Capítulo 2

28 1 1
                                    

- Sintiéndolo mucho, vamos a tener que cobrarle el pedido entero ya que no lo ha cancelado - dijo la voz de la teleoperadora. 

- Lo entiendo, no hay problema y le pido perdón por no haber llamado para anularlo - miró avergonzado a Caroline quien estaba sentada encima de una silla riéndose por debajo de la nariz. 

Tras colgar miró la habitación que había que reorganizar y se dio cuenta de que tampoco iban a tener mucho trabajo por lo que iban a terminar deprisa. Una mano de pintura para sanear las paredes, unos muebles de habitación que sustituyeran a los de despacho que había en esos momentos y ya estaría todo. Solo quedaría después el toque que el hermano de Caroline quisiera darle. 

- ¿Cómo es posible que seas tan desastre y hayas dejado al repartidor en la puerta de tu casa?

Pasadas un par de horas habían dejado la habitación preparada para que el hermano de Caroline la tuviera lista a su llegada. Cody se acercó a su amiga y sentó junto a ella en el sofá. En  el momento en que los dos estaban más relajados sonaron tanto el teléfono de ella como de él. Cada uno contestó el suyo yendose a extremos opuestos del apartamento para no molestarse. Al colgar los dos se quedaron mirando.

- He quedado en el bar de siempre con los chicos, ¿quieres acompañarme? 

- A ver, que remedio. Yo he quedado en el mismo sitio con las chicas. 

Tomaron asientos los seis en la terraza del bar done quedaban todos los fines de semana. Además, nunca hubieran sabido si era cosa del destino o es que el dueño del bar ya los tenía calados pero siempre ocupaban la misma mesa. Caroline llegó con sus dos amigas Lea y Meg mientras que Cody llegó con Brad y Adam. 

Después del mensaje de audio que había recibido la noche anterior, a pesar de que había dejado bien claro que no le daba ninguna importancia, Caroline no podía evitar sentirse incómoda delante de la presencia de Brad. No ayudaba tampoco que éste no dejase de lanzarle miradas insinuantes y gestos que el creía que llamaban su atención cuando en realidad lo único que le producían era cierta repulsión. Meg estaba pegada al móvil mirando los últimos videos o fenómenos que se habían convertida en tendencia y Lea no dejaba de encenderse un cigarrillo tras otro. En todo el tiempo que las conocía Cody no terminaba de entender como tres personas tan diferentes podían estar tan bien avenidas. 

Adam se mostraba más bien reservado y des del mismo momento en que se sentó en la mesa se limitaba a hablar únicamente con Cody. Brad por su parte estaba haciendo gala de todos sus atributos intentando impresionar a Caroline sin ningún resultado a la vista. 

- Justo ahora acabamos de terminar de arreglar su cuarto y lo cierto es que me hace cierta ilusión que venga a pasar una temporada conmigo. Desde que me he emancipado no he tenido mucho tiempo y no he podido hacerle mucho caso, y eso tampoco me gusta. Mi hermano y yo siempre hemos estado muy unidos. 

- Pero, ¿te ha dicho qué ha pasado con tus padres? 

- No ha entrado en muchos detalles y tampoco le he querido preguntar, solo me ha dicho que no puede estar allí ni un solo segundo más. 

- No te preocupes, una vez esté contigo todo va a ir mejor - dijo Cody de forma automática a lo que Caroline contestó con una tímida sonrisa.

- Además - empezó a decir Lea mientras apagaba el enésimo cigarro en el cenicero - por teléfono tampoco es muy bueno entrar en detalles, es posible que cuando te llamó no pudiese hablar mucho. Y seguro que es mejor, sea lo que sea lo que haya pasado, que lo habléis en persona y cara a cara. 

Adam levantó un segundo la vista y miró el cenicero repleto de colillas y luego dirigió una mirada acusadora a Lea que esta ignoró sin hacerle el más mínimo caso. Tanto Cody como Caroline se dieron cuenta de ello. Él estaba enterado de que hacía un tiempo que Adam sentía algo por Lea y lo había hablado más de una vez con su amiga, pero Caroline sabía a ciencia cierta que Lea no tenía ningún interés en él. 

- No os preocupéis, a esta ronda invito yo - saltó Brad en el momento que el camarero les trajo la cuenta -. Dime, preciosa - dijo dirigiéndose a su objetivo, ¿cuándo llega tu hermano? Lo digo por si necesitas a alguien que te acompañe a buscarlo. 

- Por favor, Brad, déjalo ya o es que no te cansas nunca de hacer el ridículo - bramó Meg sin levantar ni un segundo la vista del teléfono. 

- Llega mañana con el autobús de línia de las diez - Caroline hubo de hacer un esfuerzo muy grande por contener la risa que amenzaba con salir de su boca ante el corte que le habían dado - y no será necesario, yo misma iré a buscarlo en un taxi y lo traeré a casa. Igualmente, muchas gracias. 

Cuando todos se hubieron ido a sus respectivas casas, Caroline y Cody permanecieron unos segundos más en la mesa. Empezaron a hacerlo en una de las primeras veces que quedaron todos y ya se había instaurado como una costumbre entre ellos, y de forma automática, siempre que quedaban los seis lo terminaban repitiendo sin pensarlo. 

- Dime una cosa, ¿cómo te pudiste hacer amigo de Brad? Es un capullo integral. 

- Vamos al mismo gimnasio y entre una cosa y la otra, ya sabes. Además, aunque no quieras reconocerlo el chaval tiene buen corazón, le gustas y lo sabes, solo que es un poco bruto a la hora de demostrarlo. 

Quien quieras excepto él Where stories live. Discover now