Capítulo Deiciseis

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Lisa

—Sí, tengo los ojos cerrados. —Se ríe.

—¿Prometes no espiar? —pregunto, mirando la venda.

—Lo prometo.

La siento en la silla y me aseguro que todo esté perfecto. Entonces me coloco detrás de ella y le quito la venda, envolviendo mis brazos a su alrededor.

—Feliz cumpleaños, Jennie.

—Oh, Lisa. —Se lleva las manos a la boca, y me acerco a su lado para asegurarme que está bien.

Veo lágrimas en sus ojos y miro alrededor para asegurarme que está bien, de repente estoy preocupada porque no me salga bien. La llevé a cenar al restaurante italiano en el centro, ella reía y sonreía todo el tiempo. Le dije que no pidiera postre porque le tenía una sorpresa. Le había dicho a mi madre que era el cumpleaños de Jennie y le pregunté si podía ayudarme a hacerle un pastel. Quería hacerlo yo misma, pero sabía que tendría preguntas. Le expliqué que quería sorprender a Jennie, por lo que me dijo que ella y mi padre tendrían una cita esa noche para darnos un poco de espacio. Me pareció que fue muy bueno de su parte, teniendo en cuenta que me iba a dejar en casa, a solas con mi novia. Pero creo que sabe que Jennie no es simplemente una novia. Que se trata de algo mucho más profundo.

—¿Está bien? —le pregunto mientras se enjuga las lágrimas.

—Es perfecto. —Me da una sonrisa acuosa y se inclina hacia adelante, dándome un suave beso en los labios.

—Lo hice yo misma. Pan de vainilla con glaseado de vainilla. No tuve mucha ayuda.

Se ríe y me da otro beso.

—Rápido, pide un deseo —digo, mirando las velas encendidas.

—Ya se hizo realidad —dice sin apartar los ojos de mí.

—Entonces vamos a pedir juntas otros nuevos. —La tomo de la mano y se gira hacia el pastel, cierra los ojos y sopla las velas.

Después se vuelve hacia mí y me da otro beso, esta vez es más largo y más profundo. Desliza su lengua en mi boca y gimo con su toque. Envuelvo mis brazos alrededor de su cintura y la levanto, me siento en su silla y la coloco en mi regazo.

Nos besamos así durante un tiempo, pero finalmente no se satisface solamente con besos. Mueve su boca a mi cuello y frota mi pecho y mis brazos con manos ansiosas. Tengo una mano en su espalda baja y otra sobre su muslo desnudo. Su vestido se ha subido ligeramente, pero no he movido mi mano. La deseo tanto, pero no quiero hacer nada para lo que no esté lista.

Su boca en mi cuello hace que cada parte de mi cuerpo se tense mientras mi polla late debajo de su culo. Me masturbé antes de salir de la casa, pensando en ella y en lo inocente que se veía hoy. Pensé que sería suficiente para aguantar toda la noche, pero debí haber sabido que un solo toque suyo borraría todas mis buenas intenciones.

—Lisa, ¿me muestras tu habitación? —Sus palabras son suaves y amortiguadas contra mi cuello, pero las escucho tan claro como si las hubiera gritado.

Inhalo, con la respiración temblorosa mientras trato de pensar en una razón para no hacerlo.

—No creo que sea una buena idea, nena.

Se inclina hacia atrás y me mira a través de sus pestañas, y Cristo, quiero darle lo que quiere. Sus ojos están rogando, y puedo sentir su necesidad tan fuertemente como siento el pulso en mi polla.

—Por favor —susurra.

Coloco un mechón de cabello detrás de su oreja y trato de ser la voz de la razón.

Shelding Jennie (Adaptación)Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum