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Jeonghan caminó entre los pasillos de la sección de diseño. Una sonrisa de emoción había decidido instalarse en su rostro, las mejillas comenzaban a dolerle. El ambiente ahí era totalmente distinto al resto del edificio. Las personas iban y venían a su lado, nadie le prestaba suficiente atención, por sus ojos atravesaban personas que sólo había visto en revistas hasta ese momento. Todos se movían con carritos de ropa, prendas, rollos de telas y los teléfonos no paraban de sonar. Al fondo se encontraba un escritorio con dos mujeres bien vestidas, dignas de una empresa de moda

- Buenos días... - dijo tímido

- ¡Buenos días! - dijo ella con gran energía - ¿En qué te pudo ayudar?

Jeonghan deseó tener esa confianza alguna vez. La mujer no lucía como una alfa, tal vez una beta, pero sin duda tenía una gran presencia y porte.

- Tengo una entrega para el asistente del diseñador... Su nombre es-

- Dino - sonrió ella - Sigue por ese pasillo, es la habitación del fondo... Pero...

- ¿Pasa algo? - la chica no se veía muy convencida de dejarlo pasar. Le hizo una seña para susurrarle al oído

- Hoy nuestro diseñador no está de buen humor... El modelo principal está retrasado y eso tiene a todo mundo estresado. Deberías dejarlo directamente en su oficina, le diré que viniste

- De acuerdo - Susurró alejándose - Gracias por el consejo

La chica le guiñó un ojo y siguió con su trabajo.

El rubio caminó temeroso entre las personas, giró donde la secretaria había dicho y se encontró con un salón enorme y lleno de personas. Era como estar dentro de un clóset comunitario. Diversos modelos femeninas y masculinos se tomaban medidas, se probaban prendas y se admiraban frente a los espejos. Era como un sueño hecho realidad. Jeonghan no podía distinguir entre alfas, betas y omegas, pues todo mundo se movía con la misma energía entre todos

- ¿Por qué no hemos empezado? - dijo una voz gruesa en el centro de la habitación - ¡Su presidente está por llegar y esto es un desastre! - gritó callando a todos

- Vete a gritar a tu oficina, Mingyu- le dijo otro chico con tono de superioridad - Este es mi santuario para hacer magia - se contoneó lleno de orgullo un castaño, una cinta métrica colgaba de su cuello

Jeonghan pensó que lo ideal sería guardar silencio hasta que pudiese preguntar por el tal Dino, no quería meterse entre esa lucha de poder. Por lo que había dicho el más alto, el presidente no estaba con ellos, perfecto. Saldría de prisa antes de que se apareciera, no quería correr ningún riesgo, había sido lindo pero ese no era su ambiente

- ¡Tú! - escuchó la voz del castaño y giró lentamente. No podía ser posible. Ese hombre lo estaba viendo directamente con la mirada más furiosa que le dedicaron jamás

- ¿Y-Yo?

- ¡¿Sabes cuánto tiempo llevas de retraso?! - Ahora Jeonghan estaba en la mira de todos. Se sentía pequeño, asustado y no tenía idea de cómo responder - ¡Por tu culpa todo se ha retrasado! - El chico comenzó a caminar hacia él como si estuviese en medio de la pasarela más importante de su vida - ¡¿No piensas si quiera disculparte?!

¿Por qué estaba tan molesto? Seungkwan había dicho que las prendas serían ocupadas hasta la noche. Aún eran las tres de la tarde

El chico tomó la bolsa y la lanzó a los brazos de un chico de baja estatura que lo seguía como su sombra

- Ocúpate de eso Dino - le dijo - ¡Tú vienes conmigo! - Tomó a Jeonghan de los hombros y lo empujó dentro - Menos mal eres mejor de lo que esperaba, sólo por eso te perdonaré el retraso ¡Maquillaje! - gritó al aire

LIE AGAIN (Jeongcheol)Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt