Especial Navidad.

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Era diciembre, hacia demasiado frío para su gusto, pero era soportable porque Harry se encontraba sentado a unos metros en la silla ubicada a un lado de la ventana que daba a la calle.

Tener al rizado a su lado era como un verano eterno; cálido, una brisa fresca suave recorría su cuerpo cada vez que escuchaba su voz a la distancia diciendo su nombre y su vida se sentía tan iluminada como si el sol nunca dejase de brillar.

Los ojos verdes de su esposo se encontraban clavados en el exterior, cosa que lo impulsó a hacer lo mismo, topandose con un par de niños envueltos en gruesos abrigos jugando con la nieve fresca. Ambos intentaban hacer un muñeco de nieve que no iba por un muy buen camino, pero por sus edades, podía decir que era un gran intento.

Después de un par de minutos, vio a uno dar un paso torpe y caer de espaldas al suelo, lo que causó que el otro corriera en su auxilio rápidamente. Por la distancia, no pudo notar si lloraba o no, lo único que podía ver era como su amigo lo rodeaba con sus brazos, intentando limpiar la nieve de su abrigo al mismo tiempo.

- Odio la nieve - murmuró Harry, con un poco de desagrado - Hace a la gente resbalar.

Louis soltó una pequeña risa ante el comentario de su esposo.

- No odias la nieve, Hazz - dijo, apartando la mirada de los chicos que se encontraban fuera para posarla sobre el rizado - odias que sea resbaladiza, es todo.

El rizado, quien tenía el brazo sobre el reposabrazos de la silla para poder acomodar su rostro sobre su mano con más comodidad sonrió levemente por el comentario de Louis.

- Tú no sabes lo que odio - se defendió, sin intención de defenderse realmente.

La costumbre era algo que Louis detestaba, creía que no era algo adecuado, así que prefería llamar a lo que hacía continuamente con Harry "pequeños y hermosos momentos". E intentar provocarse para reír un rato era parte de esos pequeños y hermosos momentos que les gustaba tener en sus días.

- Oh - alzo las cejas - ¿Dices que no sé lo que odias?
- Podría asegurarlo, Tomlinson.
- Que equivocado estás - sonrió - Odias cuando Zayn te llama escritor de pacotilla.
- Ese individuo no sabe lo que dice.

Louis soltó una sonora carcajada que inundó la sala de estar, cuando se detuvo, miró a su esposo que tenía los ojos en él con una sonrisa suave, llena de amor, pintada en sus labios.

- ¿Qué pasa? - le preguntó, sonriendo.
- Sí hay algo que amo de esta temporada - murmuró, después de un corto silencio.
- Lo sé - le sonrió, porque realmente sabía a qué se refería.
- Me recuerda a la boda - rió, bajito - Sé que es ridículo porque fue en septiembre, pero ese día me sentía tan cálido que ni aunque cayera una tormenta de nieve podría desaparecer esa sensación.

Maldito escritor lleno de palabras perfectas.

- Te amo - le dijo, porque al final de cuentas sentía que su historia se resumía con esa palabra.

Había visto miles de películas románticas a lado de su esposo, también había escuchado historias de amor cuando Harry había decidido armar un libro con las vivencias de sus seguidores, pero nada se podía comparar con eso que ellos dos tenían.

Su amor fue inocente cuando se conocieron en la escuela, cuando de un arrebato le había dicho que lo amaba sin realmente saber lo que era el amor.

- Te amo - le respondió y el amor se sintió en el tono de su voz y en esa mirada brillante que sólo dirigía hacia él.

Llevaban dos años casados, seguían trabajando juntos. Eran como compañeros del crimen cuando se trataba de la escritura y se seguían complementando como siempre.

A Primera Vista... [Larry Stylinson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora