Instinto Erotico

90 55 51
                                    

Estas letras son para echar a volar la imaginación... y en estas te veo a ti, dormida boca abajo en una cama, con tu cabeza hacia un lado, sobre tu mejilla izquierda y durmiendo como un bello ángel

Estás completamente desnuda y hermosa, estás cubierta por una sabana blanca, solo en cierta área, tienes una pierna doblada sobre la otra, y tus brazos hacia arriba rodean la almohada y solo me provoca hacer muchas maldades

Por la ventana entra una fresca brisa que acaba de dejar la lluvia, moviendo las cortinas en una danza sutil y sensual, las nubes ya se han alejado, por lo que también entra la luz de la luna llena, que se refleja sobre el mar... en una esquina de aquel cuarto, estoy yo, de pie, que, no dejo de observarte en ningún momento, que yaces tan profundamente dormida en esa cama tan suave como tus hermosos senos

Empiezo a caminar lentamente, el aire mueve mi vestido similar al de una diosa griega, al mismo compás que las cortinas. Me arrodillo a tu lado, acariciando tu cabello, para después deslizar mi dedo índice por tu frente y nariz hasta llegar a tus labios, los cuales delineo con mi dedo.

Tú sientes éstas caricias, y abres los ojos, me miras y sonríes, te estiras en un gesto de pereza, y me dices, “hola cariño, sucede algo?

Yo te respondo que no sin articular palabra, solo con un movimiento de cabeza, sigo acariciando tus labios ahora con todos los dedos de mi mano derecha, los dos nos vemos a los ojos, solo alcanzo a decirte “te amo” y deposito mis labios sobre los tuyos, en un intenso beso que la lengua tuya y la mía se empiezan a tocar lentamente

Te volteas, y me jalas hacia ti, quedando nuestros cuerpos empalmados, pegados uno al otro... estoy encima de ti, y empiezas a besarme suavemente, abrazándome por la espalda, tus besos suben de tono, por lo que, me separo de ti, y mis ojos reflejan ahora pasión y lujuria.

Me levanto con los brazos extendidos hacia a ti, invitándote a levantarte tú también, lo haces, y tomando mi cara con tus manos, empiezas a besarme los labios. Yo te abrazo por la cintura y acaricio tu espalda con mis manos extendidas, tú metes tus dedos por mi cabello, y muerdes mis labios suavemente, para después besarme el cuello y hacerlo tu presa

Mi respiración se agita aun más, y empiezo a arañarte suavemente la espalda, me volteas quedando de espaldas hacia ti, me besas los hombros, y sin dejar de besarlos, yo te despojos de tus vestiduras, que recorre tu cuerpo desnudo hasta caer al suelo.

Haces tu cabello hacia un lado, me abrazas por la cintura, y yo me aferro de tus brazos sin ganas de separarme

Tú me besas la nuca, y eso me excita como nunca, por lo que clavo mis manos en tu silueta

Notas mi excitación, y empiezo a acariciar tus senos, sigues besándome la nuca y la parte alta de la espalda, yo echo mis brazos hacia atrás, abrazándote por encima de los hombros, y jalando levemente tu cabello.

Ahora siento yo, tu gran excitación, por lo que me desespero, me volteo de golpe, y te digo con la voz entrecortada “cariño hoy quiero disfrutar de tu belleza"

Tú sonríes y me abrazas, y nos tumbamos en la cama, abrazados, ardiendo de pasión, comiéndonos los labios.

Con tu mano izquierda, tomas la mía, y se entrelazan, y con la derecha, levantas mi pierna, y suavemente, te penetro, por lo que emites un leve gemido, y aprieto tu mano, eso te enloquece, y empezamos a hacerme el amor con gran ímpetu y con mucho gozo

Suelto tu pierna, tomo tu otra mano, y alzo mis brazos hacia arriba quedando a los lados de mi cabeza.

Siguo viéndote a los ojos, yo los cierro guiado por el inmenso placer que siento, tú me dices “no, cariño, no cierres tus ojitos, mírame”... yo los abro y te miro, y te digo con una voz apenas audible, “te adoro, mi cielo”, y me respondes con tu voz entrecortada, ‘yo también, mi sol, muchísimo’.

Sueltas mis manos para abrazarme, para abrazarnos, y me besas como nunca antes me habías besado.

Ahora te mueves con un ritmo, que me hace desfallecer, siento un escalofrío que recorre mi espina dorsal, y mi piel se me eriza...

Siento que voy a terminar, y te abrazo mas fuerte, empiezas a gemir al ritmo que me haces el amor, esto hace que yo también sienta que voy a terminar, y diciendo tu nombre y tú el mío, terminamos al mismo tiempo...

Después de éste momento de tanto placer, quedamos así, abrazados, inmóviles, para quedarnos dormidos con la luna y el mar como únicos testigos de nuestra entrega, quienes, con envidia, solo nos contemplan por la ventana y vamos hacia una galaxia que se dibuja con mi pincel y tu el lienzo que hace perfecta esta.

Escritos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora