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El tic-toc del segundero era lo único que podía escucharse en la habitación. Seungcheol sostenía un bolígrafo entre sus dedos, con la punta a milímetros de la línea que se posaba por encima de su nombre

- No estás convencido de hacerlo - soltó de pronto - Deberías pensarlo mejor Seungcheol

- No hay nada que pensar SoonYoung - dijo recargándose en el asiento - Jeonghan no me ama... Y si soy honesto... Yo tampoco

Hace mucho dejé de hacerlo - pensó para sí

- Eso no es posible - dijo sentándose a su lado - Yo ví la forma en la que se miraban en el altar. Lo suyo no pudo haberse terminado así como así...

- Pues lo hizo - dijo clavando su mirada en él - Jeonghan puede ser mi Omega y yo su Alfa... Pero no somos compatibles

- Deja esa mierda de lado, ahora ya nadie cree en el destino - lo reprendió con dureza - ¿Has hablado con él? ¿Sabes si hay algo mal?

Seungcheol negó con la cabeza

- Piénsalo bien Cheol - sostuvo su brazo antes de que el pelinegro se animara a firmar - No hagas algo de lo que te podrías arrepentir toda tu vida

- No lo haré - dijo antes de firmar sobre el papel

★★★

Seungcheol tenía razón. No estaba ni un poco arrepentido de haber firmado. Ahora se encontraba en un bar de lujo con una mujer sobre las piernas. Ella le daba bocadillos con su propia boca mientras el pelinegro metía sus manos bajo su vestido y su sostén. Se sentía realmente bien,  era una Omega que apestaba a cereza, su olor era tan fuerte que lograba marearlo. Nada comparado al dulce olor de coco que caracterizaba a Jeonghan

¿Por qué pensaba en él? Miró su reloj. El debía estar de vuelta en casa, seguramente en ese momento estaría leyendo la demanda de divorcio, mientras él tenía la mano de una desconocida bajo su ropa interior. ¿Qué cara pondría al ver el documento? ¿Estaría triste? ¿Decepcionado? ¿Se alegraría? Seguramente sí, seguramente estaría felíz de librarse del Alfa que sus padres eligieron para él. De todas formas, Seungcheol siempre se había sentido muy afortunado por mantenerse en la vicepresidencia de PLEDIS CORPORATION. Pero Jeonghan seguramente no.

"Lo que fácil llega, fácil se va" - le decía su madre. Tal como Jeonghan. Había sido tan fácil conocer a su destino... Tan fácil que se había ido de la misma forma... En otras circunstancias habría llorado por él. Pero estaba convencido de que hacía lo mejor para ambos. Aunque Jeonghan no lo dijera, estaba seguro de que odiaba su matrimonio, la forma en la que parecía cada vez más un sirviente que un esposo, la forma en la que se escabullía a dormir sin darle un beso de buenas noches, incluso la forma en la que hablaba... Era obvio que no lo disfrutaba, así que él acabaría con su sufrimiento. Le daría su libertad y él... Disfrutaría sus últimos días como un hombre rico. Al menos hasta que Jeonghan le regresara la copia firmada.

Su celular vibró en su pantalón y antes de poder tomarlo, la mujer sobre él se lo arrebató y lo lanzó al asiento

- Ahora estás conmigo - dijo ella con tono seductor - Hazme caso a mí

★★★

Jeonghan abrazaba sus piernas mientras seguía llamando al celular de Seungcheol. Su hora de llegada había pasado y él no aparecía por ningún lado. Temió lo peor y colgó la llamada.

Se puso de pie y corrió hasta su habitación, abrió con fuerza la puerta que conducía al guardarropa. Sus ojos volvieron a llenarse de lágrimas. Las cosas de Seungcheol ya no estaban. Bajó de nuevo y tomó la demanda de divorcio, buscó entre los datos del abogado que había llevado a cabo el papeleo.

LIE AGAIN (Jeongcheol)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora