»⇥❏❛ TWENTY TWO

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Érase una vez siete hermanos
que regresaron a casa (¿o no?)
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«Pero me volví más inteligente, más fuerte con el tiempo. Querido, volví de la muerte, lo hago todo el tiempo»


Narra Everest

—Shh, ya es hora de dormir, Amélie.

—No tengo sueño aún, mami.

—Tus ojos se están cerrando, a mí no me engañas.

La niña de tres años le sonrió a su mamá y dejó caer su cabeza sobre la almohada. Su madre dejó un beso en su frente y se dispuso a retirarse de la habitación, pero fue detenida por una pregunta que hizo la niña:

—Mi tía me odia, ¿no es así?

Cecile Dupont se dio la vuelta y con un suspiro se sentó en la cama junto a Amélie.

—No, claro que no. Solo está confundida.

—¿Confundida?

—Sí, es que... —pensó un poco—. Hay muchas cosas que tu tía no entiende. Pero no te preocupes, ella te quiere.

—Hace unos días dijo que era una cosa rara —dijo con mucha inocencia la pelinegra.

—¿Eso... te dijo?

La niña asintió y su madre bajó la mirada. Se acostó junto a ella para quedar frente a frente. La mujer acarició el cabello corto de la niña.

—Escucha, Amélie —le habló con suavidad—. Lo que sea que te haya dicho tu tía no es verdad, ¿sí? Ella no nos entiende, pero no importa. Siempre seremos tú y yo. Yo siempre te amaré.

—¿En serio? Mi tía dice que algún día tal vez no esté contigo.

Cecile respiró profundamente para no salir de la habitación y llamar a su hermana por meterle esas cosas en la cabeza de su hija.

—¿Mamá? —susurró la niña.

—Dime, mi niña.

—¿Tú crees que... alguien pueda quererme? No solo tú, sino otras personas.

—¿Por qué lo preguntas?

—Todos parecen alejarse de mí —contestó con simpleza—. En la guardería muchas veces me siento sola en la mesita. Las señoras que se encargan de mí suelen mirarme raro.

—Amélie...

—¿Es por ellos, verdad? —preguntó, refiriéndose a los demonios.

Su madre la miró con dolor. Para tener tres años la cabeza de Amélie parecía funcionar de una manera peculiar.

Bajó la mirada. Cecile sabía que en el mundo en el que vivían lo diferente era considerado un error. Amélie había sido un regalo inesperado para ella, ser madre también había sido muy difícil para su joven edad. Hacía lo que podía a pesar de todas las cosas que la gente decía. Pero en cuanto su mirada se encontraba con la de Amélie su corazón se apretaba. Esa niña le había robado el corazón. Era suya, de su sangre, su hija.

Connected ➸ number fiveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora