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- Buenos días, señor Choi - le dijo ella - ¿Quiere pasar a verlo?

Seungcheol negó con la cabeza mientras mantenía la vista sobre el  cristal

- ¿Cómo está él? - Su voz era tan gacha, tan suave y ligera que nadie creería que se trataba del Seungcheol de hacía un mes atrás - ¿Tiene todo lo que necesita?

- Así es, señor Choi - dijo la enfermera. Buscó en su bolsillo y extrajo un sobre pequeño - El joven Yoon me dijo que le diera esto...

Seungcheol ni siquiera se sorprendió por la forma en la que la enfermera se había referido a Jeonghan. Era obvio que el rubio estaba ansioso por deshacerse del apellido Choi. Lo aceptó sin más esperando que la enfermera no hiciera un escándalo de ello. Seungcheol quería darle la libertad que Jeonghan le había pedido, estaba dispuesto a dejar la empresa y a sus padres, dejaría absolutamente todo lo que él le pidiera... Y él sólo pediría algo a cambio... La oportunidad de estar con su cachorro.

Seguramente cuando el pequeño saliera del hospital, Jeonghan se lo llevaría a donde quiera que estuviese viviendo y no lo dejaría verlo más... La sola idea de pensar en no volver a verlo le partía el corazón. Ni siquiera había visto su rostro y mucho menos sentido su cuerpo. A pesar de que la enfermera le había dicho que podía, él sabía que no tenía ningún derecho de estar con él, dándole ánimos como Jeonghan seguramente lo hacía... Porque él era el culpable de que estuviera en ese hospital y no con su hermanito en casa... No tenía ese derecho...

- ¿Qué es? - dijo abriendo el sobre. Se sorprendió al ver un gran bloque de billetes - ¿Por qué me da esto?

- Es el dinero que pagó por la cuenta de él y la del pequeño Samuel...

Seungcheol abrió los ojos y su labio inferior tembló un poco. Miró con una sonrisa hacia el cristal y sus ojos se llenaron de lágrimas...

- Mucho gusto, Samuel... - dijo cuando una lágrima bajaba por su mejilla - Yo soy... Yo soy... - siguió luchando por decirlo... Soy tu papá... - Sonrió con más lágrimas. Él sólo imaginar a ese niño llamándolo papá... Era suficiente para hacerlo sonreír ¿Algún día lo haría?

- Venga conmigo - le dijo la enfermera arrastrándolo lento

- Jeonghan se molestará con usted si sabe que-

- El joven Yoon no tiene por qué saberlo - dijo ella revistiéndolo como indicaba el protocolo - Sé que no debería meterme... Y que debió hacer algo terrible para que el Joven Yoon lo odie tanto - Seungcheol agachó la mirada - Pero le diré algo - Seungcheol volvió a poner sus ojos sobre esa enfermera de baja estatura - Si quiere a su cachorro con usted... No se resigne a lo que su ex esposo le dijo... Viva por y para ellos, demuestre que quiere cambiar las cosas y lo mucho que ambos le importan... Viva su vida tratando de arreglar sus errores... Tal vez algún día lo perdone, el joven Yoon es un hombre sumamente bueno.

Ajustó la bata y le dejó el camino libre. Sin esperar una respuesta del pelinegro, salió dándoles algo de privacidad. Tragó saliva y caminó hasta él, sus piernas parecían de gelatina, su respiración estaba agitada y sintió un calor intenso subir por su estómago. Entonces lo vió y todo malestar se fue...

Seungcheol lloró en ese mismo momento, odiándose por no haberlo visto antes. Era la cosa más hermosa que había visto jamás... La cosa más pequeña y frágil que había conocido. Su rostro era idéntico al de Jeonghan, su piel era tan blanca y sus facciones tan finas... Sin duda sería tan apuesto como su padre. Lo que más logró sorprenderlo, fue su cabello negro, negro como el de él y esas pestañas largas que se hundían en esos ojos hinchados...

Metió su mano por un costado y acarició su bracito. Era tan suave y tibio que creyó lo lastimaría de sólo verlo

- Hola Samuel... Es papá... Hola mi amor - le decía sorprendiéndose de lo cursi que sonaba eso en sus labios. Pero no importaba, se había enamorado a primera vista de ese pequeño.

LIE AGAIN (Jeongcheol)Where stories live. Discover now