Capítulo 13

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<< CRAYTON >>

Yo tenía la esperanza de llegar al colegio, ir directo a mí habitación y encontrar a todos durmiendo —al menos eso era lo que vi cuando me asegure de volver a la hora justa dónde todos estuvieran durmiendo— para no tener que dar explicaciones ni conversar, no tener que hacer o decir algo que no debería, para evitarme pleitos, charlas y llamadas que he estado evitando desde que me fui.

Para mí desgracia me equivoqué ¿Por qué?

Porque no había visto, porque no contaba porque mis poderes deben tener algo, algún fallo o no sé qué ¡Demonios! Porque simplemente ella es la única que no aparece en mis visiones, ella es el pequeño error que siempre aparece y lo cambia todo.

Y eso me pone de un mal humor que supera los niveles normales.

— Mira, antes de que tú me grites o algo por el estilo, del cual ya me hago una idea, yo tampoco quiero esto ¿Sí? —le corto antes de escucharla, dejo en claro lo disgustado que estoy con esto, mí voz detona la molestia
e impaciencia que tengo, lo que me produce está situación.

—¿Entonces por qué completaste el formulario y lo entregaste? —luce confundida pero rápidamente eso desaparece junto con su ceño fruncido, su tono es demandante pero eso no me importa en lo absoluto.

— No quiero hablar de esto —esquivo y sigo mí camino.

Subo unas cuantas escaleras hasta que ella se interpone en mí camino con los brazos cruzados.

— Pues yo si quiero hablar de esto —expone—. Merezco saber porqué, sin preguntarme siquiera si yo quería ser tu compañera fuiste y llenaste esa hoja de papel con todos mis datos que, no sé cómo rayos averiguaré, ni tampoco como falsificaste mí firma —habla demasiado rápido que me marea, yo también quisiera saber cómo Maximus consiguió todo eso y falsificó tan bien tu firma pero lo lamento querida uno no me interesa y dos tampoco me importa.

No me inmutó a pesar de que ella me lanza dagas con sus ojos, la observo de brazos cruzados, firme esperando alguna palabra de mí parte, cosa que no sucederá, al menos que sea para mandarla a volar que ese, tal parece, será el caso.

— Ya te dije, no lo volveré a repetir, no quiero y no hablaré de esto —mascullo y la paso por al lado.

— Intente por la buenas chico albino —habla pero no me importa ya estoy cruzando el pasillo y ella no puede entrar por aquí pero eso no es lo que me detiene— así que ahora iremos por las malas.

Mis pies dejan de tocar el piso y veo como la pequeña novata me eleva y me lleva frente a ella otra vez, me acorrala entre un muro y me toma por la camiseta antes de que ella también se eleve y quedé unos centímetros más alta que yo.

Admito que estoy impresionado pero no es algo que diría en voz alta y menos a alguien que cree poder enfrentarme.

— Ahora, me dirás lo que te pedí antes de que las cosas se pongan un poquito más feas —susurra ella con una sonrisa de satisfacción.

The Best Five: Nuestro TiempoWhere stories live. Discover now