La fémina asintió intentando darle la mejor de sus sonrisas.

—Bien, nos vamos –abrió la puerta–. Dile adiós a mamá Haru.

El pequeño Haru le siguió a su abuelo, y también tomó la forma beastman, de un cachorro de lobo gris con voluminoso pelaje de color azul grisáceo, moviendo la cola alegre ante su madre.

—Adiós mamá –se despidió con un ademán antes de que se cerrara la puerta.

La de cabellos ____ seguía sonriendo al despedirse del infante, y ya al irse, se dispuso a tomar un baño. Después de todo había limpiado y recogido los platos ya antes de bañar a Haru.

Preparo la ducha para hacer que el agua caliente cayera a su cara y le fuera un calmante, haciéndole ignorar por un momento lo que podría pasar y pasaba allá afuera.

Tardó el tiempo que ella quería, después de todo no debía salir de la casa por ningún motivo.

Al terminar, con una toalla en el cuerpo y otra en la cabeza, camino hasta su cuarto y preparo su pijama. Un short negro, un sostén suave, ligero y sin varillas, para poder dormir a gusto, y una blusa blanca, larga y muy holgada, que lograba incluso cubrirle el short y descubrir sus hombros.

Tras peinarse el cabello totalmente, dejándolo suave y sin enredos, se quedó un momento a pensar.

Ella estaba totalmente sola en la casa, ni un ruido y nadie con ella. Era algo aburrido a los ojos de una veinteañera con sus condiciones.

Decidió hacerse un café y mínimo salir al balcón de su cuarto para poder ver desde lejos el festival.

Se preparó una taza de café y con ella en manos, salió hacia el balcón de su habitación que daba vista hacia la parte de Anima City en el que iba a ser el festival.

Encendió su teléfono y dejó que la canción “Night Running” sonara algo bajo pero audible, como música de fondo para el momento. Se había vuelto su canción favorita para las noches en aquella ciudad. Era una melodía relajante y perfecta.

Las noches en Anima City siempre eran tan frescas, el cielo tenía un tono bello y suave de azul nocturno, nada de negros. Tan encantador y magnífico a sus ojos, algo que amaba de las noches en Anima City.

Las estrellas brillaban blancas y pulcras en el firmamento, siendo la compañía de la peli-____.

Miró hacia el centro de la ciudad y tomó un sorbo de su café. Las luces de los edificios se comenzaron a encender, saliendo de ellos una luz en azul neón hechizante.

Bello, bellísimo a sus ojos.

No quería abandonar para siempre Anima City, esa tranquilidad total sólo la conseguía ahí; aunque estuviera mal que alguien como ella, una humana, estuviera ahí.

Mientras admiraba las luces de la ciudad y terminaba su café, una sombra silueta la hizo salir de su tranquilo y sereno trance, rompiendo su burbuja de paz.

Volteo rápidamente los ojos hacía donde creía haber visto la sombra, y entonces, lo vió. Un brillo blanco, o más bien, una silueta brillante y blanca.

Afinó la vista y notó la silueta de un lobo.

Eso alarmó todos y cada uno de sus sentidos, poniendo sus nervios a flor de piel.

Inmediatamente, se alejo del balcón, paró la música de su teléfono y fue hacia la habitación de Haru, recordando el consejo de Fenrir.

Lo más probable es que Ogami no te reconozca aún por el aroma de Haru, siempre está cerca de ti y se te pega su olor [...] Si algo pasa escóndete en su cuarto, cerca de su cesto de ropa sucia o debajo de las sábanas de su cama [...] El olor de un cachorro siempre es muy fuerte en sus primeros años, sueltan su aroma sin saberlo en todo lo que usan o tienen cerca”

𝐶𝐿𝑂𝑆𝐸 𝑇𝑂 𝑀𝐸 || 𝘚𝘩𝘪𝘳𝘰𝘶 𝘖𝘨𝘢𝘮𝘪 𝘺 𝘵𝘶Место, где живут истории. Откройте их для себя