Capítulo 6.

272 42 15
                                    

[No permitas que tus sueños caigan al igual que tus ilusiones...]

.

.

.

.

Finalizando las clases nuevamente me encontré a Eren en la puerta del colegio, ya me estaba fastidiando este tipo...

Nuevamente trate de esquivarlo para pasar de largo, pero no funcionó, me tomo de la muñeca y me acerco a él. Mire arriba encontrándome con su furiosa mirada, esa mirada llena de odio que tanto detestaba.

-¿Ahora que quieres, Eren?

- Vamos a hablar.

- Estoy ocupado, en otro momento.

- No te estoy preguntando, Armin, dije que lo haremos.

- ¡Y yo dije que no! Así que ya sueltame estúpido.

- No hasta que hablemos de cierto tema.

- Tu y yo no tenemos nada de que hablar -dije forcejeando para soltarme de si agarre, aunque fue en vano, la diferencia de fuerzas entre ambos era notable.

- ¡Armin!

- ¡Que me sueltes con un carajo!

No le di tiempo a responder y se solté un golpe, obviamente no lo derribe pero logré hacer que me soltara. Comencé a caminar a casa, Eren se había quedado en su lugar solo observando como me alejaba de el.

Durante el trayecto me di cuenta que habían abierto hace poco una nueva pastelería, probablemente sea bueno llevarle un postre a Mikasa, le gustan las cosas dulces. Me acerque a dicho lugar y pedí un pequeño pastel de chocolate con chispas, y para mí una rebanada de flan napolitano. Los pague y continúe mi camino, entre sin hacer ruido, no parecía que hubiese alguien aquí, me acerque a la habitación y Mikasa aún dormía.

Suspiré y guarde su pastel en la nevera, mientras empezaba a comer el mío mientras veía un poco la televisión. Terminé dicho postre y coloque el envase del mismo en el cesto de basura, entre al cuarto y me acosté en la cama un momento, empezaban las épocas de frío e incluso a medio día empezaba a notarse.

Pensaba en hacer algo, pero no podía excluir a Mikasa, aunque quisiera salir no podía y mucho menos podía dejarla encerrada cuál gato, así que aguante mis ganas de ir a algún lugar, por más que pensara las posibilidades era imposible...

Después de unos momentos me levanté, y parece ser que lo había hecho bruscamente, pues la pelinegra había despertado en el momento, me miró aún somnolienta, le venía muy bien que durmiese lo debido.

- Mikasa... ¿Te gustaría que esté fin de semana vayamos a algún lado? Cómo amigos obviamente... También podemos invitar a los demás.

- Me parece bien, pero ¿A dónde?

- Uhm... ¿Te parece la playa? Hace un tiempo que no hemos ido.

- Suena excelente, invitaré a Sasha, estoy segura que le gustará.

Todo o Nada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora