Siempre? Siempre (Draco Malfoy)

Capitulo 10

Me dirigí a la entrada del castillo, allí estaban Draco y Zabini, tomé aire imaginando lo que me esperaba - Hola, linda - me sonrió Blaise.

- Hola, Blaise - le sonreí - ¿Tienes todo? - Le pregunté a Draco, él rodó sus ojos y empezó a caminar hacia la salida.

Zabini rio - Suerte, Potter, la necesitarás.

- ¿En qué momento me metí en esto?

- ¿Recuerdas cuando me preguntaste dónde estaba Malfoy? - Se burló y yo lo vi mal.

- No quiero ir - me queje. Zabini era uno de mis mejores amigos en Slytherin junto a Theo, y Ron en Gryffindor.

- Sonríele un par de veces y lo tienes a tus pies - besó en mi frente - de lo contrario siempre puedes golpearlo - Yo solté una risa.

- Gracias, Zab.

 - De nada, Popo.

- No me gusta ese apodo - hice cara de asco.

- ¡Apúrate, Potter! - dijo Draco a lo lejos.

- ¡Espérame, Malfoy! Debo irme, deséame suerte - dije siguiendo a Draco.

- ¡Camina, idiota!

- ¡No me apures estúpido! ¡Adiós, Blaise!

- ¡Adiós, Popo!

Salí tras Draco, él ya iba bajando las escaleras de piedras, caminé rápido para intentar alcanzarlo, él llevaba la lámpara, me veía estúpida siguiendo al chico. - ¿Puedes esperarme? - dije cuando entrabamos al bosque.

- No - suspiré cansada.

- Si te atropellan los centauros, no te ayudaré - dije. Él frenó, caminé apresurada, parándome a su lado, para seguir el camino.

- Te quedarás de un lado y yo del otro - dijo, seco, cuando llegamos.

- No tengo varita, genio.

- Ese no es mi problema.

- Desde ahora soy tu problema, acostúmbrate - Él frenó viéndome.

- Mira, Potter, estamos aquí por tu culpa - dijo -. Deja de tomarlo como un juego.

- No lo estoy tomando como un juego, solo no quiero que me maten - dije sin gracia alguna.

- Eres demasiado dramática.

- Está hablando el chico que llora a diario por su brazo - Él dejó caer la lámpara.

- Al menos no ando llorando por mi familia muerta - Volteé la mirada - Potter...

- No me hables - dije.

- Potter...

- ¡Que te calles! - Tomé mi mochila y empecé a sacar las cosas, armé mi tienda e hice una fogata a un lado.

- No puedo creer que estemos aquí - dijo armando su tienda.

- ¿Vas a seguir quejándote? - dije enojada, acercándome.

- Esto es tu culpa - Me vio enojado, levanté mi cabeza levemente para verlo a los ojos.

- No me importa, no quiero escucharte.

- Qué sensible eres.

Relamí mis labios, enojada - Solo... Cállate.

- No sobreviviremos - agregó.

- ¡Basta, Malfoy! - dije harta por la situación.

- Si no hubieras hecho la broma, no estaríamos aquí, como si Sirius Black se fuera a interesar en conocerte.