Alex volvió a escribir el sábado por la noche. Dijo que necesitaba que fuera con él, al parecer su cita lo había plantado y él estaba, justo en ese momento, con gente que no le agradaba. Empecé a prepárame para salir, sin ánimos por cierto, y él volvió a textearme que no lo hiciera. Aparentemente el muchacho iba tarde.

Volví a meterme en mi ropa de entrecasa y continué preparando los textos para el día siguiente. A pesar de ser Domingo había quedado con tres alumnos para ayudarles con el examen que tenían el lunes. Por ser domingo me pagaban el doble y a mí el dinero no me venía para nada mal, aún no pagaba el alquiler de ese mes y ya estábamos llegando a 15.

Desperté alrededor de las 10 de la mañana. A las 10.30 teníamos la reunión en la casa de la única chica del grupo y nos quedaríamos hasta más tardar las dos de la tarde. Pero Paige era impaciente y se ponía verdaderamente intensa cuando se acercaban los exámenes, y a las 10.15 mi teléfono sonó.

—Estoy por salir de casa Paige —suspiré poniendo la llamada en altavoz. —Estoy chequeando que tengo todo el material, pero te aseguro que llegaré a tiempo.

Ian, soy Polo —dijeron del otro lado de la línea. Dejé de meter textos a mi bolso. El número que yo atendí decía privado, pero ella llamaba siempre con ID bloqueado así que no pensé que podría ser alguien más.

—Oh... Hola —dije incómodo. No había esperado eso. Él me había dicho que lo llamara y yo no lo había hecho, no pensé que Polo llamaría. —¿Cómo estás?

Tomando un descanso en el trabajo —suspiró. —No llamaste...

—Sí, yo —carraspeé y continué moviéndome, no me gustaba llegar tarde y, como había dicho, Paige era muy intensa —yo no me siento cómodo aún. Lamento lo del otro día.

¿Puedo pasar por tu casa luego?

—Estoy saliendo a dar unas tutorías Polo, y no es mentira —me apresuré a decir. —Necesito el dinero y los muchachos me están esperando.

¿Paige es un muchacho?

—No, ella y otros dos chicos están esperando justo ahora —dije terminando de guardar todo y comenzando a abrigarme. Afuera hacía mucho frío y estaba pronosticado nieve para ese día.

¿Y luego? ¿Puedo ir luego?

—Polo —suspiré. —Mira, hay cosas que quiero solucionar antes ¿Sí?

¿Es acerca de este otro chico?

—¿Qué? —consulté perdido. Quité el altavoz y comencé a moverme.

¿Estás viendo a alguien más?

—No —respondí molesto. Él no tenía ningún derecho a hacerme esa pregunta, así como yo no la había hecho cuando había visto su marca.

Entonces no lo entiendo Ian. Pensé... —largó una carcajada de frustración —pensé que estaba todo bien entre nosotros, y entonces tú

—Polo —lo interrumpí saliendo al exterior. Había comenzando a nevar definitivamente. —Mira, yo sé que estás viendo a alguien más y no me siento cómodo con eso ¿De acuerdo? Entonces, no quiero que nos veamos ¿Entiendes?

¿Alguien más?

—Sí Polo. Cuando viniste a mi casa vi la marca en tu cuello. Ojalá me lo hubieras dicho o siquiera no me lo hubieras dejado ver, pero lo vi ¿Okay? Y no me sentí cómodo —suspiré abriendo la puerta de mi vehículo e ingresando con rapidez. —Así que no. No quiero verte porque tus intereses conmigo son diferentes a los míos.

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