La carta.

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Al día siguiente, Alec bajo a la sala donde siempre se reúnen.

Cuando entró notó que estaban todos y que el desayuno estaba servido sobre una mesa. No sabía si alegrarse por que los demás volvieron o sentirse encerrado nuevamente.

Magnus lo saludo con un guiño y una sonrisa, Jace los miró confuso y los otros dos estaban a cada extremo, lo más lejos posible el uno del otro, desde hace días sus actitudes no habían cambiado y se sentía cierta tención entre ambos.

- Creo que me alegro de que hayan vuelto.- comento ya que nadie dijo nada.

- Es una lástima, cuando no están ellos tenemos cierta... privacidad.- dijo Magnus en un tono algo extraño que hizo sus mejillas sonrojarse. Jace miraba sabiendo que algo había pasado ahí.

De repente la puerta se abrió y entró un muy sonriente Michael.- Buenos días mis jóvenes, espero que se hayan portado bien.

- Claro.- contesto Sebastián con sarcasmo.

- Yo se que no fue así.- la sonrisa de Michael no se iba. Saco sus típicos papeles.- He interrogado a tres de ustedes y en dos casos me dicen que quien logró tener más serenidad para ayudar con la situación fue Alexander. ¿ Lo afirman nuevamente?.

Todos contestaron con un si. Alec se sintió avergonzado.- Pero no fui el único, Mark también aportó mucho.

Michael le dio una mirada de poca credibilidad.

- Muy bien, los felicitó a todos, tanto por ayudarse entre si como por no agredirse.- Agarró un bolso y sacó unas cuantas cosas.- Les traemos regalos de parte de sus familiares. Sepan que todo fue debidamente analizado, y lo más casual es que algunas cartas esten abiertas... me disculpo por eso pero es el protocolos... los participantes no pueden resivir nada y nosotros hicimos la excepción.

-¿ Confiscó algo?.- dijo Sebastián con burla. Pero se puso serio cuando Michael asintió.

- Así es, entre las cosas venían... productos prohibidos, y no necesariamente alcohol o una poción.- los miro a todos.

-¿ De que familiar venían?- preguntó Alec. Se imaginaba con productos prohibidos.

- No lo sabemos.- contestó.- Pero de todas formas hemos hecho un aviso a todas, quizá se trate de un malentendido.

-¿ Y si fue uno de los mismos que reviso?- dijo derepente Mark.- No creo que algún familiar quiera intentar algo contra nosotros.

- Eso sería terrible Sr. Blackthorn. Pero ustedes no se preocupen.- les aconsejo con una sonrisita.- Pronto descubriremos quién fue, concéntrense en estudiar para esas pruebas. Provecho.- antes de irse se devolvió y les entregó cosas a cada uno. El suyo era una carta y algunos abrigos para el frio.

-¿ Como se atreve a decir que provecho?- gruñó Magnus.- Alguien quería mandar veneno...¿ para que carajo harían algo así?... es obvio que no era con buenas intenciones.

- ¿ Quizá para que la persona que lo resiva le ponga veneno a otro y lo mate?- dijo Sebastián con desgano.

- Ojalá y me hubiera llegado a mi.- contestó Jace con mal humor.- Quizá alcanzara para todos.

***

Más tarde, estaban sentados los cinco, en la zona verde de la casa. Alec les había pedido que fueran ha hablar de sus vidas, como era de esperarse, Sebastián se opuso por que iba Mark pero al final lo convencieron, Magnus dijo que no importaba que fuera Jace, que tomara su ejemplo.

- Lo de la mañana fue algo extraño y me hace pensar que todos estamos aquí por obligación.- comenzo. Quiza no era buena idea hablar del tema pero el lo sentía necesario.- ¿ Alguno vino por voluntad propia?.

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