Someday it'll be me [BakuTodoBaku]

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ASEGÚRATE DE ESCRIBIRLE UNA CARTA MUY, MUY LARGA… Y HACER EL MAYOR ESFUERZO DE EXPRESAR TODOS LOS SENTIMIENTOS QUE LLEVAS GUARDADOS DESDE QUE LO CONOCISTE.

El primer paso para encontrar el amor, es a través de la amistad. Pero aquello se volvía una tortura cuando se trataba de su mejor amigo.

Lo primero que Katsuki hace al despertar, es observar a Shõto. Suene imposible o no, en ese momento lo único que puede hacer es contemplarlo, mirar su belleza sutilmente a más no poder, desde hace años que no compartía ese tipo de cercanía con el bicolor, había perdido la confianza para acercarse tanto a él que incluso ahora sus manos no dejaban de temblar al recordar que lo estaban envolviendo en un caluroso abrazo.

En su mente existía esa diminuta voz que le recordaba que no podía comportarse de esa forma, ya no tenían doce años, Shõto estaba a tan solo unas semanas de cumplir los diecinueve años, y aunque para cualquiera aquello sonase increíble, para Katsuki definitivamente no lo era. Últimamente Eijirõ había sacado el tema de qué era lo que harían después de graduarse de la preparatoria, el peli cenizo dijo que todavía no lo había pensado, sin embargo Shõto respondió de inmediato, y aquello no se asemejaba en nada a lo que Katsuki desearía estudiar.

El hecho de tener que entrar a universidades diferentes ya le rompía la cabeza, el no poder expresarse correctamente y confesarle su amor era quizá peor de lo que habría imaginado. Para Katsuki, descubrir que tenía sentimientos por su mejor amigo al principio fue tan duro que literalmente sintió como si le hubiese caído un balde de agua fría.

Eso podía confirmarlo porque al llegar a casa, luego de aceptar estar enamorado de Shõto frente a Kirishima e Izuku, se metió al baño y dejó que el agua helada de la regadera cayera sobre su cuerpo sin importarle quitarse su ropa. Solo que al final lo lamentó mucho al llevarse sus buenos golpes por parte de su mamá que no dejó de gritarle que era un exagerado.

Ahora, sonríe como un tonto mientras mira el rostro calmado de Shoto seguir durmiendo. Puede confirmar que parece un pequeño conejito abrazándose a sí mismo en busca de calor, Katsuki no niega que aquella imagen es lo más tierno que ha presenciado, así que no lo piensa mucho al enredar y apegarse lo más cercano posible al cuerpo del bicolor, sintiendo esa calidez que solo Shoto le puede regalar.

Nuevamente su corazón empieza a latir a una velocidad descomunal, a Katsuki le gustaría decir que odia esas acciones involuntarias que su cuerpo realiza, pero tampoco es para tanto cuando sabe perfectamente que Shõto ocasiona todo eso. Lo viene haciendo desde hace unos años, pero Katsuki es tan idiota como para aceptarle recién. Debería golpearse contra la pared por no abrir los ojos a tiempo…

No obstante, el instante que está viviendo en ese segundo es tan inconcebible que se niega a perderlo. Frota su cara contra la espalda de Shõto y a su nariz llega ese olor familiar, el olor único y perteneciente de Sweetie, una combinación de menta con chocolate. A Katsuki le gusta y se pierde abrazándolo tan fuerte, sin darse cuenta que Shõto ya ha abierto los ojos y no sabe qué hacer para zafarse de ese abrazo.