13.

780 87 95
                                    

Jaylan Sellers

Las últimas noches había dormido bastante mal, pero esta en especial, dormí relativamente bien.
Por el único detalle, de que desperté con una lágrima notoria.

Solo había recordado una vez que esto me había sucedido, y de inmediato fui corriendo con mi madre.

Bajé las escaleras rápido, lo primero que ví fue a ella en la mesa, desayunando amenamente.

—Oh, ¿Quieres?— preguntó masticando una manzana en cuadros.

Respiré de nuevo, con más tranquilidad. —No, gracias, solo quería ver qué estabas despierta.

De igual forma, no quise atrasarla mucho en su día, solo le pedí muy bien que se cuidara, normalmente todos los días antes de irme a estudiar, jamás le decía un hasta luego, un hasta pronto.

Es un hábito que tuve un tiempo, los primeros años que mi padre dejó de estar con nosotros, pero luego de eso, volví a despreocuparme por algo tan simple como "Cuídate".

O bueno, intentaba retomar ese afán de despedirme de las personas. La última vez que no lo hice, ya no tuve oportunidad después.

No pasé demasiado tiempo en casa, fui directamente a la universidad, estaba mucho más alegré hoy que otros días.

Estaba decidido a qué hoy, yo daría el siguiente paso con O'Conner, no tenía nada preparado, solo que quería que al finalizar clases nos fuéramos a una más de nuestras muchas caminatas por la ciudad.

Solo que, aún tenía duda de por qué no pude hablar con él ayer.
Al inicio, creí que haber sido yo quién mandara el mensaje, fue la razón por la que no respondió, pero después quise convencerme de que, pudo haber sido su batería o estuvo muy ocupado.

Por obvias razones, no quise llevar mi bicicleta hoy, si tenía suerte en qué O'Conner aceptase, no la necesitaría.

Caminé hasta clases, y lo primero que hice al entrar, fue buscar multitudes de personas. Dónde había mucha gente, estaba él, siempre rodeado por todos.

Solo que, hoy no era así, hoy toda la escuela estaba esparcida por los pasillos.

Mmh, quizá aún no llega.

Entré a mi primera clase, no sin antes ver qué en la oficina del director, había un hombre de traje, entrando junto con la psicóloga y otros maestros. Hoy está muy raro el día y apenas empieza.

—Hey, ¿Has visto a O'Conner?— pregunté a Glenn cuando tomé lugar en una silla.

Negó bebiendo algo que parecía leche con chocolate en un bote.

—¿Y tú?— pregunté ahora a Yered.

—Creo que aún no llega— contestó haciendo la misma acción que su gemelo, solo que con su propia botella.

—¿Y por qué están bebiendo eso sin traerme?

—¡No desayunamos!— se quejó el de ropa clara.

Negué inconforme, tendré que empezar a persuadirlos.

[...]

Las clases transcurrieron de forma normal, y en cada cambio de salón, intentaba buscar al pelinegro, pero nada.

Incluso llegué a preguntarle a otras personas con las cuáles yo nunca había cruzado ni una palabra, pero solo lo hacía porque quería encontrarlo.

Jonathan, el mejor amigo de Zahir, ni siquiera vino, evidentemente no podía preguntarle qué sabía sobre él.

Y no fue hasta la última clase, que en medio de esta, solo me mantenía más cabizbajo, probablemente estaba enfermo, debía ir a visitarlo más tarde.

Sin Miedo (O'Conner #1/Gay)Όπου ζουν οι ιστορίες. Ανακάλυψε τώρα