VII

2.1K 201 52
                                    

3 de enero, 2018.

Espero que las clases sean pronto. Quiero decir, no las clases normales porque esas no me gustan, sino las de baile. Así podré ver a la señorita Manoban de nuevo. 

¿Por qué debo esperar por dos semanas más?

¿Por qué tiene que empezar en la tercera semana? ¿Por qué no ahora?

Estoy tan malhumorada hoy. Lloriqueo como una niña pequeña, y omma y appa se están molestando. Puedo asegurarlo. Los padres aman a sus hijos, pero hay veces en las que solo quieren cubrirles la boca para que se callen. Y esa es la mirada que omma y appa acaban de darme.

Estoy sobreactuando, ¿No? Quiero decir, la señorita Manoban ha sido mi única amiga y es normal que yo quiera verla. Pero, ¿Estoy actuando de más? Ya estoy molestando a mis padres.

Luego de un par de balbuceos sin sentido y lloriqueos, appa tuvo suficiente. Me entregó dinero y me dijo que fuera a otro lugar a quejarme. Él me dijo que haría sangrar su oídos si seguía ahí.

Lo siento, appa. Pero creo que usaré esta táctica de "la niña llorona" para que me des dinero. Y lo gastaré en comida. La comida es vida.

Con el dinero en mi bolsillo y mi teléfono en mi mano, caminé hacia el café más cercano que encontré hace unos días. Al parecer, lo abrieron hace poco.

Genial. He querido comer donas con café desde hace unos días. Sé que como muchas cosas dulces, pero no es mi culpa. Una niña necesita su dosis diaria de azúcar. 

Cuando entré al café, un ambiente acogedor se sintió. Era un café con un estilo un poco vintage. Varios cuadros de diversos artistas adornaban las paredes del lugar. También hay carros miniatura, lo que me hizo recordar a appa porque el adora los autos. Cuando mire a la chica que estaba atendiendo, se veía amable. En realidad, los que trabajan aquí se ven amables y accesibles. 

Al fondo del lugar, pude ver como habían unos adultos leyendo revistas y tomando un poco de café. Supe que era caliente y no el frío como a algunos les gusta, porque cada que ellos tomaban un poco, sus lentes se ponían borrosos. 

De fondo se escucha un poco de jazz. El tipo de música que tu abuelito y abuelita escuchan usualmente. Y siendo honesta, esas canciones me tranquilizan. No sé por qué, pero me siento en calma cuando escucho ese tipo de canciones. Tal vez porque recuerdo cuando mi abuelito bailaba conmigo cuando yo era una niña. O cuando jugaba en frente de mi abuelita mientras ella tejía cosas para mi abuelo durante el atardecer, y sus canciones favoritas de jazz sonaban de fondo.

Wow. Ahora amo este lugar. Me trae muy buenos recuerdos y me encanta el olor a comida. 

Me quedé en el lugar casi una hora. Creo que lo mejor será que no le diga a mis padres que me comí 5 donas, 3 baguettes y 2 frappes en ese tiempo.

Estaba oscureciendo así que decidí que tenía que parar mi momento de glotona. Cuando iba a salir, alguien me llamó. Y nunca había estado tan sorprendida y feliz en mi vida.

Solo a unos pasos de mi, una sonriente señorita Manoban llevaba una bandeja llena de comida. 

Estábamos hablando cuando de repente una chica se acercó y se sentó junto a nosotras. Al parecer la señorita Manoban y ella se conocen porque, ¿Quién se sentaría junto a una extraña sin decir algo? ¿No lo creen?

Mi Juventud a tu LadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora