín después de ver marcharse al grupo—. Pudiste haber ido con ellos. Pensé que tu deber era cuidar a la princesa.

— Y lo es —le aseguró con una sonrisa tras el yelmo—. Es solo que pensé que tal vez necesitaba compañía, es todo.

— O tal vez pensaste que no podría vigilar al Gran conejo —repitió con ironía las mismas palabras que la chica les había dicho momentos atrás a los enanos y a la princesa— ¿No es así?

— ¡No creo eso! —expresó a la vez que movía sus manos frenéticamente, negando—, solo lo hice para convencerlos.

— ¿Convencerlos? ¿Por qué?

— No quería dejarle solo.

— ¿Qué?

— Oh, mire —trato de cambiar el tema al percatarse de lo que acababa de decir—. El conejo de seguro tiene hambre, porque mejor no le damos zanahorias. ¿Tiene zanahorias? Vi unas en un balde cerca del conejo, esas podrían servir...

— Emm. ¿Bueno? —algo extrañado por su actitud, se dirigió hasta el recipiente de madera que había mencionado la chica, el cual se ubicaba cerca de la jaula del conejo— Ten —dice extendiendo una zanahoria hacia la chica—. De seguro tienes hambre. Me percate de que no comiste mucho en la mañana.

La joven estaba por rechazar el vegetal, pero al escuchar su estómago gruñir seguido de una leve risa de Merlín, hizo que se le subieran los colores al rostro, de no ser por el casco, el enano de seguro podría ver su cara toda roja a causa de la vergüenza. Así que ahora sin negar nada, se acercó hasta el petiso y aceptó gustosa la zanahoria.

— Gracias. —agradeció mientras se quitaba el casco y lo sostenía con un brazo a su costado.

— N-no hay de que —masculló al ver a la caballera quitarse el yelmo otra vez. Realmente era inevitable mirar la cicatriz que ella poseía en su rostro. De la misma forma, también se preguntaba como habría obtenido aquella marca, quería preguntar, pero eso sería descortés de su parte, así que solo lo ignoraría, ignoraría la belleza que la caballera poseía y que era opacada por su fea cicatriz.

Soltando un suspiro entrecortado, Merlín tomo otra zanahoria del balde para tratar de ignorar aquel sentimiento extraño que parecía crecer dentro de su pecho. Dio un gran mordisco al vegetal que tenía en su mano seguidamente de sentarse sobre una roca. Pero al sentir una mirada sobre él, miró a la guardia, quien también se había sentado en una roca a unos metros de él y miraba a su alrededor sin mucho interés, entonces si no es ella... ¿quién?

¿Sólo te importa la apariencia? // Merlín & Tú // EditandoWhere stories live. Discover now